El poema se emperifolla. Es una mercancía en tanto encubre y está constituido por una red de relaciones sociales. Seguir un estilo puede implicar la adscripción a una dinámica de poder, a una clientela, a la reproducción de un sistema de cosas. El poema oculta aquello que, al margen del estilo o la escenografía de enunciación, también define la identidad lírica: la posición del agente en el campo de producción cultural, esto es, su acumulación de capital simbólico y el modus operandi para conseguirlo. Tal es el secreto de la mercancía. El secreto que oculta el poema.
