Presentamos algunos textos del poeta Carlos Sánchez Emir [Carlos Ignacio Sánchez Ramírez] (Ciudad de México, 1998). Ha sido becario, un par de ocasiones, en el Curso de Creación literaria para jóvenes de la Fundación para las Letras Mexicanas en la Universidad Veracruzana y, de igual manera, becario del Festival Cultural Interfaz ISSSTE-Cultura/Los Signos en Rotación. Forma parte del “Taller literario Igitur” y del proyecto “Crítica y Pensamiento en México”. Actualmente es estudiante de Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Textos suyos aparecen en diversas revistas digitales.
Cuarto de espejos
Todo espejos en la habitación,
un mundo de lastimosas envolturas:
aquella mujer fríamente hermosa
es sólo una sombra de lo más amarga.
¿Y qué es la muerte?, me pregunto.
Quizá la muerte son espejos
reventándose poco a poco hasta dejar
al puro marco en maderas y aire.
Y a todo esto:
¿Será verdad que los espejos rotos
traen mala suerte?
Espero que no,
porque durante cien espejos
he quebrado mis años.
A la conquista del otro
Delante de este mundo
hay otro mundo, pero con otras caras.
Este mundo es nuestro;
el otro, aquel sin nombre,
todavía no tiene nuestros respiros.
Afortunadamente ese mundo
es inconquistable;
porque un hombre no puede dominar
a quien está del otro lado del espejo.
La resistencia del hueso
Se ahogó el único aliento
que todavía no era cadáver,
y con un temblor de rodillas y manos
se agrietó el rostro de la tierra.
¿Y qué pasó con el hueso?
Me contaron que venció a la carne
y que se acabaron las viejas pretensiones,
pues ahora el único sustento de la vanidad
será ya cuestión del número
de gusanos en los ojos.
El traje adecuado
Ir a la sastrería y que te confeccionen
un traje para la ocasión más especial;
o, aún mejor, ir a la plaza
llena de caras artificiosas
y comprar un traje
que siempre esté a la justa medida.
Y comprar un traje
que sea cálido con tus huesos,
un sano y gozoso
alimento para los gusanos,
aquellos que te acompañarán
hasta el final de tu muerte,
si es que la muerte
tiene algún final.
Jaulas
Todo este lugar está lleno de tigre,
nada es permisible en este sitio.
Somos los únicos habitantes de su jaula,
somos, al fin, su fiel presa.
Somos aquello que lo hace ver
como un ser superior
a los otros seres.
Todo este lugar está lleno de tigre,
y la memoria nos inventa
que en otro tiempo
los papeles fueron distintos.
El gran zarpazo
quiebra la memoria.