Sobre Gastón Baquero: entrevista con Carlos Javier Morales

Presentamos una entrevista que realiza Samir Delgado a Carlos Javier Morales, a propósito del vigésimo aniversario de la muerte de Gastón Baquero, poeta cubano de quien se acaba de editar la antología Palabra inocente, en la Colección Visor de Poesía. Gastón Baquero fue un importante poeta cubano que vivió exiliado en España.

 

 

 

Entrevista sobre Gastón Baquero en el 20 aniversario de su muerte. Conversación con el antólogo Carlos Javier Morales

 

“El desconocimiento de su genial poesía es aún brutal”

 

Con motivo del vigésimo aniversario de la muerte del poeta cubano Gastón Baquero (1914-1997) y la reciente edición este año 2017 de la antología Palabra inocente en la Colección Visor de Poesía, la entrevista ofrece una conversación con el poeta y antólogo de la edición, Carlos Javier Morales (Santa Cruz de Tenerife, 1967) autor especializado en la obra de autores cubanos como José Martí y el propio Gastón Baquero de cuya obra global da cuenta en un pormenorizado estudio introductorio, coincidiendo con la efeméride del poeta cubano exiliado en España, autor de libros como “Saúl sobre su espada” y miembro vinculado a la generación Orígenes.

 

Samir Delgado

 

 

-La condición insular ha sido uno de los puentes trascendentales entre las poéticas del Caribe, y el poeta Gastón Baquero provenía de la Revista Orígenes -capítulo cubano de la teleología de lo insular-. ¿Hay en su obra completa un vestigio de ese espíritu de la insularidad? Pienso en versos como llega el sueño del mar, el niño duerme garabateando en la arena.  

Creo que Gastón Baquero es un poeta hondamente insular, aunque esa condición no aflore en su poesía de un modo llamativo. La insularidad de Gastón hay que encontrarla (y digo encontrarla  porque no se aprecia en la superficie) en su visión universal de la cultura y de la naturaleza. No tanto en sus paisajes marinos (que los tiene, aunque no son su escenario principal) como en la conciencia de estar abierto al mundo entero, es decir, a todos los lugares, a todos los tiempos históricos y a todas las culturas del mundo. La insularidad es, ante todo, conciencia de estar solo y necesidad urgente de apertura a los demás. En esa urgencia por abrir sus brazos a todos los hombres, por remotos que estén en el espacio y en el tiempo, está la insularidad de nuestro poeta.

Por lo demás, debo decir que, en sus conversaciones conmigo y en las entrevistas que concedió a distintos autores (véase especialmente el libro Entrevistas a Gastón Baquero, realizadas por Felipe Lázaro y otros críticos, publicado por la Editorial Betania de Madrid un año después de su muerte, es decir, en 1998), Gastón aclaró siempre que el grupo de Orígenes no fue más que un grupo inicial de amigos que estimaban la obra de José Lezama Lima. Y nada más. Uno, a posteriori, puede encontrar mayor o menor afinidad entre ellos. Pero Gastón, que sólo colaboró dos veces en la revista homónima, nunca se sintió miembro de ningún grupo poético.

 

-En la biografía de Gastón Baquero el exilio aparece como un aspecto ineludible de su existencia. Habitó esa soledad con absoluta determinación durante la vida en Madrid. ¿Es una faceta universal, necesaria, de consagración del escritor exiliado?

Baquero nunca aludió al exilio en su obra, ni en verso ni en prosa (al menos yo no lo recuerdo). Su exilio en España, desde 1959 hasta su muerte, no es nunca tema de su escritura. A mi modo de ver, el exilio de Gastón es un exilio interior: una conciencia aún mayor de estar solo y de necesitar la comunicación con el otro. Por lo demás, su poesía escrita en España supone un despliegue sorprendente de todos los grandes hallazgos de su poesía primera (que nació con una increíble y genial madurez). Esto se advierte en la mayor explicitud de ambientes geográficos, históricos y culturales que recrea, y en la mayor ansiedad de su urgencia nativa por sentirse acompañado en el mundo.

En este apartado quiero advertir que, pese a todo, como explico en mi estudio introductorio a la reciente antología Palabra inocente (publicada en Madrid por la editorial Visor), España se comportó de un modo mezquino con nuestro gran poeta: fue una figura que provocó recelos e indiferencia en la España de Franco, en la de la transición y en la de hoy. Por eso digo España  y no algunos españoles, porque el desconocimiento de su genial poesía es aún brutal.

 

-Dice el poeta: es la pobreza la única rosa nacida del abismo. En un mundo unidimensional, de capitalismo global, marcado por el consumismo cotidiano y el deterioro irreversible del planeta, ¿encontramos en la palabra del poeta cubano un llamado a la desnudez, a lo contemplativo, a la vida íntima soberana?

Por supuesto. Esa actitud de no usar a las personas ni al mundo, esa voluntad de mirar con entusiasmo agradecido a todos los seres de la naturaleza y a todos los hombres, se encuentra desde el primer momento de su poesía. Basta recordar poemas tan representativos como “Palabras escritas en la arena por un inocente” o “Testamento del pez”, ambos publicados en su primer libro, en 1942. Esa mirada que descubre y admira al mundo, recreándolo personalmente, es la mirada verdaderamente humana, tan necesaria en el mundo actual, donde parece que todo y todos somos materia de usar y tirar.

 

Salir de Cuba en los años iniciales de la Revolución y residir en la España de Franco parece una contradicción vital. ¿Cómo se explica en la vida de un poeta que la disidencia en un lugar traiga consigo una connivencia con una dictadura tan atroz como la del régimen fascista en España?

Creo que no existió tal connivencia. Por un lado, Gastón Baquero no sintió ninguna simpatía por la Revolución, y con esto no digo nada nuevo. Según me contó en privado, antes de la llegada de Fidel Castro a La Habana ya sabía que los revolucionarios eran financiados por la Unión Soviética, que estaba sufragando una nueva base militar en la isla. Como redactor jefe del Diario de la Marina, tenía una información muy superior a la de la mayoría de sus compatriotas. El caso es que, ya a principios de 1959, sufrió varios ataques y robos cuantiosos en su casa, así como la indefensión policial del nuevo régimen. Por eso decidió exiliarse a España cuanto antes. Desde luego que en España, como he dicho, fue recibido con gran recelo e indiferencia. Y no es que Gastón sintiera simpatía por el régimen de Franco; lo que sentía era un gran amor a España por su tradición cultural y por ser un lugar privilegiado para conocer la actualidad de cada país hispanoamericano y a muchos de sus grandes escritores, que pasaban por Madrid en gran número. Y es que Gastón era, ante todo, un gran americanista. Por esa razón, y porque su vida personal estaba aquí más segura que en Cuba, toleró vivir bajo el régimen franquista.

 

¿Cuál ha sido la hoja de ruta en la edición antológica de Gastón Baquero en este vigésimo aniversario de su fallecimiento? Existían otras compilaciones líricas como la del boliviano Pedro Shimose de 1984 o la de editorial Verbum del 98. ¿Ha facilitado su labor crítica la amistad con el poeta? Muchas gracias.

Mi intención para la  antología Palabra inocente  ha sido dar a conocer a todos los lectores posibles la grandeza imponente de este poeta absolutamente imprescindible en las letras hispánicas contemporáneas. Ha habido, como dices, otros volúmenes antológicos de Baquero, pero hoy por hoy la Colección Visor tiene una difusión mundial superior a la de otras editoriales de  poesía. Por lo demás, he seguido un orden cronológico y he considerado inexcusable incluir varios poemas de la primerísima juventud de Gastón, para evidenciar que nuestro poeta es genial desde sus comienzos.

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