Presentamos, como parte de la serie de poesía del sureste que realiza Alejandro Rejón, una muestra del poeta mexicano Jorge Lara (Mérida, 1960), uno de los poetas más importantes de Yucatán Ha publicado La fundación del alba; Defensa del adiós (1989), El Sueño; Sostener la luz (1990), Fosforescencias (1992), Tierra recién nacida (1998), La ronda del sol girante (2001), Los encendidos flancos del Éter (2007), Lebreles y albas (2009).
Por el confino sideral renombre
Por el confino sideral renombre
axólotl salamandra camaleón
florida muerte tigre al victorioso
abrasador despojo en la llanura
Difícil material para constelaciones frígida-s
largo sitio roto los amantes vean
tras vez gris en la máquina del ansia
fórmula rasante venga el viento
por los que viven niebla y sus ramos procure
de ala marmórea febriles ostentando
flamear acre ya en sangre aciaga la jauría
al verter en espectro leve remo
aquí fundante trizador asombra
del triste fango haciendo pura luz
De las vicisitudes el macho joven en la borrasca del amor tardío
Por dónde irás gato gris
vis plegada con esa gran bolsa de ayeres y tu cara de triste
dónde perdiste la rotunda moneda el mañana
clama precisas ese ventanal al sol que tu aire acidula
ven a la estera grita ruge aúlla
quién te contiene allí qué te recoge
pobre mustio
ahíto
refugiado sin pudor
escuálido tiburón nuestra sangre olisquea
la vida acomete
imprevisto gavilán a la urbe testigo
tigre ahuyentador de escombros en guardia
fosforece te pido
velocidad turquí de picaflor
deleitable alarido
mira que los días escapan no sé
cuánto más juntos a vivirnos
pero saca de ahoramismo el valor
la camisa de fuerza
quítate esa neblina que te opaca el paisaje
agrisando los labios de fontana invencible
el aural de los santos que se mueren de ganas
la cómoda estatuaria del miedo polvoroso
da tu licor más puro
desciñe la escafandra
beso veneno a beso comparte
oxigénate en ansias
tambores resonantes tempestuosos hirsutos astros fieros en pugna
y desde las hordas oscilando canta
Ábaco el sol
Adentra mis estancias
la soledad blanquísima
nombres por miles marfilados de exilio
encalan estos muros
camuflages
sostienen sus intrigas
Aun el aire más puro de albo se adelgaza
De Bebedor de susurros
4
Corre por su vida
el río
Tanta sed le persigue
Miércoles 2 x 1
El estudiante se desnudó en la plaza
invictos ojos lo cubrían
manaba de su vid el licor del licántropo
y su perfume fue de uvas calcinantes
como perros en brama por la noche de agosto malherida infortunio desgracia
(en el festín de tiburones con rigor devorado
un alto palomar desplomándose hielo
recorría almacenes exóticos franquicias trasplantadas
y el neón ni la ira gritos ahogados podían retenerle
todo entonces derrumbe
yelo yelo
crepitaciones de puerta cerco insostenible a su paso
la joven suicida se detuvo en el borde del rojo acantilado
sus bolsos de mercar desmemoria naufragio
oh espantada espantable
huyeron los años jóvenes por su piel exultaban
no hubo modo
se encontraron
contrarios confundidos ya distantes
soñarían consigo igual
de pronto adivinándose
Asesino número 1
Ni el pequeño bote pesquero
que cruza perpendicular al horizonte
desgarrando con sus mástiles y la estela blanca tras de sí
la impresión de este paisaje fijo
O los camiones cargueros
sucesivos
desde el almacén estación liminar del muelle
donde una draga holandesa se petrifica
O la repentina gaviota
cuyas alas preguntan la dirección del aire
Nada aquí tiene prisa
El colegio marino
cúmulos cirros limbos estratos
Nada aquí parece tener prisa
Sólo un vaivén que anega de lentitud los relojes
y repite la confusión en los ojos
Aun el recuerdo
único modo de que permanezcas
fluye lento
Y sé que también se evapora
Caracol
cálamo forme el sol de sus luces
sílabas las estrellas compongan
Sor Juana Inés de la Cruz
Claustro perfume túrgido abjurante
invernal entre geómetras paloma
magro concilio roto de apotegmas
en el fasto del incendio furtivo
No ciego al torvo alcaraván con eco
bajo la luenga noche descolgado
umbrío cintilar tras lodo primigenio
elación de pensamientos lluviosa
Ariadna el minotauro un laberinto
qué prodigio naciente por la mano
canto de oscuridad oblonga al centro
Páramo dulce para yertos peces
el tiempo “arena a arena” un imán de olas
rumoroso infinito reloj sueño
Magníficat
Coronada de altares la plaza está vacía
En el nombre de Dios
potestades del aire
íncubos súcubos
arrodíllense
Ajuste calendárico
Con ulular de búhos astrolabio merodeante
Brújula trémula avanzo entre aullidos y claqueos
Sextantes reconstruyo bajo el ojo lunar de la lechuza
El penumbrado idioma de los Chilames vivo
Postergación del Ying
Bajo cíclope noche
cerca del mar me llamas
Muerte
Tal vez
un día
en otro sitio
nuevos sueños
gente distinta
quizá
Precognición
Ah rigurosa noche adrenalina
Descalza ya la máscara en asedio
De fieras los puros instintos hablan
Voraces maravillas nos acechan