Luis García Montero sobre la poesía de Nilton Santiago

Presentamos un texto del poeta Luis García Montero sobre el libro Las musas se han ido de copas, del poeta peruano Nilton Santiago (Lima, 1979). En el 2003 obtuvo el segundo Premio Nacional de Poesía Copé 2003 por El libro de los espejos (Ediciones Copé, Lima, 2005). En la actualidad vive en Barcelona, donde además de su trabajo como asesor legal se dedica a la creación fotográfica y literaria.

 

 

 

 

 

 

SOBRE LAS LA MUSAS SE HAN IDO DE COPAS, POR LUIS GARCIA MONTERO

 

Las musas se han ido de copas
XV Premio Casa de América de Poesía Americana
Nilton Santiago
Visor Libros, Madrid, 2015
114 p.p.

 

El título, La musas se han ido de copas, no hace referencia a la tradición poética bohemia que nos sitúa a los poetas frecuentando tabernas y los bajos fondos de las ciudades, enseguida el lector nota que trasciende y que habla del don de la poesía, del don de la ebriedad, porque lo que desde el primer momento impera en el libro es el poder de la imaginación. No se tratan de ocurrencias, de esas que circulan mucho por Twitter, no se trata de un ingenuo, más o menos llamativo, se trata de la imaginación como valor para llenar de vida la poesía, para llenar la poesía de vida, para darle la palabra a la mirada poética capaz de romper con la rutina, capaz de iluminar lo que suele pasar desapercibido, capaz de buscar correspondencias y de crear sentido, otro sentido de la realidad. Desde el primer poema del libro se nos avisa: “Cada segundo un nuevo milagro se queda sin trabajo / o pasa desapercibido en una tienda de ultramarinos”. La rutina hace que las cosas pasen desapercibidas, y la mirada del poeta, la imaginación del poeta, nos va a llamar cada segundo la atención sobre lo que sucede.

            El libro propone así una definición del tiempo poético, desde el primer poema: “Sobre el por qué una persona no puede mantener los párpados abiertos mientras estornuda”, y el eje es la conciencia del tiempo, la conciencia de que en cada segundo ocurre algo que puede ser mirado, que puede ser interpretado, que nos da el sentido profundo de la realidad, de manera que aquí el tiempo no es un tiempo de rutina, sino que es el tiempo de los sucesivos acontecimientos y esto hace que la poesía se convierta en un acto de celebración. El tono del libro, la música del libro, es un tono, es una música celebratorio, celebratoria, y no es que el poeta piense que todo está bien; es que todo se cuenta, se mira, se dobla, se desdobla, se retuerce, se estira con la poesía, entendida como la imaginación capaz de interpretar la realidad y, como digo, no se trata que se piense que la realidad está vacía, no es un mundo vacío, no es un mundo que se quiera vaciar, es un mundo que se interpreta de otra manera, es el mundo de todos interpretado por un poeta.

             De hecho, la realidad está ahí de todas sus formas, en la vida cotidiana: aparece su mujer, Ainhoa, aparecen comentarios de su amigo Bruno, pero aparte de la vida cotidiana está la realidad de los telediarios que se aluden, los periódicos, de pronto aparece el terrorismo islámico, las vallas de Melilla, el conflicto palestino, el dinero del Vaticano, el Castrismo cubano, la muerte sospechosa de un fiscal en Argentina. La realidad está ahí, como está también a veces el sentimiento de soledad o de insatisfacción que a todos los seres humanos nos afecta en medio de un mundo hostil. Lo que ocurre es que si todo está ahí, todo también está condensado en la poesía, en la mirada del poeta que dice: “Es verdad que en algunos países el amanecer / es un pulpo en bicicleta que paradójicamente / le lleva el periódico a las noticias”. Atención, porque habitamos, al entrar en el libro, en un mundo donde no es que el periódico traiga noticias, es la poesía la que establece su particular medio de comunicación, de actualidad y de presencia. Las referencias de esta música, el diálogo con la tradición, está en la vanguardia hispanoamericana, el dominio del versículo, del poema en prosa vanguardista, de las muchas referencias que en esta poesía culta pueden encontrarse. A mí se me ocurre citar, por ejemplo, un texto de Federico Garcia Lorca, “el paseo de Buster Keaton”, y se me ocurre por varias perspectivas, en primer lugar porque Nilton Santiago cita en un poema a Buster Keaton “Marion se va sin pena ni gloria y llega Olivia con una bandada de golondrinas para volverse a marchar llevándose la luna llena” y, después de citar a varios referentes, entre ellos a Pablo Neruda, dice: “lo recuerdo a él que me recuerda a mí mismo recordando a / Buster Keaton”.

            Está presente Buster Keaton, está presente Woody Allen, porque uno de los grandes ejes de energía poética del libro es el humor, es la ironía. El humor y la ironía que se convierten en cultura y que le abre la puerta a la mirada desestabilizadora e impertinente de la poesía. Ironía sobre el mundo, sobre los sentimientos, sobre la política, pero también ironía hacia la propia escritura, hacia el hecho mismo de la poesía, dice: “Bruno llamaría a este comienzo de poema un patético discurso / del amor soluble, digno de publicarse en el catálogo de una peluquería”.

            Es un libro arriesgado, pero que se vigila constantemente, la poesía se vigila desde la poesía, la escritura se vigila desde la escritura a través del humor, de la ironía, convertidas en forma de conciencia estética: “pero no, no nos vayamos por las ramas de esta pobre página en blanco (la tradicional página en blanco) / hablábamos en este poema de ti / y no de mis bienaventuradas desgracias”. Y de hecho, los poemas son un permanente diálogo con la propia escritura de la poesía para dar respuesta a las “bienaventuradas desgracias”, a la insatisfacción.

            Otro de los ejes del libro hace que el dialogo con la realidad tenga que ver con la seducción, con las relaciones amorosas, con la mujer que va, que viene, con el amor que va, que viene, pero es otro eje del libro porque ella al final acaba identificándose con la poesía. Al fin y al cabo el dialogo con ella es el diálogo con la propia poesía, en lo que tiene de dignificación el amor y de vitalidad la concepción de la poesía: “No creo que no te des cuenta de que me tienes muy pillado, / pero ah poesía, amor cruel, / ya sabemos que eres tan tonta / que hasta tus peores torpezas te salen bien”. De manera que imaginación, humor, correspondencias, como ejes que dan unidad a un libro que es sobre todo una celebración de la poesía, un libro que está en la mejor tradición de la poesía latinoamericana que ha ido recogiendo a lo largo de los años este premio.

            Un libro que, como se afirma en las últimas palabras, consigue que “la libertad y la belleza y la dignidad se remanguen los pantalones y crucen las aguas cristalinas de todos los amaneceres para traernos a la cama un puñado de sueños recién horneados”. Esos sueños y esas emociones que tanta falta hacen en el mundo para que el ser humano cobre su dimensión completa.

            Pues bien, estos fueron uno de los motivos por lo que el jurado otorgó a Nilton Santiago y a Las musas se han ido de copas el Premio XV Casa de América de Poesía. Y yo les aconsejo a todos Uds. las libertades, las bellezas y las imaginaciones de este poemario.

 

Casa de América, 18 de noviembre de 2015

 

 

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