Presentamos una muestra del poeta cubano Reynaldo García Blanco (Sancti Spíritus, 1962), que pertenece a su libro Esto es un disco de vinilo donde hay canciones rusas para escuchar en inglés y viceversa, con el que fue merecedor del Premio Internacional de Poesía Casa de Las Américas Cuba 2017. La selección corre a cargo de Alejandro Rejón Huchin.
Canción rusa para escuchar en inglés
Si por alguna casualidad histórica
No prevista por Carlos Marx o Antonio Gramsci
Los americanos se apoderan de cuba
Iré al ten Cent más cercano para comprar
Cien metros de tela blanca
Cien metros de tela azul
Cien metros de tela roja
Y en San Walton de Arkansas
Mandaré a hacer cientos de banderitas
Para poner en la puerta de cada McDonald.
Si por esas casualidades de la vida o la historia
No previstas por Charly Marx o Antonio Gramsci
Estas banderitas no alcanzaran
Volveré al Ten Cent más cercano
Para comprar cien metros de tela blanca
Cien metros de tela azul
Cien metros de tela roja.
Zenkiu.
Todos los poetas beben ginebra
Ahí vienen Martí y Rilke
Con una bolsita con bayas de enebro.
Vienen los poetas de ver a la bailarina española.
Hierro, sodio y calorías para poder escribir.
¡Ah! Franciscus Sylvius de la Boeel
Bendecido estás.
Ginebra seca para el alma divertir.
Por ginebra hemos sido salvados.
Amén.
Cervezatorio (revisitado)
Ayer en la tarde
Mi mujer y yo
Dejamos a un lado la Biblia
Y nos fuimos a la puta inmunda ciudad
Por unas cervezas.
Ella habló mal del poder eclesial
Y yo del poder político.
Para relajar la reunión
Conté el chiste aquel
De que para reunir a Los Beatles se necesitaba tres
/disparos más
Y los amigos rieron hasta el desastre.
Pasada la media noche
Como dos tórtolos heroicos
Regresamos a nuestra casa detrás de las colonas
Y fuimos muy felices
Porque vimos a Dios dos veces.
Como soldado de Rimbaud
Y con la boca abierta
He visto a los niños ahogados del Mediterráneo.
Traen en sus brazos lozas de un minarete de Birmania
Un sombrero con flores de alelí
Una cruz de ceniza rota por sus puntas.
Ahí están
Vocingleros
Manchados por las sales de plata
Verdosos y sonrientes
Sin casco
Con la boca abierta
Como el soldado de Rimbaud.