Poesía italiana: Tiziano Rossi

Presentamos, en el marco de la serie Poesía italiana contemporánea, preparada por Mario Meléndez y traducida por Emilio Coco, algunos textos de Tiziano Rossi (Milan, 1935), uno de los referentes fundamentales de aquella tradición. Explica Meléndez que “En los poemas de Tiziano Rossi, la mirada se dirige a menudo hacia abajo, acaricia las pequeñas cosas, se concentra en los detalles, para conseguir una percepción más directa, más atenta, más verdadera de la realidad, en todos sus elementos más mínimos y contradictorios. El poeta, con rigor, con ironía y discreción, nos guía hacia el descubrimiento de un existir, dotado de una verdad y dignidad propias, que, sin embargo, debe ser investigado y profundizado: en este sentido, la poesía se revela como un  instrumento fundamental de conocimiento”.

 

 

 

 

 

 

TRASFERIMENTO

 

Devo parlare del mio

bambino cavalleresco

che molti feriscono, come passero!

 

Che ammette anche di perdere, che

non approfitta del proprio vantaggio

che è senza paura, e un po’ spennato

nell’aria già torna, con la sua

carenza di cattiveria.

 

Possibile che con la miseria

di queste mie ossa

anche il mio intendimento si sia piano piano

così in lui trasferito?

 

Volando in avanti di anni, seme

in lui sono sparito e forse lì

(mia debolezza resistente) ancora

e sempre a me voglio bene.

 

 

 

 

 

 

TRANSFERENCIA

 

He de hablar de mi

niño caballeresco

que muchos hieren, ¡como a un gorrión!

 

Que admite también que va a perder, que

no aprovecha su ventaja

que no tiene miedo, y algo desplumado

por el aire ya vuelve, con su

carencia de maldad.

 

¿Posible que con la miseria

de estos huesos míos

incluso mi entendimiento se haya poco a poco

así a él transferido?

 

Volando por delante con los años, semilla

en él he desaparecido y quizá allí

(mi debilidad resistente) aún

y siempre a mí me amo.

 

 

 

 

 

 

 

DIROCCATI

 

Perciò sulle troppe

nostre scombinate differenze

(dense fontane che più buttano dolori)

scendeva la mia rabbia ‒ con l’indice incolpando ‒

a desolarla.

 

E allora risalendo le cause della

sua pallidezza

cercavo cigolante verso un’altra direzione

incontro ‒ a tentoni ‒ a quelle sue

palpebre spalancate

di lei innocente imperlata di sudore,

col dirle perfino «più della mia vita».

Oh inquinato amore e tremore!

 

In ultimo, nel nocciolo più scuro

bisognosi di cura

(ancora bambinate a pesare sullo sterno),

noi diroccati un po’ ci ninnavamo.

 

 

 

 

 

 

DESMORONADOS

 

Por eso en nuestras

demasiadas desordenadas diferencias

(densas fuentes que arrojan más dolores)

descendía mi rabia ‒el índice acusando‒

a desolarla.

 

Y remontándome entonces a las causas

de su palidez

buscaba chirriante hacia otra dirección

al encuentro ‒a tientas‒ de sus

párpados de par en par abiertos

de ella inocente perlada de sudor,

diciéndole incluso «más que a mi vida».

¡Oh contaminado amor y temblor!

 

Al final, en el hueso más oscuro

necesitados de cuidado

(niñerías que aún pesan sobre el esternón),

nosotros desmoronados nos arrullábamos un poco.

 

 

 

 

 

 

 

CORNICE

 

Venienti da soli per l’andito semioscuro

col loro bisbiglio «siam qui!» da ogni canto

ecco i nostri cari pettoruti pulcini

cioè insomma i bambini, cioè ancora noi,

che sempre ricredono nella magnifica

moltiplicazione dei giocattoli

non dimenticando l’astuccio coi pennini.

 

La cuccia della mente così densa e questa

cornice della casa così adatta

con le sue tenere scempiaggini, la notte

e lo scomparire adagino di ciascuno

(ah, la consumante febbre di risalire

quel corridoio di muffa e chiarori!)

 

Io dirò i loro nomi e Sandrina sopra tutti.

 

 

 

 

 

 

MARCO

 

Vienen solos por el corredor semioscuro

con su murmullo «estamos aquí» desde cada rincón

nuestros queridos engreídos polluelos

es decir nuestros niños, es decir todavía nosotros,

que siempre vuelven a creer en la magnífica

multiplicación de los juguetes

sin olvidar el estuche con plumillas.

 

La caseta de la mente tan densa y este

marco de la casa tan adecuado

con sus tiernas boberías, la noche

y el lento desaparecer de cada uno

(¡ah, la agotadora fiebre de volver a subir

el corredor aquel de moho y claridades!)

 

Yo diré sus nombres y Sandrina entre todos.

 

 

 

 

 

 

 

PERIGLIO

 

L’orto universo che su di noi sta ripiegato

e dunque le dalie, la menta, un pomodoro,

con tutte le mosche della terra e i maggiolini

e il matto invisibile che grida.

Ma noi briciole ancora e paura

più avanti sfonderemo quel muro di pannocchie

per andare vicino ‒ da dietro i cavolfiori ‒

allo scalino consunto, semiombra della cucina

nella terra del periglio e infine sopravvivere

(che cosa ci ha ferito, quale spada? Che

qui vengano tutti gli amici in un punto, potenti).

 

Poi le sue parole «apostolorum del bue ladro

tamburello secondo, dio dolore…»

e il matto che è uscito, e noi nella tempesta

dei troppi semi dei fiori tumultuanti.

 

Sua dannazione e il nostro venir grandi.

 

 

 

 

 

 

PELIGRO

 

El huerto universo que se dobla encima de nosotros

y entonces las dalias, la menta, un tomate,

con todas las moscas de la tierra y los abejorros

y el loco invisible que grita.

Pero nosotros migajas aún y miedo

más adelante derribaremos el muro de mazorcas

para llegar ‒por detrás de las coliflores‒

cerca del peldaño gastado, semisombra de la cocina

en la tierra del peligro y al fin sobrevivir

(¿qué nos hirió, qué espada? Que

aquí vengan todos los amigos a un tiempo, poderosos).

 

Luego sus palabras «apostolorum del buey ladrón

pandero segundo, dios dolor…»

y el loco que ha salido, y nosotros en la tormenta

de las muchas semillas de las flores bulliciosas.

 

Su condenación y nuestro llegar mayores.

 

 

 

 

 

 

BRUGHIERA

 

O graffiato angolino della terra

dentro la tramontana e i suoi lamenti

dove il lago più cercato era perduto!

 

Ma lei, felice che la strada si smarriva,

la tua amica intelligente riferiva

di una storia reclusa nel petto

 

(E finalmente, ad ascoltarla, traluceva)

 

Poi con cento domande sommesse

via tra il polline incerto di brughiera

lei ‒ regina dell’erba, vivente maestà ‒

e tu ‒ buffo folletto ‒ svanivate

ridiventando un benedetto niente

 

(Solo questo biglietto ridice quell’affetto).

 

 

 

 

 

 

BREZAL

 

¡Oh arañado rinconcillo de la tierra

en la tramontana y sus lamentos

donde estaba perdido el lago más buscado!

 

Pero ella, feliz porque el camino se perdía,

tu amiga inteligente relataba

una historia recluida en el pecho

 

(Y hondamente, al escucharla, traslucía)

 

Luego con cien preguntas dóciles

entre el polen incierto del brezal

ella ‒reina de la hierba, viviente majestad‒

y tú ‒gracioso duende‒ desaparecíais

volviendo a ser una dichosa nada

 

(Sólo esta tarjeta repite aquel afecto).

 

 

 

 

 

 

 

LITANIE

 

Glorificare, glorificare, terragne litanie!

per esempio la singolare consistenza dei denti

o le patate tanto utili per il sostentamento!

o la moltiplicazione di cucce e di tane

e certi pensieri volanti e anche camminanti,

con in primis l’amore bellissimo, consenziente!

Quando ‒ spostandosi e gesticolando nelle bassitudini

attorniati da acque e da analoghi ornamenti

come il muschio modesto oppure l’erba matta

sotto il chiasso del temporale che confusamente parla ‒

instancabili si va verso le mete non evidenti!

 

Poi l’abbracciarsi, la confidenza degli sbagli!

e quel suo muso che mai più non si cancella

dalla tua passione vita natural durante!

E così sia questo bruscolin di luce!

 

 

 

 

 

 

LETANÍAS

 

¡Glorificar, glorificar, terrenas letanías!

por ejemplo la singular consistencia de los dientes

o las patatas tan útiles para el sustento!

o la multiplicación de casetas y cubiles

y ciertos pensamientos voladores y también caminantes,

¡e in primis el amor bellísimo, complaciente!

Cuando ‒desplazándose y gesticulando en las bajuras

rodeados de aguas y de análogos ornamentos

como el musgo modesto o quizás la hierba loca

bajo el estruendo de la tormenta que confusamente habla‒

¡incansables vamos hacia metas no evidentes!

 

¡Luego el abrazarse, la confianza en los errores!

y aquella cara suya que ya nunca se borra

de tu pasión perdurablemente!

¡Y así sea esta brizna de luz!

 

 

 

 

 

TIVÙ

 

Scende aspettata la polvere di stelle, ma

altrove oscilla un bambino su un mattone

rivoltando pattume. E già quella signora

 

con sillabe di panna lontano ci conduce

verso i mondi favolosi caraibici. Più in là

s’innalzano ignoti vessilli, e non è aria. Eppure

 

qualcuno infaticabilmente s’incammina

per le strade lunghissime d’America. E così

sconnessa l’epica si affaccia dappertutto:

 

anche nel passo stremato di quel bràdipo, perfino

nelle micidiali aggregazioni giovanili;

e almeno si apprende che il vero

mai non è intero.

 

Quante bocche dipinte lì ridono insieme

e in che gran fuoco un altro bosco si dispera,

mentre la tua

scardinata mandibola

più niente pronuncia.

 

 

 

 

 

 

TELE

 

Desciende esperado el polvo de estrellas, pero

en otra parte oscila un niño sobre un ladrillo

revolviendo basura. Y ya aquella señora

 

con sílabas de nata nos conduce lejos

hacia los fabulosos mundos caribeños. Más allá

se levantan ignotos estandartes, y no es aire. Sin embargo

 

alguien incansablemente se encamina

hacia las rutas larguísimas de América. Y así,

inconexa, la épica se asoma por doquier:

 

también en el paso extenuado de aquel perezoso, hasta

en las terribles agregaciones juveniles;

y por lo menos se aprende que la verdad

nunca es entera.

 

Cuántas bocas pintadas ríen juntas

y en qué gran fuego otro bosque se desespera

mientras tu

desquiciada mandíbula

ya nada pronuncia.

 

 

 

 

 

 

PARE CHE IL PARADISO

 

Pare che il paradiso sia il presente

con i suoi comunque e i pressappoco; e infatti

anche questo tuo malandare

manda chiarore.

 

Ora ascolti la palla che rimbomba contro un muro

e mentre il naso ti cola ‒ roba da bambini ‒

vai gorgogliando anche qualche suono oscuro.

Però numerosi

sono gli strati del pensare

e sai riconoscere almeno la grandezza

di quel trapassato polverone,

quell’allungare il ritmo, il mantenere

l’andatura degli anni; e adesso

 

come soldato di ossa sull’attenti

saluti tanti volti che furono rispettabili,

custodi di notizie seppellite (quante

te ne racconteranno con un soffio!). Certo

la questione rimane irrisolta, ma fantastica

ti si prospetta la schiera dei defunti.

 

Si spera in una nuova storia, nuove doglie.

 

 

 

 

 

 

PARECE QUE EL PARAÍSO

 

Parece que el Paraíso es el presente

con sus de todas formas y sus más o menos; y de hecho

también esos achaques tuyos

despiden claridad.

 

Ahora escuchas la pelota que retumba en la pared

y mientras la nariz te gotea –cosas de niños–

borboteas algún sonido oscuro.

Pero numerosos son los estratos del pensamiento

y sabes reconocer al menos la grandeza

de aquella pretérita polvareda,

ese alargar el ritmo, ese mantener

la andadura de los años; y ahora

 

como soldado de hueso en posición de firmes

saludas a tantas caras que fueron respetables,

guardianes de noticias sepultadas (¡cuántas

te contarán en un soplo!) Claro,

la cuestión queda irresoluta, mas fantástica

se te anuncia la tropa de los difuntos.

 

Se confía en una nueva historia, nuevos dolores.

 

 

 

 

 

 

 

SPICCHI

 

Adagio il neonato si levò nella sua culla

e con voce sapiente mi trafisse: «Anch’io, però,

farò i capricci che fanno i bambini». Allora,

da commozione sfinito, sopra i ginocchi cascavo:

io padre putativo di un Gesù che ritornava,

io provvisto di poco intendimento.

 

Poi ‒ vinto il sogno ‒ la mattina sventolante

con le sue cose profilate, il rigoroso rasoio,

la camicia ben piegata, il tram sulle rotaie

e gli spigoli in esatta prospettiva: il netto

tempo risorto della sensatezza.

 

Ma di qui, dubitanti, piano ci siam mossi

noi fatti tutti come di spicchi

(dell’altro sé si sa poco o niente)

e sulla porta aperta ancora pendoliamo,

curiosi frutti.

 

 

 

 

 

GAJOS

 

Despacio el recién nacido se levantó en su cuna

y con voz sabia me traspasó: «Yo también, sin embargo,

tendré berrinches como todos los niños». Entonces,

agotado por la conmoción, me caía de rodillas:

yo padre putativo de un Jesús que volvía,

yo dotado de escaso entendimiento.

 

Luego –después de vencer el sueño– la mañana flameante

con sus cosas perfiladas, la rigurosa navaja,

la camisa bien doblada, el tranvía en sus raíles

y las esquinas en exacta perspectiva: el resurgido

tiempo limpio de la sensatez.

 

Pero de aquí, dudosos, nos hemos movido despacio

nosotros como gajos

(del otro yo se sabe poco o nada)

y de la puerta abierta aún colgamos

como curiosos frutos.

 

 

 

 

Datos vitales

Tiziano Rossi (Milán, 1935), está considerado como uno de los poetas mayores de la actual poesía italiana. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Il cominciamondo (1963), La talpa imperfetta (1968), Dallo sdrucciolare al rialzarsi (1976), Quasi costellazione (1982), Miele e no (1988), Il movimento dell’adagio (1993), Pare che il paradiso (1998), Gente di corsa (2000), Tutte le poesie 1963-2000 (2003), Cronaca perduta (2006) y Faccende laterali (2009). Ha publicado una antología con comentario crítico de poemas de Ugo Foscolo y ha colaborato durante muchos años en el periódico «l’Unità», con unos artículos sobre el lenguaje contemporáneo. Ha preparado con Ermanno Krumm la antología Poesia italiana del Novecento (1995) y figura en la antología Poeti italiani del secondo Novecento de Maurizio Cucchi y Stefano Giovanardi (1996).

También puedes leer