Poesía chilena: Mario Meléndez

Presentamos algunos textos del poeta chileno Mario Meléndez Muñoz (1971) pertenecientes al poemario Il circo di carta, publicado recientemente por Raffaeli Editori en Italia. Sobre su trabajo, Oscar Hahn ha escrito: “Una poesía sólida, con un eficaz manejo del lenguaje; siempre inquietante y a veces pesadillesca, pero no exenta de humor, sitúa al poeta chileno Mario Meléndez en la primera línea de su generación. Una poesía que se sostiene en cualquier idioma”.

 

 

 

 

 

 

Pedagogía inconclusa

 

El niño le pregunta al padre

si las palabras envejecen

El padre le responde al hijo

que las palabras siguen tan jóvenes

como en el primer día

El niño corre donde el abuelo

para llevarle la buena nueva

Y el viejo abre de golpe

el cajón de las palabras

para que éstas le cuenten el secreto

 

 

 

 

 

 

La hija de Rimbaud

 

La niña del vestido abierto

se levanta a la hora

en que las palabras están de fiesta

porque ella misma es una fiesta

cuando tiende sus muslos al sol

y el viento la recorre

con sus dedos infinitos

Un triciclo de cristal la espera

junto a las flores del patio

y un nido de mariposas ciegas

se desnuda entre sus huesos de miel

Y en su lecho de plumas azules

ella cuelga sus trenzas de trigo

y cuenta sus abejas muertas

hasta quedarse dormida

mientras la tarde la envuelve

con sus labios amarillos

La niña del vestido abierto

se despierta a la hora

en que los relojes sueñan

porque ella misma es un sueño

cuando abre su vestido

y los gorriones se amontonan

locos de amor

sobre sus pechos de papel

 

 

 

 

 

Abrígate, Gladys

 

a Gladys Marín

 

Abrígate, Gladys

que la muerte tiene los pies helados

y una lágrima en la sien

No bastarán tus rojos huesos para este viaje

ni la saliva de tu corazón

Date trato

que hay lombrices añorando tus entrañas

tus axilas luminosas

tus rodillas que adivinan el país de los enanos

Ve despacio

no te olvides de marchar entre las tumbas

no te canses

y ojo con las hormigas que te deprimen

con aquéllas que presienten tu color desde lejos

tu color sin maquillaje, tus encías de viento

tu cabello enjaulado que crece cuando ríes

compañera de las horas golpeadas

todo vale en esta noche sin orillas

donde la eternidad pasa descalza entre tus muertos

y tiene hambre de abrazarte

porque sabe que tus gestos resucitan

y se echan a volar sin despedirse

y se pierden en la patria de los sueños

y ya no vuelven

Qué harás ahora sin ti

sin tu esqueleto de pan mojado

sin tus pechos que ladran de orgullo

sin tus sábanas heridas

ahora que la ausencia se desviste para otros

qué harás bajo la tierra sin conocer a nadie

Abrígate, Gladys

y amarra bien tus cenizas por si te arrepientes

 

 

 

 

 

La playa de los pobres

 

 

1

 

Los pobres veranean en un mar

que sólo ellos conocen

Allí instalan sus carpas

hechas de mimbre y celofán

y luego bajan a la orilla

para ver la llegada de los botes

curtidos de adioses

En la playa

la miseria se broncea boca abajo

el hambre toma sol en una roca

los niños hacen mediaguas en la arena

y las muchachas se pasean

con sus bikinis pasados de moda

Ellas tienden sus toallas de papel

y se recuestan a mirar el reventar de las olas

que les recuerda la forma de un pan

o una cebolla

Mar adentro nadan los sueños

Y ellas ven al vendedor de helados

acariciando sus pechos

o a ellas mismas en un viaje hacia la espuma

del que regresan con vestidos nuevos

y una sonrisa en el alma

 

 

 

2

 

Los pobres veranean en un mar

que sólo ellos conocen

Y cuando cae la tarde

y el horizonte se desviste frente a ellos

y las gaviotas se desclavan del aire

para volver a casa

y el crepúsculo es una olla común

llena de peces y colores

ellos encienden sus fogatas en la arena

y comienzan a cantar y a reír

y a respirar la breve historia de sus nombres

y beben vino y cerveza

y se emborrachan

abrazados a sus mejores recuerdos

Mar adentro nadan los sueños

Y ellos ven a sus hijos camino de la escuela

cargando libros y zapatos y juguetes

o a ellos mismos regresando del trabajo

con los bolsillos hinchados

y con un beso pintado en el alma

Y mientras ellos sueñan

el hambre apaga sus fogatas

y se echa a correr desnuda por la playa

con los huesos llenos de lágrimas

 

 

 

 

 

Crónicas de un circo pobre

 

El domador entró desnudo a la jaula

La trapecista entró desnuda a la jaula

El león había muerto

pero la jaula rugía

como en sus mejores tiempos

 

 

 

 

 

 

 

Datos vitales

Mario Meléndez (Linares, Chile, 1971). Entre sus libros figuran: Apuntes para una leyenda, Vuelo subterráneo, El circo de papel, La muerte tiene los días contados y Esperando a Perec. En 1993 obtiene el Premio Municipal de Literatura en el Bicentenario de Linares. Sus poemas aparecen en diversas revistas de literatura hispanoamericana y en antologías nacionales y extranjeras. Parte de su obra se encuentra traducida al italiano, inglés, francés, portugués, holandés, alemán, rumano, búlgaro, persa, catalán, macedonio, griego y árabe. Durante cuatro años vivió en Ciudad de México, donde dirigió la serie Poetas Latinoamericanos en Laberinto ediciones y realizó diversas antologías sobre la poesía chilena y latinoamericana. Actualmente radica en Italia. A comienzos del 2013 recibe la medalla del Presidente de la República Italiana, concedida por la Fundación Internacional don Luigi di Liegro. Una selección de su obra acaba de aparecer en la prestigiosa revista Poesia de Nicola Crocetti. Al inicio de 2015 es incluido en la antología El canon abierto. Última poesía en español (Visor, España).

 

 

 

 

 

 

Librería

También puedes leer