Apuntes para una literatura ancilar: El arte de escandir versos

En esta nueva entrega de Apuntes para una literatura ancilar, el poeta Mario Bojórquez nos comparte el apartado referente a El arte de escandir versos, de sus Anotaciones básicas para un manual de versificación.

 

 

 

 

Versificación castellana

Para comprender a cabalidad la estructura musical del verso castellano, debemos conocer algunos elementos rítmicos que inciden en su factura final, nos referiremos a la diferencia entre las sílabas métricas y las sílabas fonéticas que están marcadas por ciertos usos de la lengua a las que se les ha llamado licencias poéticas, también al acento rítmico tradicional que caracteriza el sonido reconocible de cada verso, otros elementos rítmicos como son las pausas, cesuras y hemistiquios y, finalmente, el llamado encabalgamiento.

 

 

ESCANDIR VERSOS

 

 

A) Palabra final

La medición de las sílabas métricas corresponde a ciertas particularidades de la lengua española, cuando se emiten los sonidos finales de un verso ocurre un deslizamiento de intensidad según sea la última sílaba tónica, así para una palabra aguda final en el verso, el sonido se extiende y no es necesaria una sílaba más, mientras que, para una palabra esdrújula, el sonido se retracta necesitándose compensar con una sílaba su extensión, quedando las graves o llanas sin cambio. Las sílabas fonéticas que aprendimos en la escuela estudian las sílabas en sí, sin relación con otras sílabas, esa es una de las razones por la que en el arte del verso se hace esta distinción en la medición sonora para compensar el deslizamiento del acento final, esta regla junto a otras que veremos aquí, define con claridad la extensión musical de cada verso:

Es/te a/mo/ro/so/ tor/men/to (8 sílabas fonéticas, 8 métricas)
que en/ mi/ co/ra/zón/ se/ ve (7 sílabas fonéticas, 8 métricas)
sé/ que/ lo/ sien/to y/ no/ sé (7 sílabas fonéticas, 8 métricas)
la/ cau/sa/ por/que/ lo/ sien/to (8 sílabas fonéticas, 8 métricas)

Sor Juana Inés de la Cruz

Aquí observamos el uso de la palabra final en agudo en los versos dos y tres, escuchamos un deslizamiento en la intensidad del sonido en las palabras “ve” y “sé” que compensan la falta de una sílaba fonética, además observamos el uso de sinalefa y de diptongos que serán estudiados más adelante. En el caso de las esdrújulas veremos otro ejemplo:

Dá/ba/le/ rit/mo a es/te/ cán/ti/co (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)
con/ flo/ri/tu/ras/ de/ mís/ti/co (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)
que/ ya en/ ter/ce/to/ o en/ dís/ti/co (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)
siem/pre/ me/ sa/le/ ro/mán/ti/co (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)
es/te/ men/sa/je/ se/mán/ti/co: (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)
Ín/cli/ta/ dé/ci/ma es/drú/ju/la (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)
yer/mo/ pá/ra/mo/ sin/ brú/ju/la, (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)
ca/mi/na/ po/e/ta/ y án/da/lo, (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)
ca/mí/na/lo/ sin/ es/cán/da/lo: (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)
¿se/ po/drá/ con/ so/bres/drú/ju/la? (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)

Eudomóndaro Higuera

Veamos finalmente un ejemplo de uso primordial de la sílaba llana o grave:

Esa seda que relaja (8 sílabas fonéticas, 8 métricas)
tus procederes cristianos (8 sílabas fonéticas, 8 métricas)
es obra de unos gusanos (8 sílabas fonéticas, 8 métricas)
que labraron tu mortaja (8 sílabas fonéticas, 8 métricas)
también en la región baja (8 sílabas fonéticas, 8 métricas)
la tuya han de devorar (7 sílabas fonéticas, 8 métricas)
¿de qué pues te has de jactar (7 sílabas fonéticas, 8 métricas)
ni en qué tus glorias consisten (8 sílabas fonéticas, 8 métricas)
si unos gusanos te visten (8 sílabas fonéticas, 8 métricas)
y otros te han de desnudar? (7 sílabas fonéticas, 8 métricas)

Pedro Calderón de la Barca

 

B) Diéresis y sinéresis

Las vocales del español han sido estudiadas según su intensidad sonora en vocales fuertes y débiles, decimos que las vocales fuertes son A E O y las vocales débiles I U, cuando una vocal débil está acentuada adquiere el carácter de fuerte, así dentro de una misma palabra no pueden hacer diptongo las vocales fuertes entre sí: po-e-ta, le-o-par-do, a-é-re-a y una vocal débil acentuada adquiere su propio sonido: Ma- rí-a, co-rro-í-do, la palabra poeta debería pronunciarse “pueta” o la palabra Leopardo, “Liopardo”, mientras que María, debe ser “Ma-ria-“ o “co-rruí-do” sin embargo existen las llamadas licencias poéticas que permiten ajustar la sonoridad a la extensión del verso, estas reglas como muchas otras, son totalmente arbitrarias y deben inferirse a partir de la ejecución general.

La diéresis nos sirve para separar dos sonidos que generan diptongo dentro de una palabra y siempre va acompañado del signo (¨), el propósito de esta separación del sonido tiene la intención de ajustar el número de sílabas del verso, así la palabra rui-do se pronuncia ru-ï-do y sua-ve sü-a-ve:

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave, (10 sílabas fonéticas, 11 métricas)
olvidar el provecho, amar el daño:

Lope de Vega

 

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo, (10 sílabas fonéticas, 11 métricas)
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

Fray Luis de León

La función de la sinéresis, es precisamente contraria, une dos vocales fuertes dentro de una misma palabra, pero no hay signo que nos avise que la operación se está generando, en el plano de la pronunciación una de las vocales se transforma en débil, si-de-re-a por “si-de-ria” y bron-ce-a-dos por “bron-cia-dos”:

cubre la sidérea lumbre (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)
con sus bronceados fulgores (9 sílabas fonéticas, 8 métricas)

Eudomóndaro Higuera

 

C) Sinalefa, elisión, aféresis, sinafía y compensación

La sinalefa es una característica de la lengua española que reúne sonidos vocálicos entre dos palabras distintas con una sola emisión de voz, aligerando la intensidad de los sonidos para amalgamarlos con una imperceptible deformación que los hace caber en un solo sonido o desapareciendo uno de ellos cuando se trata de dos vocales idénticas (su contrario se denomina hiato), en la siguiente décima, podemos observar en el verso seis que la sinalefa se da aún con una coma que marca pausa:

Te_alejas de mí pensando
que me_hiere tu presencia,
y no sabes que tu_ausencia
es más dolorosa cuando
la soledad se va_ahondando,
y_en el silencio sombrío,
sin quererlo, a pesar mío,
oigo tu voz en el eco
y_hallo tu forma_en el hueco
que_has dejado_en el vacío.

Xavier Villaurrutia

 

La elisión es un uso ortográfico arcaico para designar una suerte de sinalefa, que nulifica decididamente uno de los sonidos colocando en su lugar un signo de apóstrofe (‘), fue muy utilizado en la Edad Media y al principio del Renacimiento:

Como’l patrón que, ‘n golfo navegando,
lleva su nao, y viendo claro’l cielo,
está más lexos de tener recelo
que si’stuviese en tierra paseando:

así yo por lo hondo travesando
de mi querer, que nunca tuvo suelo,
el rato que me hallo’star sin duelo,
que voy seguro luego’stoy pensando.

Pero después si el viento mueve guerra
y la braveza de la mar levanta,
acude’l nunca más entrar en barca,

y el voto d’ir a ver la casa santa,
y el desear ser labrador en tierra,
mucho más que’n la mar un gran monarca.

Juan Boscán

 

La aféresis es una forma arcaica de supresión de sílabas para ajustar el metro, utilizada en la Edad Media y el Renacimiento principalmente, se extiende hasta el modernismo, donde ya se considera una antigualla:

Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por dó me ha traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
mas cuando del camino esto olvidado,
a tanto mal no sé por dó he venido:
sé que me acabo, y mas he yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.
Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme,
si quisiere, y aun sabrá querello:
que pues mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacello?

Garcilaso de la Vega

 

La sinafía es una licencia poética que consiste en iniciar un verso con una vocal al principio si el verso grave o llano anterior terminó también en vocal, logrando una suerte de sinalefa entre versos, quedando el segundo verso con una sílaba de más pero descontando aquella que hace sinalefa con el anterior.

De alegre me duele tu sonrisa_
_y de sencilla tu voz y de sencilla
la mar en que te bañas y la brisa.

Mario Bojórquez

ni aunque lo venga a cercar
el Dios d’amor, y llegase_
_a lo pedir.

Jorge Manrique

La compensación se da cuando el verso anterior termina en palabra aguda y entonces se compensa con una sílaba más en el siguiente, este recurso es aún más raro pues ese desequilibrio de sonido ya no es reconocible en la poesía contemporánea, se utilizó esencialmente en versos de pie quebrado, como en la sextilla manriqueña:

cesan mis cativos ojos
de plañir y de llorar_
_vuestro tormento

Jorge Manrique

El hiato es la separación de dos vocales entre dos palabras con el propósito de ajustar el metro desatendiendo el uso de la sinalefa natural, el hiato, también conocido como dialefa, puede separar vocales entre palabras, señalando una coma o aún sin algún signo, se podrá identificar a partir de la regularidad isosilábica que presente el poema, como es el caso del Retrato de Antonio Machado donde la cesura del hemistiquio marca un hiato en “torpe/aliño” y con una coma “solamente,/entre”:

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

Antonio Machado

 

D) Pausa, cesura, hemistiquio y encabalgamiento

La llamada pausa en poesía define una suerte de silencio que se produce al final de cada verso y que genera la impresión de que se ha completado una frase musical, a esta pausa final de verso sólo se le puede rebasar en los casos previstos anteriormente, como son la sinafía y la compensación, sin embargo, existe otro recurso que no afecta el modo de pausa pero que, sí diluye de algún modo su sonoridad: el encabalgamiento.

La cesura es una pausa que se genera en los versos de arte mayor cuando se utilizan mitades de versos o hemistiquios, ya sea que se señale con una coma o punto, ya sin un signo ortográfico explícito, se debe atender a esa pausa musical que permitirá el adecuado sonido del hemistiquio o mitad de verso, en ocasiones se señala con una doble diagonal para indicar la forzada pausa (//), pero este recurso produce alguna molestia en los lectores; es importante señalar que el primer hemistiquio conserva la ley de palabra final de verso, así que es necesario considerar la acentuación en grave, aguda o esdrújula, independientemente de la palabra final del segundo hemistiquio. El encabalgamiento excede por la idea la sujeción de la pausa final del verso, completándose en el siguiente verso, en ocasiones, una idea excede varios versos, pero conserva el sonido de pausa final un tanto desdibujado, alguna vez se parte una palabra para desvelar una rima y conservar el metro, es un recurso muy especial.

Mi infancia son recuerdos // de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde // madura el limonero
mi juventud diez años // en tierras de Castilla
mi historia, algunos casos // que recordar no quiero.

Antonio Machado

Y mientras miserable
mente se están los otros abrasando
con sed insaciable
del peligroso mando,
rendido yo a la sombra esté cantando.

Fray Luis de León

Antes que el sueño o el terror tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.

Jorge Luis Borges

Cómo llenar tu soledad, el páramo
en que descansas tu dolor, sombrío
el leve tacto de mano, honda
tu imposible costumbre de callar.

Mario Bojórquez

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
mil veces ciento, cien mil,
mil veces mil, un millón.

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.

Antonio Machado

Estas son las principales licencias que deben estudiarse para una correcta medición de las sílabas en los versos castellanos, a esto se le ha llamado el arte de escandir versos.

 

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