Poesía mexicana: Carlos Vallín

Presentamos un muestra de Carlos Vallín (Guadalajara, 1983). Ha publicado en revistas literarias de México, Argentina, Colombia, España, Uruguay, Chile, Portugal y EUA. Sus poemarios son Oasis envenenado (2012), Canciones sobre una Musa infinita (2013) y Soy un enorme cerdo (2016).

 

 

 

Canto de Tecozantli en presencia de emperador Nezahuacoyotzin

 

Oh emperador Nezahualcoyotzin que todo lo diste

me orgullezco ante ti y ante El Dador de Vida

soy Tecozantli, te muestro mis flores y cantos

mi linaje es del venado y el tlacuhache wixra

mi corazón y sangre los sacrifico a los dioses

tu que dejaste música y guirnaldas que permanecen

mi cuerpo yace ya bajo tierra entre magueyes esmeralda

fue hora de abandonar la carne y volverse quechol.

 

 

 

Romance del tejón del campo

 

Soy Tecozantli, un tejón que come flores del campo

que en maizales dorados contempla la luna

mi corazón de cacao flota en los ríos

soy Tecozantli, besé a una garza de rubio plumaje

bajo los brillantes soles de esmeralda y jade

y en espera que la tarde escarlata caiga

en espirales y tambores de la laguna blanca.

 

 

Canto primario (o canto natural) de Tecozantli Tecuexe

 

Yo soy el Tecozantli Tecuexe

cuicapicque del valle de Atemajac,

es mi región el señorío boscoso del Ixtépete

protegido por el remolino de Quetzalcóatl,

soy el mestizo, el recolector de venados

nieto del cordón de agua Amecatl

del la reina Tzapotzintli del imperio de Tonallan

y los ídolos desparecidos de Etzatlán,

es mi planicie turquesa y lacustre

de los espirales sagrados de Teuchitlán

de los campos fértiles de pitaya y maguey,

traigo las notas multicolores del gorrión

el eco en la ranura hermosa de Huentitán,

piel de ocelote y vuelo de azul gavilán

aquí es donde suenan las flautas del huitzilin,

yo el primo del tlacuache y el solitario coyote

yo el sigilo del cacomixtle y el zarpazo del jaguarundi

aquí donde retumba el tambor del tecolote

aquí la tinta colorada del murciélago fugaz

donde danza la salamandra, campamocha y chapulín

pinto la flor transparente que nace del nopal,

es mi ascendencia del héroe Jojouhquitecuani

bravo victorioso contra el imperio de Pátzcuaro,

investido del arco y flecas de Tlaquitehuitli

la fiereza inquebrantable de los guerreros de Tetlán

reniego y repugno la sangre de Nuño de Guzmán.

 

 

 

Soplo divino

 

Mi alma ha tenido un brillo

ya lo habían dicho los poetas

somos perecederos, soplos mortales

solo dejaremos cantos y remembranzas

he tenido una iluminación divina

lo he comprendido al fin tiranos peninsulares

su dios no ese el mío, quisieron que creyera con sangre

lo he comprendido al fin: Coatlicue, Huitzilopochtli, Quetzalcóatl,

que nunca se apaguen.

 

 

 

Padre Nuestro

 

Padre Nuestro que estás en la sangre

de tlatoanis masacrados por españoles

las serpiente emplumada yace bajo las cruces

alma de guerrero águila blande su atlatl de broce

aquí estamos bajo este lago de bayonetas

el quetzal agoniza balo lenguas de balas

vomito en esos frailes, en esas coronas de costra.

 

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