Leandro calle construye un dossier de poesía africana contemporánea. Leemos en esta oportunidad al poeta Tahar Bekri (Gabès, 1951). Escribe en árabe y francés. Su poesía ha sido traducida a diversos idiomas y es temática constante en estudios académicos. Maestro honorario de conferencias en la Universidad de París-Nanterre. Premio Rayonemment de la langue et de la littérature française otorgado por la Academia Francesa en 2019. Entre sus numerosas publicaciones: Désert au crépuscule (Al Manar, París, 2018); Le libre du souvenir (Ediciones Elyzad-Poche, Túnez, 2016).
Regreso a Túnez
De nuevo ante mis ojos
Mimosas[1] en flor
Y no sé si el mar se apacigua
En el azul de retornos que no acaban
La nariz contra el vidrio
El aire libre y retenido
Tantos caminos vinculados a mis recuerdos
Verdes y amarillos
En las colinas
Donde las columnas levantan la cabeza
Entre las ruinas
Marismas lagos coníferas y pinos alrededor
De Cartago
La brasa renaciendo en las cenizas
Los secuaces como los corsarios a toda velocidad
Sanguijuelas en el cuerpo de la utopía
Mimosas
Digan
Al mar que regresa
El rumor ligero y denso
De los eucaliptos con la corteza renovada
Como canto arrebatado a vuestros gritos
Y camino bajo la lluvia de abril
Las mimosas en flor mecen mis pasos en tus calles
Callecitas callejones cargadores taxis en espera y frutas
Lento y apurado yo perseguía la esperanza
En la resaca de los altivos
Esta vieja ola por amiga
Cuántas gaviotas son necesarias sorprender
Para liberar
Los tanques de alambres de púa
Y devolver los pájaros migrantes a sus nidos
Alas
Las vuelvo a ver
Dibujando el vuelo de la estrella
Irrigando la sangre de la luna creciente
¿Eran necesarias todas aquellas barbas amenazadoras
Esas mujeres vestidas de oprobio
En la marcha de pancartas pintadas
Para encadenar tu amor?
País que me alimenta en breves estadías
Tantos arrebatos
En el camino del errante
¿Bastarán para perdonar
los escombros del olvido?
¿Podrás volver a ver los carros
Sin pensar en Bouazizi[2]
En el fuego que transporta
Sueño y rebelión resueltos?
Vivir no puede ser ser arrastrado por el barro
Y tu lees en árabe
No muy lejos de la Avenida de París
Calle Seif Dawla
No lejos de la Calle Ali Bach Hamba
Donde fuiste arrestado
En los muros prolijos:
Dos cosas merecen la lucha en esta vida
Una patria llena de ternura
Y una mujer magnífica
Oh bosque de mimosas rejuvenecidas
En los fulgores de la Noche
Yo camino hacia ti
Con el corazón cultivado con mil brotes
Llueve en Túnez
Abril se subleva en remolinos de nubes
Gotas en mi rostro
No sé
Si lavan el pañuelo que se extiende
A la sombra de las penumbras
El sol
Amenazado de eclipses oscuros e inesperados
Lluvia de abril
Tengo para ti semillas fértiles
Prendadas del noveno día
Ninguna lluvia zaherida
Sino los surcos sin más vueltas
Allí siembro mi canto
Lejos de tus espantapájaros
Lejos de tus cuervos
Lluvia de abril
Conozco tus lágrimas
Empapadas en la cal viva de los árboles
Repletas de pájaros
En tu cielo compasivo
Yo te aporto
Mis compañeros ausentes
Mis pasos al compás de los años
Orillas de ríos
Puertos de exilio
Adoquines de la espera
Sala de pasos perdidos
[1]Especie arbustiva, también llamado “Aromo francés” que se encuentra en la región tunecina.
[2] Mohamed Bouazizi, joven tunecino que se inmoló el día 17 de diciembre de 2010 en Túnez. Vendedor ambulante. A partir de su protesta y fallecimiento y junto con otros acontecimientos, aconteció lo que dio en llamarse la “primavera árabe”.