“La noche amarilla. 33 + 1 voces de la poesía uruguaya actual” es un dossier que ha preparado Marisa Martínez Pérsico para los lectores de Círculo de Poesía. Su objetivo es visibilizar y difundir un repertorio de voces que se inscriben en distintas tradiciones líricas, es decir, mostrar una parte de lo que acontece en la poesía oriental a partir de cuatro criterios: diversidad discursiva y/o estética, integración equitativa de poetas mujeres y hombres, integración generacional (de por lo menos cuatro promociones etarias) e inclusión de poetas que escriben fuera del país (en Argentina, Brasil, México, España y Suecia). [Lee la introducción a esta muestra aquí] .
Leemos una selección de “Campos anegados” y otros poemas de Hugo Achugar (Montevideo, 1944). Poeta, novelista y ensayista, ejerció la docencia universitaria en Uruguay, Venezuela, Estados Unidos, España y Brasil. Su primer libro, El derrumbe (poesía), obtuvo el Premio Ediciones de la Banda Oriental en 1968 y el Premio Nacional de Literatura en 1969. Sus conferencias, obra ensayística y literaria en general ha sido traducida y publicada en múltiples países de América Latina y de Europa. Publicó además dos novelas, una de ellas firmada con el heterónimo Juana Caballero. Entre los años 2008 y 2015 fue Director Nacional de Cultura/MEC y actualmente es responsable de una maestría en Políticas Culturales de la Universidad de la República.
CAMPOS ANEGADOS
vacas solitarias navegando hacia su noche
ovejas absurdas con un pelaje de plazo fijo
caballos ansiosos hundiéndose en el pantanal
todo eso veo al cerrar los ojos
y también árboles secos heridos
las raíces luchando con las baldosas
ancianas en una ciudad sin párpados.
En ese lugar definitivo de la memoria
estoy desapareciendo desvaneciendo.
Es natural cantan las neuronas
enloquecidas. Cuento las rayas
de las persianas en el techo
no tengo pesadillas se sienta
en la cama y me mira redondos
los ojos celestes. Te espero
me dice. Ya estoy llegando
contesto y los ríos se desbordan
los paisajes insurrectos los lagos
sin fronteras abren sus bocas
sin dientes celebrando un cuerpo
sin destino sin labios sin sentido.
YO ESTUVE AQUÍ
Un hombre relativamente joven
pinta paredes cielo-raso y persiana.
Borra cree hacerlo las marcas
los días encerrado o escuchando
música. Elimina la frase
que dejó y no puedo repetir.
No puedo pronunciarla
aunque la escribo y se humedece
el rostro. No puedo queda
la memoria donde ardía
y nadar sabe mi llama el agua fría.
SUS CAMISAS
Conservan el olor/
Agrio. Su perfume
Perdura a pesar de tintorerías/
Humedades/ manchas de pintura.
Extraño sus furias y sus gestos/
Su ternura y sus infinitas novias/
Sus mantras/ la voz de Bob Marley
Reiterada hasta el hartazgo.
Sus insomnios/ sus deseados hijos.
Su elegancia y sus disfraces.
Su modo de cerrar puertas y ventanas.
Su ropa que no me atrevo a usar
Esperando volver a ser habitada.
QUE VIVA LA VIDA
viva en muerte viva
llaga. Quito mano
quito columna cornisa
desmorono canciones
desarmo atalayas. Rompo
todo tiro por ventanas
testigos. Que no quede
piedra sobre piedra.
Ingrese la noche sucia
no haya soles canciones
muerte viva muerte.
MIDAS
Basura el verso, el metro y la nostalgia,
basura el día en que nací y también
basura aquello con que sueño.
Basura el año y su empecinado
volver sobre las llagas de la vida,
basura el tiempo y su mirada.
Basura la esperanza y el olvido,
basura el aire y su alegría,
basura lo que toco y lo que sueño.
Basura el estribillo, basura
la suerte de jugar al fin de la desgracia,
basura al fin y al cabo lo que toco
y lo que miro y sobre todo
basura lo que sueño y acaricio
con la mano del deseo. Basura
estar solo, morirse de hambre
sida o cáncer pulmonar y
basura mis ojos basiliscos
que en basura convierten lo que miran
a pesar del cielo y sus constelaciones todas,
puras y constantes,
más allá de la mano,
perfectas en la muerte azul de la belleza.
Basura mi suerte y más basura
este escupir el cielo que me acoge,
basura todo el tiempo y su imposible
amor eterno. Basura la metáfora,
el poema el poeta y la mirada
pues no hallo cosa en que poner los ojos
que no sea vendimia y siembra de la basura.