En el marco de la muestra de Poesía boliviana actual escrita por mujeres, compilada por Jessica Freudenthal Ovando, presentamos una muestra poética de Mónica Velásquez Guzmán (Bolivia, 1972). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía “Yolanda Bedregal” 2007, con su poemario Hija de Medea. Ha publicado: Tres nombres para un lugar (1995), Fronteras de doble filo (1999), El viento de los náufragos (2005), Hija de Medea (2007), La sed donde bebes (2011), Abdicar de Lucidez (2016) y sinnúmero de ensayos sobre literatura. Además, la Antología de poesía boliviana del siglo XX (2004), y a su cargo está la colección La crítica y el poeta sobre varios autores bolivianos; los libros de ensayo Múltiples voces en la poesía de Francisco Hernández, Blanca Wiethüchter y Raúl Zurita (México, 2009) y Demoniaco afán, Lecturas de poesía latinoamericana (2010), entre otros. Ha editado además la Poesía completa de Oscar Cerruto y la Poesía completa de Yolanda Bedregal. Sus poemas figuran en antologías de Julio Ortega y de Gustavo Guerrero.
Fragmentos de Abdicar de Lucidez
(Plural, 2016)
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Recluida en esta mano vegetativa
errante letrear sin canto ni suplicio
se decreta un coma general y gratuito
debe continuar este calambre de espalda encorvada
apoyándome en las muletillas que me dejaron
en el inédito que deseas
tiempo éste de arándanos y nuez
de garganta abierta a la súplica al desacato
uno es la nada pero deshoja, planea su pasado
porque el otro vacío encontrado es el de mi pecho
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He
pues
ahí
el último puñado de palabras para el nombre:
ando sepultando una hija cada mes
ando cuerpo. ando numeral desvalijando razones en las grietas de la furia
chapoteando en el conteo de mi consumación
lamentando así el estado de la fruta, lo precocido del arroz
tanto desaliño no aguanta retraerse
en el hospital no hay sitio para acompañantes
lavaron tu taza y en tu magisterio abundan suplentes
es el tedio tendido de lado a lado
la bolsa plástica donde te recoges,
la presteza del cuchillo filial alcahuete dándote cuerda
sé que Dios se muestra en todo esto
(esa manera de quitar es pariente nuestra)
al mismo tiempo,
simétrico gemelar, sin por qué
afloran ancestrales vaticinios
tercos árboles rinden su plegaria
que son la siempre-madre, te recuerdan
las ruinas reaniman los leños del templo
dos manos arden en su única
tarea
escritural
sé que Dios se esconde detrás de todo esto
(ese retoñar de la tala es nuestra semejanza)
y he aquí el poema: sitio de las ceremonias
De Tiempo de Arándanos
3
Acumulado gramaje sobre esta rota columna
imposible lo demás
cómo coser tantísimo rencor atrincherado entre perdones
que de suceder no acaban
cómo encontrar el montaje que nos deje ser
enarbolar lo íntimo en la intersección que burla todo encuentro
narrar con palabras de este mundo
no necesitar
no ver
más nada
caer desde lo separado
caer a la inmersa población de aguaceros
de ojos cerrados
rendirse en animal
ser la víscera
abdicar de lucidez
De Cementerio de mis muertas