Presentamos una muestra poética de Daniela Prado (Cali, Colombia, 1994). Licenciada en Literatura de la Universidad del Valle. Gestora cultural, poeta, editora de fanzines, tallerista de escritura creativa y publicaciones autogestionadas; amante de manos y de plantas. Publicó el libro multiformato de poesía Espacios Habitables (2019).
Silencio
Silencio
en todas las plazas
en todas las calles
el
tiempo
se
d e t i e n e
llueve
y se siente tan tibio
como volver al útero
tan cómodo y tan suave
que produce
lágrimas en cámara lenta
Todas las especies
llorando en todos los idiomas
en todos los sonidos
que aún no desciframos
¿No es esto acaso la belleza?
El llanto
cicatriz fundamental del mundo
une, como el sueño.
Rituales
No sé si la vida
Siempre será este umbral entre
la adolescencia y la adultez
La embriaguez salada del llanto
al menos una vez por día
O estas ganas
de no explicar el existir
El hambre
La necesidad de calor
O de sexo
entre personas que no se aman
Todas esas cosas que nos hacen
Repulsivos, vulnerables
Veo en mí ese animal fracturado
Del que tanto mal hablé:
Una marioneta sin destino
Como el enojado dios que soy
Beso mis mejillas
Me perdono
Rezo
Me arrullo
Y me acuesto a dormir
Espacios habitables
Palmeras en el baño
de una discoteca
Lugares habitables
como
postales de verano
bolas de cristal
con playas y sombrillas
Hay estructuras mínimas
que habitan mi lenguaje
Adoro, por ejemplo
la palabra musgo
su carga de humedad
casi íntima.
Podría nombrarte
espacios habitables
como una tina tibia
con los ojos cerrados
asomando los pies fuera del agua
Uno al lado del otro
sin tenernos que hablar.
La vida es un lugar violento
Aquí todos somos
incendiarios, catastróficos
El lenguaje
es un mensaje subliminal de la vida
gritándote: ¡Mátate!
Intenta ubicarte en los átomos
En el libro que acabas de leer
En el padre que odias
En dos insectos apareándose
En la compasión que se convierte en asco
y recuerda tu funeral
Recuerda la prisión en la que no estuviste
y el asesino que nunca quisiste ser
La vida es un lugar violento
Y nosotros animales de vidrio
a punto de estallar.
Fantasmas Tropicales
Desde nuestros paraísos
en los que perdimos todo
sonreímos
y con una mano
saludamos y despedimos
todo lo pasado
Nadie vio nuestras lágrimas caer
nuestro tesoro mínimo
Reímos
pero eso también era llanto
Sombrillas en playas a blanco y negro
el sol nos volvía serpientes
y crujía nuestra piel
Éramos fantasmas tropicales
divertidos a veces
torpes, peligrosos
tornasolados y adolescentes
compartiendo un sólo corazón.