Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 2015: El suri porfiado, en coedición con Círculo de Poesía, ha publicado en Argentina el libro: Cuadernos contra el Ángel de Efraín Bartolomé (Ocosingo, 1950), recientemente también publicado en España bajo el sello de Valparaíso Ediciones. Bartolomé es uno de los autores de mayor trascendencia en la poesía mexicana contemporánea y ya se puede conseguir su libro en Argentina.
Este cuaderno pesa
Es pura luz
Es pura sombra:
es mi sangre total cargada de sentido.
2
Escribo este desorden
Soplo este polvo estéril esta hojarasca esta ceniza sucia
como quien escupe una brasa un alacrán
un trago de vitriolo
Los hombres pasan movidos por el viento de la preocupación
Pasa un largo silencio
Pasa un dolor como un recuerdo oscuro
Pasan las palabras iluminando la noche dolorosamente
Abro este verso para que entre por él todo el aire nocturno
Para que entre por él la palabra que no se ha dicho aún
la bienvenida
la palabra de seda neblinosa y caliente
que un día atravesara un territorio hostil
de ademanes y ruidos y palabras ajenas
y unió tu mano con mi piel
mis labios con tu cuello
Bienvenida la palabra que no se ha dicho aún:
la tenue lluvia cálida
que comienza a caer
aquí:
Duele
Golpea la superficie caliza de mi alma
con un turbio tropel de sal y espuma
con una erosión lenta y encerrada
Me dio a beber su vino
Puso mi corazón a levitar
como un pez en las aguas violentas de la noche
y ahora se va:
yo contemplo la lluvia que golpea
los portones de hierro y sus aldabas
Esa mujer que ardía
que me llenó de heridas luminosas con su exceso de sol
va alejándose hundiéndose perdiéndose
Se va por las amargas paralelas del tren
Se va por el peralte donde la lluvia corre
Y yo quiero decirle que afuera hay un mal sueño
Que hay un perro rabioso Que hay un viento brutal
Que llueve
Que no salga
Pero no digo nada
Contra una piedra quiebro mis dos puños
Pero no digo nada.
La luz filosa tiembla
Pero no digo nada.
Y ella es un viento que se va:
deja en mi olfato púas de azúcar imposible
deja esta piel poblada de vidrios diminutos
este engranaje negro que tritura mi corazón frutal
esta cáscara en trozos que navega iluminando el aluvión
Ella se va:
Lleva en su boca el gusto de una naranja intensa.
Admonición del ángel
–Calla.
Eres polvo.
Estás muerto hace siglos.
Tu lengua es polvo.
–De mi lengua sin luz germinaron los dioses.
–¡Silencio!
La noche está en tu boca.
En tu saliva habita la tiniebla.
–La noche escupe un rayo con su boca de sombra.
–¿Has olvidado que no existes?
Tú eres la Mudez.
Nadie te escucha.
La estirpe de los hombres se derrumbó antes que las hormigas.
El polvo de tu lengua canta para una generación de sordos.
–Soy un poeta: soy una veta de oro
escondida en el pecho de mi generación.
–Tu patria es polvo.
Tu propiedad polvo.
Tu lengua es polvo.
–Con mi saliva y mi dormido polvo me hago a mí mismo.
Heme aquí, solo, en el centro del mundo
: Adán de barro fresco todavía.
–Yo soy el ángel.
Mi espada corta el día.
El árbol de la noche se desgaja
: caerá sobre tu especie una rama de sombra.
–No me importa
: he aquí que soy poeta
y mi oficio es arder.
–Hay demasiada noche sobre ti.
De tu boca saldrá sólo ceniza.
–De la boca del hombre la palabra.
De la boca de la palabra la canción.
De la boca del hombre la palabra que canta.
¡Arrodíllate Sol, te estoy nombrando!
–No hables más.
Siempre estarás conforme.
Mirarás sólo el polvo.
–He aquí que levanto mis ojos de la tierra.
He aquí que estoy harto de sólo pisar sombra.
Compartiré contigo esta ración de infierno.
–El filo de mi espada beberá en tu garganta.
–He aquí un hombre con su garganta lista
para hacer que florezca vergüenza en los cuchillos.