Presentamos en Círculo de poesía una muestra poética de Norah Zapata-Prill. Nació en Cochabamba, Bolivia, en 1946. A los 8 años de edad se mudó a La Paz. Vivió en Argentina y más tarde se trasladó a Lausana, Suiza, donde reside actualmente. Miembro correspondiente de la Academia Boliviana de la Lengua, recibió el Primer Gran Premio Nacional Franz Tamayo, el más importante de su país, en dos ocasiones (1973 y 1977). Se licenció en Literatura y Castellano en Bolivia y más tarde realizó estudios de posgrado en lengua y literatura españolas en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. Ha recibido el premio especial de Derechos Humanos en homenaje al 70 aniversario de la muerte de Anna Frank otorgado por la Accademia Italia Arte nel Mundo (Lecce, 2015).
Sus libros son: De Las Estrellas y El Silencio (Ediciones de la Casa Municipal de la Cultura Franz Tamayo, La Paz-Bolivia, 1975), Géminis en Invierno (Editorial Casa Municipal de la Cultura Franz Tamayo Biblioteca Paceña-Nueva Serie, La Paz-Bolivia, 1977), Diálogo en el Acuario (Ediciones Casa De Los Pueblos, Cochabamba-Bolivia, 1985), Fascinación del Fuego (Ediciones SIGNO, La Paz-Bolivia, 1985), Antología/Anthologie (LiterAturForum, Viena-Austria, 2008) y Capricho humano/Capriccio Umano (Edizioni Gattomerlino, Roma, 2014).
En el número 11 (2019) de Cuadernos del Hipogrifo. Revista de Literatura Hispanoamericana y Comparada (Roma, Italia) acaba de publicarse una pequeña selección de los poemas que la editorial Valparaíso Estados Unidos publicará próximamente en edición bilingüe castellano-inglés: www.revistaelhipogrifo.com (pp. 165-168). Es fundadora de la Casa de la poesía en Ostuni, la città bianca (Puglia, Italia), y allí organiza anualmente el Festival Internazionale di Poesia Trasmigrazioni poetiche, cuya segunda edición se celebrará del 14 al 19 de septiembre de 2019 en Ostuni con actividades programadas también en las ciudades de Taranto y Matera.
Tiene un libro inédito, Mare Nostrum? (2019), una profunda meditación poética, en tono elegíaco, sobre los refugiados y migrantes muertos en las aguas del Mediterráneo durante los últimos años. Un libro que tuve el privilegio de leer y que ojalá salga a la luz.
Marisa Martínez Pérsico
ROSA
¿Qué le importa a la rosa su embriaguez
Si es al amor
El descifrarla?
Después del beso que precede a la inocencia
Sus pétalos aclaman lo fugaz
Enlazándose
De intento
Al
Tacto
Vertiginoso es el filtro de sus pétalos
Andanza
De exilio a exilio
Su lasciva esencia
Y cuando sangran sus espinas en la piel
Devenimos
Culpables
Como los asesinos
De sus deleites
Prisioneros
Hay como un dios impío en el mundo inefable de sus formas
Pero
¿Qué amor no se ha teñido de ese dolor
Cautivo
Entre el ser y la nada?
GRACIAS
Gracias
Por la nieve pura de tus manos
Que emblanquece
Mi cuerpo
Gracias
Por inflamar mis labios
Y ponerte
Tan cerca de mi sed
Gracias por esta vida
Que me posee
Como una lámpara a la sombra.
A LOS CACTOS DE ORURO
Me siento al lado de los cactos
Sus espinas me tocan sin querer herirme
Y por mi espalda se deslizan sus labios hechos tuna
Como diciéndome
Yo te he querido como a nadie
Orfandad de la puna
En un gesto de ofrenda
Los pétalos de la ulala caen
El viento canta aromas
El tiempo se eterniza
Es mío el cielo
Entonces
Sé que no hay amor más grande que el seguir amando
A pesar de la espina y sus espinas.
EMIGRANTE
(Roma, 1984)
Partir del árbol al que pertenecemos con el contorno intacto
Y la semilla
Pródiga
Ofreciéndose
Partir construyendo puentes con una sola mano
Partir
Estar presentes y estar ausentes en los días que nacen
En los días que mueren
En el desorden de la valija
¿Cómo olvidar las nubes con las que dibujó hadas nuestra infancia?
Partir con el cóncavo espejo de los ojos como metiendo al sol en los bolsillos
Partir
Saltar por encima del berro
Del trigal
La olla
Partir sin confesar qué olvido se acopla a la memoria
Qué recuerdo oscurece el fuego
Partir dándole forma al viento
Arrancarse
Partir con la raíz sabiendo irrenunciable saciar la sed
Partir con la sonrisa rota de una madre
Vestir el silencio
Sentir la vida saliéndose del cuerpo cuando a lo lejos un pañuelo transpira
Partir con un secreto azul
Soñar por los otros: ya no vendrán-un día- los juguetes de los pinos
Fecundar la higuera estéril
Partir sin encender el cigarrillo porque nos quede un fósforo como preciosa lámpara
Partir retrasando el reloj para volver a tiempo
Partir diciendo adiós y dejando a Dios como suplente
Irse
Porque el hoy se prosiga en el mañana así desesperen los instantes.
LAS MANCHAS
(A mi hija)
Las manchas que yo llevo
Que tú ves
No están sucias
Son la sombra
Nada más que la sombra
De
Nubes pasajeras.
DICIEMBRE, treinta
No sé si lloren
Y hagan nido en algún monte para mí desconocido
No sé si la tarde me espere para verme que vuelvo a mirarla en silencio
Por si algo suceda
Si todavía el tiempo me regale unas magias
Pienso salirme al campo
Caminar descalza hasta rendir mis pasos
Caerme de gusto en la orilla de un río
Hacer que se detenga el agua
Hundir en ella mis manos en un rito
Y ver que se fragmenta en el cielo mi rostro cual nube pasajera
Se me antoja que un pececillo quiera besarme el alma
También la suya besaría
Ay Dios
¡Yo nunca me imagino un cielo! Es en el campo donde pienso caminas como un niño
Detrás de cada espina como una flor de cactus enlazando silencios
Que vigilan y calman
Es enero
Es media noche y el grillo calla ante mis sigilosos pasos
Pero vendrá diciembre con su cajón vacío
¿Y si el pez no se asoma?
Cruzaré a nado las ausencias
Errantes somos cuando buscando nos buscamos.