En el aniversario de su muerte recordamos a la narradora y bailarina mexicana Nellie Campobello (1900 -1986) con un texto del poeta Mario Bojórquez sobre su obra central, Cartucho, referente indiscutible de la novela de la revolución mexicana.
A propósito de Cartucho, de Nellie Campobello
por Mario Bojórquez
Con el subtítulo de “Relatos de la lucha en el Norte de México”, Nellie Campobello publicó en 1931 su libro Cartucho, una crónica novelada de algunos episodios del movimiento de la Revolución Mexicana en el Norte del país, concretamente en Parral, Chihuahua, y aún más concretamente, en la Segunda Calle del Rayo, donde vivía su familia. La voz narrativa que conduce el relato es la de la propia Nellie Campobello en primera persona, pero a los seis, siete años de edad, son, pues, los recuerdos infantiles donde la violencia y la muerte se mezclan en la visión inocente de una niña que encuentra emocionante que los hombres se maten a balazos o que junto a su casa se desarrollen los fusilamientos. Dividido en tres apartados: “Hombres del Norte”, “Fusilados” y “En el fuego”, se trata de una serie de pequeños retratos de los héroes anónimos que forjaron una noción de la patria mexicana, alejados de los mitos y estereotipos que la lucha armada encontró en el cine, estos personajes reales del drama revolucionario alcanzan aquí su verdadera estatura humana, la complejidad de sus acciones y la explosión de sus afectos quedan aquí registrados como trozos de vida deleitables: un combatiente que recuerda con llanto a su hermana a quien no puede buscar pues ha decidido tomar una vida que él no aprueba, un jefe militar que resuelve con azotes cualquier indisciplina, el encanto que genera en una tropa beligerante la ternura infantil de su hermana Gloria, así como estampas dolorosas y traumáticas de la violencia, contadas aquí con la risueña inocencia de una niña: los colgados, los fusilados, los amigos que se van a la lucha y ya no vuelven, cadáveres, sangre, asesinatos, todo esto mezclado con canciones y juegos, con escenas románticas, con la tripas de un general.
La novela de la Revolución Mexicana, es un movimiento que generó una visión particular del ser nacional, que trató de explicar la injusticia en que estaba sumido nuestro país y de las causas que provocaron el levantamiento armado, en el caso de los textos de Nellie Campobello sus recuerdos se refieren a la segunda etapa histórica de la revolución posterior al asesinato de Francisco I. Madero, es decir, al enfrentamiento de los ejércitos del sur y del norte capitaneados por Francisco Villa y Emiliano Zapata contra la coalición de Venustiano Carranza y Álvaro Obregón; su punto de vista se lo había inculcado su madre, de filiación villista, ya que consideraban a Villa como paisano duranguense, sin embargo, cuando la emergencia lo requiere, su casa también recibe con tolerancia a los llamados carrancistas, la lógica de la violencia exige cierta flexibilidad en el trato con las diversas fuerzas en pugna, pues de ello depende la vida. Al repasar los ojos sobre las fotografías de la época, reconocemos algunos de los personajes que aparecen en Cartucho, en la famosa foto de Villa sentado en la silla presidencial junto a Zapata, vemos en el extremo derecho y de pie a Rodolfo Fierro, mientras que sentado a la derecha de Villa y vestido de militar al general Tomás Urbina, estos dos hombres, que nacieron para el combate, se encontrarán en el relato de Nellie Campobello cuando sea descubierta una intriga a favor de Carranza. Aquí también ha quedado fijada la personalidad contradictoria del General Francisco Villa, ya llorando frente a los concheros y ante el sepulcro de Francisco I. Madero, ya robando sandías de un tren en movimiento o encargando pan a unos sastres. Villa siempre sorprendente en todos sus actos, por ejemplo, la conversación que sostuvo con los señoritos en donde reconoció al dependiente que le había mostrado un sombrero muchos años atrás o despertando al joven combatiente que duerme con el caballo amarrado a la muñeca, todas estampas de peculiares matices que nos vuelven más vivo al gran personaje de la historia mexicana.
La narrativa de Nellie Campobello está construida con la marca de la sencillez, refleja vivamente los sentimientos de los personajes pero nunca interviene con una valoración moral al respecto de los mismos, con la mirada del niño, la crueldad de la vida es siempre un motivo de asombro, una ocasión para el juego, lo mismo relata con un realismo espeluznante una estampa de un hospital de guerra improvisado, que el retrato de un galán antes de una belleza inusitada, ahora muerto y su cuerpo destrozado en la batalla. Su principal virtud consiste en mostrar con crudeza la realidad de la guerra, sin afectaciones ni vanos discursos sobre la justicia, para los ojos de la niña ni siquiera el propósito de la guerra queda del todo definido, no se sabe de qué lado está la razón, y además no importa, están los changos, los carrancistas y están también los villistas, es decir los paisanos, ellos se matan y la niña sonríe tratando de vincular su mundo maravilloso con el rudo tráfago de la guerra. Para ella los combatientes son hermosos o feos, agradables o desagradables como personas y sus actos resultan tan incomprensibles que no alcanza la visión de la niña para desentrañar las motivaciones de esos hombres rudos empeñados en destruirse las vidas. Nellie Campobello es una autora mexicana que debe ser leída con atención, que merece estar entre los autores más representativos de la época de la Revolución Mexicana.
Bibliografía
Campobello, Nellie, Cartucho, en Obra Reunida, FCE, México, 2007, 378 pp.
