Conversación con Jair Cortés

Presentamos una conversación que el poeta y periodista Moisés Ramos Rodríguez sostuvo con el poeta Jair Cortés (1977), uno de los autores más significativos de su generación. Jair Cortés también traduce y escribe ensayo. Con el poemario Caza mereció el Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta. Fue becario de la primera generación de la Fundación para las Letras Mexicanas.

 

 

 

 

 

 

La poesía puede volver a reunirlo todo”: Jair Cortés 

 

Nacido en Calpulalpan en 1977, tiene 22 años escribiendo, catorce de ellos publicando, por lo que ha dado a la imprenta siete poemarios al que agrega la suma de sus poemas hecha por él mismo, en un momento en que “hay una efervescencia de poetas” en México, pero no todas sus obras son trascendentes.

 

¿Para qué la poesía en este momento?, se le pregunta al poeta Jair Cortés, quien responde: Lo que la política, lo que la sociedad o la guerra destruyen y dispersan en fragmentos, en decapitaciones y desmembramientos, la poesía puede volverlo a reunir; porque la poesía está hecha de memoria, y eso le permite, por lo menos no sólo reconstruir un pasado o una visión del pasado, sino tratar de unir con una sutura invisible, que es la del espíritu, volver a unir el presente. Creo que la poesía, toda la poesía de todos los tiempos ha podido hacer eso: lo que la guerra destruyó la poesía puede volver a reunirlo.

El poeta nacido en Calpulalpan, Tlaxcala en 1977 presentará su libro Ahora que vuelvo a decir ahora: una reconciliación poética, antología personal, en el Salón de usos múltiples del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP) acompañado del también poeta Enrique de Jesús Pimentel.

¿Cómo está la poesía en México…?, se le pregunta a Jair Cortés, quien responde: Digamos que hay una efervescencia de poetas; hay muchísimos poetas escribiendo muchas obras. Sin embargo, son pocas las obras que realmente tienen una trascendencia, poética o estilística, que son capaces de llegar al corazón humano y conmoverlo. Esas pocas obras no quiere decir que sean pocas en cantidad: son pocas en permanencia y para muestra tenemos a muchos poetas que han sido nuevamente rescatados, del olvido, no solamente del olvido sino que han sido puestos nuevamente en circulación.

Pero, se le recuerda, el país no está en su mejor momento, cuando la guerra contra el narco arrecia, hay una insurgencia civil en Michoacán y las ejecuciones y desapariciones forzadas son cotidianas. Cortés responde: En este tema recuerdo el poema “Alta traición” de José Emilio Pacheco: “No amo mi patria/. Su fulgor abstracto/ es inasible./ Pero (aunque suene mal)/ daría la vida/ por diez lugares suyos,/ cierta gente,/ puertos, bosques de pinos,/fortalezas,/ una ciudad deshecha,/ gris, monstruosa,/ varias figuras de su historia,/ montañas/ —y  tres o cuatro ríos”. Es un poema sumamente actual, no solamente por lo que a nivel filosófico plantea, sino por lo que plantea a nivel social en un México que está prácticamente decapitado.

Y más: “Y ese nacionalismo falso que nos infundió durante muchísimos años, durante muchas décadas el PRI que ahora ha vuelto con todos sus vicios y ‘recargadamente’, digamos, en ese poema se vuelve a aludir sobre cuál sería el amor a un país o a una ciudad en específico”.

 

Antología y momento histórico

 

La antología está escrita desde un momento histórico específico, para dar un planteamiento nuevo a lo que sería una nueva lectura, con el nuevo auge también, de los medios electrónicos. Pronto se van a poder leer algunos poemas de esta antología en internet, explica el poeta entrevistado.  

Ya que está hecha por él mismo, Jair Cortés explica: una antología, casi siempre lo que busca es unir los mejores poemas o los mejores fragmentos de una obra y en este caso el título alude a una reconciliación poética más que a una antología poética. El término “reconciliación” se refiere que busqué más que reunir los mejores fragmentos a nivel estilístico o artístico; alude a la intención de reconciliarme con ciertos temas que pensaba que habían quedado en el pasado al haber sido ya escritos

Publicado por la editorial Eternos Malabares en colaboración con el INBA, perteneciente al Conaculta, a decir de su autor nacido en Calpulalpan, es un libro, “una antología que, en estos momentos, a mi edad, tengo 36 años, que también podría parecer un poco un acto de soberbia, pero en realidad no es la intención relacionada con el ego del poeta, sino más bien con  una revisitación de los temas que he venido tratando a lo largo de catorce años, aunque en realidad tengo 22 años escribiendo y catorce publicando. Esta revisión me ha dejado con una especie de ‘corte de caja’ y el conocimiento de cuáles han sido los temas más dominantes en mi poesía  y, con ello cuáles han sido las preocupaciones a nivel temática y estilístico que me han ocupado a lo largo de estos años de publicaciones”.

Fue un trabajo difícil, pero disfrutable, un trabajo lleno de alegría, a pesar de que muchos de los temas son de un tono melancólico o triste, sobre todo como en los primeros libros., pero fue un libro disfrutable en el sentido de que siempre he dicho que armar una antología es como reunir a los otros yo que ha sido el poeta en el pasado, reunirlos en torno a una mesa; la antología es, precisamente saber en qué orden o al lado de quién va a estar cada yo.  Fue disfrutable en el sentido que pude, nuevamente darle forma a lo que yo creí o consideré que me representaba con mayor ahínco y con mayor espíritu ferviente poético, explica el autor de A la luz de la sangre.

¿Tuviste la tentación de borrar versos, poemas completos…?, se le pregunta y responde: Sí, pasó: si te das cuenta esta es una antología muy breve en el sentido que hay muchos poemas que fueron desechados por completo, algunos corregidos en su parte más mínima, con sólo algunas modificaciones muy pequeñas, pero por ejemplo, del libro A la luz de la sangre desapareció más de la mitad del libro. Pienso que este es un proceso natural en  algunos poetas y yo me considero de esa estirpe en el sentido de que también la mirada crítica debe influir en ayudarle también al lector. Borges decía que el tiempo es el mejor antologador, pero pienso que el hombre le ayuda un poco.

“Sin embargo la palabra, el poema, ya están ahí y el poema es uno mismo, el que se está escribiendo siempre: Y yo complementaría: ambas posturas se complementan en el sentido de que el poema, como lo han dicho muchos poetas a lo largo de  la Historia, nunca se termina; solamente se suspende y está en constante construcción. Y creo que una antología finalmente es eso: como una reescritura más que una relectura”, afirma Cortés.                                    

Finalmente Jair Cortés asegura: Hacer esta antología me dejó un gran descanso. Primero, dudé mucho en hacerla; cuando tomé la decisión de hacerla y llegó la invitación de la editorial Eternos Malabares, con el poeta Ricardo Venegas, el proceso fue arduo en el sentido de nuevamente trabajar los temas, saber qué era lo que podíamos reunir ahí… No pedí ninguna lectura externa, fue un trabajo que afronté solo; me dijo ‘Esto lo empecé solo, ahora lo termino solo’ y la sensación que me deja es la de descanso, el poder ya comenzar, de alguna otra manera, ya hacia otras miras hacia otros lugares estilísticos, hacia otras direcciones, hacia otros lugares que quiero abordar. De hecho ya inicié un par de libros  que tienen una temática muy distinta  y una forma diferente a la que se trabajó en Ahora que vuelvo a decir ahora…

 

 

 

 

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