La conquista de lo inútil, ensayo de Davo Valdés

Presentamos un ensayo del poeta y crítico cinematográfico Davo Valdés (Cuernavaca, 1988). Recientemente fue ganador del Segundo Concurso de Crítica Cinematográfica convocado por la Cineteca Nacional, la Embajada de Francia, Contra Campo TV y Corre Cámara. Ha publicado el libro de cuentos Relatos de un mundo depravado y el libro de poemas Ignoto. Fue becario en 2014 del encuentro Los Signos en Rotación del Festival Interfaz del Issste.

 

 

 

 

 

 

La conquista de lo inútil: Fitzcarraldo y la metáfora de lo imposible

 

Usualmente se piensa que mirar y actuar son conceptos opuestos, incluso aunque ambos denoten acción. Cuando miramos una película, por ejemplo, se nos ha enseñado a ser una suerte de espectador pasivo que no cuestiona nada y que simplemente recibe la película tal cual es. Yo creo que mirar es actuar. Creo que un espectador que piensa, duda, cuestiona, ya se encuentra en el dominio de la actuación. Creo que el espectador activo o enmancipado en los términos planteados por Ranciere, busca acortar distancia entre lo que mira con su mirada particular y lo que el artista, a través de la obra, buscaba mostrar. La contemplación de una ficción puede entonces repercutir en el plano de la realidad del espectador, a través de esa enmancipación de los términos opuestos: mirar y actuar. Uno no es consecuencia del otro sino que ocurren de forma paralela si se quiere. Ranciere lo explica del siguiente modo: “La emancipación comienza cuando se cuestiona de nuevo la oposición entre mirar y actuar, cuando se comprende que las evidencias que estructuran de esa manera las relaciones mismas del decir, el ver y el hacer pertenecen a la estructura de la dominación y de la sujeción. Comienza cuando se comprende que mirar es también una acción que confirma o que transforma esa distribución de las posiciones. El espectador también actúa, como el alumno o como el docto. Observa, selecciona, compara, interpreta. Liga lo que ve con muchas otras cosas que ha visto en otros escenarios, en otros tipos de lugares. Compone su propio poema con los elementos del poema que tiene delante. Participa en la performance rehaciéndola a su manera, sustrayéndose por ejemplo a la energía vital que ésa debería transmitir, para hacer de ella una pura imagen y asociar esa pura imagen a una historia que ha leído o soñado, vivido o inventado. Así, son a la vez espectadores distantes e intérpretes activos del espectáculo que se les propone.”

El espectáculo que menciona Ranciere no es sólo un espejo de la realidad o una ventana a ciertas realidades, creo que en realidad es un soporte que regula parte de nuestra realidad y por eso se manifiesta de forma activa, ya no simplemente en el pensamiento (que ya es en sí una acción) sino en otras acciones mucho más visibles.

Desde la perpetuación de ideologías enteras, hasta la repetición de pequeños detalles cotidianos que nos costituyen: cómo gesticulamos al fumar o las expectativas que construimos cuando se acerca el primer beso, por citar ejemplos cotidianos, el cine moldea la realidad o mejor dicho: nosotros moldeamos nuestra realidad a lo que la ficción nos acomoda, nos ordena y nos brinda sentido.

Slavoj Žižek reinterpreta y utiliza de Lacan ciertos conceptos para intentar explicar los significados simbólicos de nuestras sociedades. Para ejemplificarlo toma prestado extractos de películas y con ellos busca explicar ciertos comportamientos o ciertas prácticas culturales. La realidad es el caos, nos dice Žižek. Lo inasible. Lo que no puede contenerse ni explicarse. Y propone a partir de ideas de Lacan:“Lo Real se opone a lo Imaginario y está más allá de lo Simbólico, porque está fuera del lenguaje. Lo Real es, en definitiva, aquello que se resiste a cualquier simbolización: es imposible (porque no puede ser integrado al orden simbólico) y esta condición le otorga un carácter traumático y reprimido. Pero lo Simbólico y lo Imaginario se vuelve más real que lo real mismo”. Y en términos así se mueve el mundo. Retomo la imagen del fumador para ejemplificar. Quizá no lo sabes, pero fumas de esa forma porque James Dean fuma de ese modo en Rebel without a cause. Detrás de la acción de fumar se encuentran prácticas y significados que nos ordenan.

Me gusta pensar en el hombre prehistórico. Creo que en un inicio se vio a sí mismo y no supo decir nada. Sólo vio caos. Entonces se acercó a las cuevas y pintó algo que lo ayudara a entenderse, no tanto como un espejo, pero sí como una pantalla para tomar distancia. Cuando se representó y se volvió a mirar pensó que así eran los hombres. Antes de la ficción eso no se entendía. Desde entonces la representación de nosotros mismos ha servido como una pantalla para entendernos. Ya sea a partir de la mimesis aristotélica, de la negación platónica de que el arte muestre la realidad o de la reconstrucción de las categorías que nos dan sentido, el arte nos ha dado una distancia y sobre todo significados. Es más fácil entender conceptos abstractos a través del arte que intentando definirlos en nuestro mundo cotidiano. Por ejemplo, la imagen de belleza o de fealdad. Siempre acude a nuestra mente una representación de todas esas cosas que el arte a lo largo de su historia a delimitado como hermoso u horrible. El espectador enmancipado es el que compara esas representaciones con su experiencia, sin miedo a equivocarse o sin temor a desconfiar de su propio criterio.

Una película que juega y diluye las categorías de ficción y realidad es Fitzcarraldo de Werner Herzog.  En la ficción seguimos la historia de Brian Sweeney “Fitzcarraldo” Fitzgerald, un hombre obsesionado con la ópera que desea construir un teatro en la selva en pleno siglo XIX. Para consumar dicha tarea tendrá primero que hacer una fortuna en la industria del caucho, y su astuto plan para hacerlo consiste en transportar un enorme barco por el río a través de una pequeña montaña con la ayuda de los indios locales. En la película vemos dicha proeza humana a través de la ficción. Lo paradójico es que Herzog no simuló la escena, ni utilizó efectos especiales para hacerlo sino que la recreó en la realidad, es decir, realmente pasó por medio de un complicado sistema de poleas un barco de 230 toneladas a través de una montaña de 500 metros de altura que comunica la cuenca del rio Ucayalí con los ríos Madre de Dios y Beni en el Perú. Herzog dijo sobre esa escena: “(…) creo que si los espectadores se sienten impresionados por el transporte del barco montaña arriba es porque saben que se trata de algo real y no truqueado. Quiero que los espectadores recobren la confianza en lo que ven sus ojos.” Demostrar lo real a través del arte. Herzog lo definió como la conquista de lo inútil. No es el hombre controlando a la naturaleza, es el hombre conquistándose a sí mismo, demostrándose a través de la pantalla que es posible alcanzar lo épico. Fitzcarraldo funde las dos vertientes primigenias del cine en la exótica Amazonía peruana: fantasía y realismo. Las entremezlca al grado de no poder distinguir sus límites. No es gratuito que para el director germano, ésta sea su mejor obra documental. Lo confirmamos la mejor forma para explicar lo real es a través de la ficción.

Lo interesante y me atrevería a decir lo “mágico” de todo esto reside en que esa demostración de la posibilidad de lo real sólo ocurre o cobra sentido cuando entendemos que Herzog la transmite a través de la ficción. El mismo Herzog nos brinda otra respuesta a través de su documental The cave of forgoten dreams. En el filme explora y reflexiona a partir de las pinturas rupestres más antiguas que el ser humano ha encontrado. El mismo cineasta narra en voz en off y en algún momento nos dice: “Lo que estamos presenciando es el origen del alma humana moderna y el comienzo de la representación figurativa”. La imagen es la de un bisonte con ocho piernas. Las ocho piernas no hablan de deformación de lo que es la naturaleza, sino que nos habla de movimiento. Ahí está el inicio del cine en esa primera pantalla de fuego y roca. Esa representación primigenia del mundo que se mueve y que significa siempre otra cosa encierra todo lo que somos: una ficción de nosotros mismos.

Ficha técnica

Título: Fitzcarraldo

Título original Fitzcarraldo

Dirección: Werner Herzog

País: Alemania Occidental, Perú

Año: 1982

Duración:158 min

Género: Drama, Aventuras

Reparto: Klaus Kinski, José Lewgoy, Miguel Ángel Fuentes, Paul Hittscher, Huerequeque Enrique Bohorquez, Grande Otelo, Peter Berling, David Pérez Espinosa, Milton Nascimento, Ruy Polanah

Distribuidora: Werner Herzog Filmproduktion

Productora: Werner Herzog Filmproduktion, Zweites Deutsches Fernsehen (ZDF), Filmverlag der Autoren, Pro-ject Filmproduktion, Tayrona Entertainment Group, Wildlife Films Peru

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