Poesía italiana: Sandro Penna

Leemos, en versión de Davide Caroleo, algunos textos del poeta italiano Sandro Penna. Caroleo  es licenciado en Lenguas y Culturas Modernas (inglés y español) por la Universidad de Urbino “Carlo Bo”. Trabajó como profesor de italiano L2, traductor y mediador lingüístico y cultural dentro del sistema de acogida y protección de solicitantes de asilo (SPRAR). Posteriormente, realizó un Máster en Traducción Literaria en la Universidad Complutense de Madrid, donde actualmente reside y trabaja como traductor literario (SPA – ITA), ocupándose también de la edición y corrección de textos. Sus traducciones se han publicado en la industria editorial y en varias revistas electrónicas de literatura.

 

 

 

Sandro Penna nació en Perugia el 12 de junio de 1906, en una familia burguesa, ya que su padre trabajó como comerciante. En su ciudad natal termina los estudios de contabilidad y a los veintitrés años se establece en Roma en donde, excepto un breve periodo en Milán y Trieste, vivirá hasta su muerte el 21 de enero de 1977. Envió sus primeros poemas a Umberto Saba, poeta a quien nunca había conocido personalmente. Fue Saba quien apreció por primera vez los versos de Sandro Penna y asumió la protección del joven debutante, consiguiéndole su primera publicación. Por un breve periodo conoció la ciudad de Milán donde trabajó como dependiente de librería. Colaboró con diferentes periódicos: L’Ambrosiano, Il Giornale d’Italia, Oggi e Il Mondo, y en algunos de ellos se publicaron unas prosas que más tarde aparecerán en su única obra prosística Un po’ di febbre. Su segundo libro de versos se publicó en 1950 a través de la edición milanesa de la editorial Meridiana y se tituló AppuntiSu verdadera postura de ser diferente consistió en moverse dentro de la sociedad burguesa sin hipocresía: al contrario, con autenticidad y rechazando los valores de la Italia fascista que exaltaba la tradición, la fuerza, la virilidad y la moralidad católica. En 1955 publica Arrivo al mare, y durante los dos años siguientes las dos obras que mejor definen su personalidad y su estilo poético: Una strana gioia di vivere (Scheiwiller, 1956), y la colección completa de sus Poesías; este último le valió un Premio Viareggio en 1957. En 1958, publicó Croce e delizia en Longanesi. Recién en 1970 apareció Tutte le poesie (ed. Garzanti), volumen que incluye todos sus poemas anteriores, así como varios inéditos. El mismo año ganó el Premio Fiuggi. Poetas italianos como Saba y Penna vivieron el proceso de modernización de manera impermeable y encontraron especiales resistencias antes de ser aceptados por quienes aspiraban a liberarse de una tradición poética tan larga e incómoda como la que se vivió en la Italia de esa época. En 1976, el Almanacco dello Specchio publicó algunos de sus poemas. A finales del mismo año, Stranezze se estrenó en las librerías, por lo que ganó el Premio Bagutta en enero de 1977, unos días antes de su muerte.

D.C.

 

 

 

Era el alba en las húmedas lomas

 

Era el alba en las húmedas lomas
y la luna danzaba aún absorta
con las liebres del soñar. La lechera
descendía por su loma. Cada uno amaba
a su hogar igual que a un invento.

 

 

 

 

Era l’alba sugli umidi colli

 

Era l’alba sugli umidi colli
e la luna danzava ancora assorta
colle lepri del sogno. La lattaia
discendeva il suo colle. Ognuno amava
la propria casa come una scoperta.

 

 

 

 

Quizás la juventud sólo sea esto

 
Quizás la juventud sólo sea esto
el perenne amor a los sentidos sin pesar

 
Quizás la inspiración sólo sea un grito
confuso. Pero entre las columnas de lo
prohibido, riéndose se masturba cada chico.

 
Apoyo mi frente en la baranda
gélida de la verja. Mi noche
escucha cada chico disipándose.

 
Ardido completamente por la vida
yo vivo en ella feliz y disuelto.
Mi pena de amor no la escucho
más de lo que no cure la herida.

 
Quizás sea mejor sufrir que gozar.
O quizás todo sea igual. Incluso la nieve
es más linda que el sol. Pero el amor…

 

 

 

 

Forse la giovinezza è solo questo

 

Forse la giovinezza è solo questo
perenne amare i sensi e non pentirsi.

 
Forse l’ispirazione è solo un urlo
confuso. Ma entro le colonne della
legge, ridendo si masturba ogni fanciullo.

 
Appoggio la mia fronte alla ringhiera
gelida del cancello. La mia notte
ascolta dileguare ogni fanciullo.

 
Arso completamente dalla vita
io vivo in essa felice e dissolto.
La mia pena d’amore non ascolto
più di quanto non curi la ferita.

 
Forse è meglio soffrire che godere.
O forse tutto è uguale. Anche la neve
è più bella del sole. Ma l’amore..

 

 

 

 

El chico acuático y feliz viene

 

El chico acuático y feliz viene
El chico de luz preñado
más límpido del verso que lo sostiene.
Grata temporada de silencio y sol
y esta fiesta de palabras en mí.

 

 

 

 

Ecco il fanciullo acquatico e felice

 
Ecco il fanciullo acquatico e felice.
Ecco il fanciullo gravido di luce
più limpido del verso che lo dice.
Dolce stagione di silenzio e sole
e questa festa di parole in me.

 

 

 

 

La vida… es el recuerdo del despertarse

 

La vida… es el recuerdo del despertarse
triste en un tren al amanecer: haber mirado
afuera la luz incierta: haber oído
en el cuerpo roto la melancolía
virgen y áspera del aire punzante.

 
Pero el recuerdo de la liberación
imprevista es más tierno: cerca de mí
un marinero joven: el azul
y el blanco de su traje, y afuera
el mar bien fresco de su color.

 

 

 

 

La vita è… ricordarsi di un risveglio

 
La vita è… ricordarsi di un risveglio
triste in un treno all’alba: aver veduto
fuori la luce incerta: aver sentito
nel corpo rotto la malinconia
vergine e aspra dell’aria pungente.

 
Ma ricordarsi la liberazione
improvvisa è più dolce: a me vicino
un marinaio giovane: l’azzurro
e il bianco della sua divisa, e fuori
un mare tutto fresco di colore.

 

 

 

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