“La noche amarilla. 33 + 1 voces de la poesía uruguaya actual” es un dossier que ha preparado Marisa Martínez Pérsico para los lectores de Círculo de Poesía. Su objetivo es visibilizar y difundir un repertorio de voces que se inscriben en distintas tradiciones líricas, es decir, mostrar una parte de lo que acontece en la poesía oriental a partir de cuatro criterios: diversidad discursiva y/o estética, integración equitativa de poetas mujeres y hombres, integración generacional (de por lo menos cuatro promociones etarias) e inclusión de poetas que escriben fuera del país (en Argentina, Brasil, México, España y Suecia). [Lee la introducción a esta muestra aquí] .
Leemos una selección de “Haikus de Hiroshima” y poemas inéditos de Gerardo Ciancio (Montevideo, 1962). Egresado del Instituto de Profesores Artigas y máster en dirección educativa por la Universidad Complutense de Madrid. Fue docente de Educación Secundaria, Formación Docente y de la Universidad de la República. Actualmente es Director del Liceo 10 de Montevideo, docente de la Facultad de Comunicación y Diseño de la Universidad ORT e investigador Asociado de la Academia Nacional de Letras. Ha publicado los libros La crítica literaria integral (1998), La ciudad inventada, (1998), Entretextos (1999), La cultura en el periodismo y el periodismo en la cultura. De Mario Benedetti a Maldoror (Udelar, 2008), Soñar la palabra. Lenguaje y poesía en la obra de Mario Benedetti (Seix Barral, 2012), y las antologías Nada es igual después de la poesía. 50 poetas uruguayos del medio siglo (Archivo General de la Nación, 2005) y El amplio jardín. Poesía joven de Uruguay y Colombia (Bogotá, 2006), los libros de poesía Arquitrabe (Aedas, 2010), Cieno (Yaugurú 2011) y Haikus de Kiushu (Yaugurú 2017). Ha obtenido en tres oportunidades el Premio de la Academia Nacional de Letras por sus ensayos literarios (1989, 1994 y 1996), el Premio César Vallejo de la Biblioteca Nacional de Uruguay y la Embajada de Perú en Uruguay, el Premio Ramón Gómez de la Serna de la Embajada de España y el Instituto de Cooperación Iberoamericana, el Premio Anual de Ensayo literario édito del Ministerio de Educación y Cultura y el Premio Netzahualcoyotl, en México, por su ensayo Espacio y paisaje en la poesía latinoamericana. En 2010 obtuvo el Primer Premio (Categoría inéditos) de Poesía del Ministerio de Educación y Cultura. En 2011 obtuvo el Primer Premio del Concurso Internacional de Ensayos de la Fundación Mario Benedetti. Fue becado por la Agencia Internacional de Cooperación de Japón (2011) y por la Universidad de Pekín, China (2012) para realizar estudios de perfeccionamiento en gestión educativa. En 2012, como ganador de un Proyecto de Fondos Concursables del MEC, realizó una exposición sobre Poesía uruguaya del Siglo XXI en Madrid.
TRÍPTICO TRANCE
a la memoria de José Isabelino Ciancio, mi padre
saca tu cuerpo viejo, viejo mío
saca tu cuerpo de la muerte
Jaime Sabines
I
Si ese aroma a pinares llegare de esta infancia
si anduviese el recuerdo más cauto de puntillas
como si la memoria no caducara
como si la huesa silencio sin entrañas
como si tendría cenizas y sentidos / salvada así la contradicción
de hallar a mi padre sin su enjutez enferma sin su osario
un padre mío atesorado en el tiempo común de nosotros
Rota ya la flagrante infancia y rotos ya sus albores
padre padre en la redundancia mejor de su regreso
Parece ser que sólo el verso regresa versura
sólo a él la inmovilidad de lo hecho / una vana constatación
Si los pinos y toda su fragancia / claro que sí
allá mi padre padreando en su arboladura pinar
a este lado del muro el jueguito escandido del poema.
II
¿Cuál es la infancia mejor?
¿Do la hallares, palafrenero?
¿aqueste mar es tu mar de marear / tu aguja?
¿luce así el tiempo tan campante sin su niño?
Los huesitos paternales, ¿dónde fueron a heder?
¿O es sólo tuyo el pater canto al pie de la muralla, Jorge?
¿debiere volver a tu villa de paredes de navas tras tu muro?
¿funge mi padre guerrero encastillado / me obligas?
Un tiempo el suyo sin su adarga sin su albarda sin su fasto
apenas te concedo
el ronroneo de un tango sin quebrar aprisa la madrugada
Los albores no es recordarse al gallo
para su alba labor puerta al Puerto
¿y si suda mi padre su sudario?
III
Una pequeña gota de ese mar río marrón que entorna mi conciencia
muy fina a su intangibilidad
porque la gota de agua escasa ya es idea
Una traza sin huella casi osada de sí / entrada
en los años desde su nacencia quebrada
Una minúscula canción engotada nocturna aún sin componer
si fuere certero una gota gárgola que suministra la muerte
Porque no fueras a creer que cualquier dribiling elude
la insistencia de su porfía funesta / es decir
sin temor a descubrir su desembocadura
sin mayores mohines que sólo pueden empeorar las cosas
Uno puede pasársela
mejor agotado en su luz reflejada
mejor en términos comparativos / no creas
que de vivir bajo la pendencia de un cabello
tu gota mi gota la gota / incluso / que vertiera mi padre
(y aún fulge en sus ojos ya no vistos)
trocarían en espadas, Damocles.
INVASIÓN BALCÁNICA O KARAMAN’S HOUSE
A todas las niñas y adolescentes vejadas en todas las guerras sucias
a.
Cuando llegó a esa verba muerta de sí
asperjada y casi sintética diría
lúbrico de azar su katana espada su fata morgana de deleite
atroz fue a por la ofensa más veraz: esa que ningunea la matriz
al filo de la espada cortó a sus espaldas tanta cabeza bien puesta
sin solaz casi sin esmero casi sin piedad, eso sí, por supuesto
que de ver el llanto niño de su madre la lágrima útero y ella encinta
no vayas a atenuarte ni te apees de tu caballería enjuto por la historia
si no hay condena no hay crimen: tu algoritmo me da certezas
si del grito no queda el eco: no hay horror ni en su holograma
Ve a ver a las muchachas en la estación de desahogos
hasta desgarrarles la tez de menos no te detengas
corta el cordón con doble filo cruza el río ese
que si por allí flotaren los cuerpos
bienvenidos sus caranchos.
b.
Te vieron entrar al bus con el osito aquel de pana
abrigado y a cubierto bajo tu brazo blanco y ajeno
Te vieron llegar a la casa con el osito rojo
en la mano izquierda
por la derecha te asía el soldado
un gigante camuflado y silencioso
que no tuvo remilgos cuando empujaba tus entrañitas
A quién le van a explicar aquello de las interjecciones
Ay Almira ni Alá te salva.
HAIKUS DE HIROSHIMA
Por el kimono
Supo de sus sandalias
Así no hay muerte
La vida hija
Su Cinta del kimono
Una sandalia
Veloz el tren
Regresa al tiempo ido
Hiroshima arde
En su recuerdo
Cielo breve y oscuro
Mira el fin
La paz del agua
aquí cayó la bomba
un niño ríe
pregúntale al poema
quién se atreve a negar
el rojo de las flores…
Oh, qué conmovedoras
las muchachas pecando
en primavera!
Akiko Yosano
Cómo negar tu rojo
la esencia de tu escarlata
esa púrpura que conmueve
Cómo se hace para evitar
descender solo al Averno
y regresar impuro
de tu blancor
Algo nos convoca desde el paisaje
No saltes al fosal
ni provoques al precipicio
Nadie roe sus contornos
la hondura se sabe quieta
Este poema intenta
no negar el rojo
ni el amarillo de tu entraña
Apenas se asoma a mirar
la ternura de aquellas muchachas
haciendo del amor
un solaz primaveral
(Inédito)
Vas toda roja de deseo
y raja el viento de la garganta todo a su paso
rugido tuyo rugido tuyo
nada puede separar el entrevero: cuerpos dos cuerpos dos
me parte la frente saberte vertical
me alza la verba me alza la verga
destellos destellos destellos
cómo se explica eso de rugir roer rascar
se raspa el aire y caemos hacia arriba
los pelos se empastan
surte efecto el movimiento
vértigo y caés vértigo y caés
un lodazal en la boca un barro varra todo lo que encuentra
seguí seguí sin fin sin fin
saliva y sílabas gutural gruñen
guturan el espacio
caemos hacia arriba conmovidos
guturan el tiempo
nos raja rojos sabernos
somos dioses blasfemos luciferes entornados
y nos tatuamos con esperma sangre sudor
el amor eriza, decís,
apenas respiro
(Inédito)