Poesía nicaragüense: Ricardo Ríos

Leemos poesía nicaragüense en el dossier que prepara Víctor Ruiz. Leemos a Ricardo Ríos (Villanueva, Chinandega, 1987). Es abogado y Notario Público, Psicólogo. Su poesía ha sido publicada en la antología Ese viento que canta del Grupo ESPJO de la ciudad de León y en la muestra El material de tus sueños: Cuatro voces de la nueva Poesía en León, publicada por la Promotora Cultural Leonesa. Es autor del libro de poesía Préstamo de luz, índole editores. También aparece en revistas nacionales e internacionales. Participó en el Festival de poesía Amada Libertad, El  Salvador.

 

 

 

Perfil

 

Yo soy triste como un policía
de esos que florecen en las esquinas
Manolo Cuadra

Yo soy triste como una bujía
de esas que palidecen en las esquinas
con un ardor agudo en la barriga
y una gran tensión en las rodillas.

Pero yo recordé tantearme las vestiduras
de una lámpara
y me dolió la espalda y su vertebral desgracia.

A mis alambres delgados acaecieron
tantos apagones municipales
Mañana tarde noche
Engrapados los recibos de luz pendientes por pagar.

(Del techo tengo colgada la escritura
de un préstamo
—Proclama mi alma notarial)

Yo soy triste como una bujía
de esas que palidecen en las esquinas
con un ardor agudo en la barriga
y una gran tensión en las rodillas.

Pero yo recordé calentarme el alma
y puse mi palabra en los labios.

 

 

 

 

Ojos de leche

Una mujer hermosa como un bulto de carga
asolea los senos.

Lleva más de una hora
esperando que su leche caliente
en sus calderos.

Un niño abre la boca
Su aliento atiza las brasas del fogón.

Las llamas irritan lo blanco de mis ojos.

 

 

 

 

Última cena

A Nárriman Montes Ríos

 

Señor,
yo también quiero instituir la santa eucaristía
en mi última cena.

Tengo sentados en la mesa a mis apóstoles:
hormigas
ratones
cucarachas.
Las tripas me traicionan
esta noche
en que seré consagrada.
Alrededor de la mesa,
el mantel lleno de migajas
da un grito de pascua
y se debate entre dos sueños.
Agua o vino
que es tu sangre y mi sangre
Pan o carne que es tu cuerpo
y mi cuerpo
Haré de esto memoria tuya y mía
en este cuarto donde nunca sospeché
que nos traicionaran.
Estoy preguntándome
qué habías reservado para mí.

Estoy preparándome
este delicioso banquete antes de que amanezca
y cante tres veces el gallo.

Qué terrible sería negarme a mí misma.
Voy a cerrar la puerta y la ventana, Señor,
para beberme de este cáliz el frío.

 

 

 

 

Oración para dormir

Perdónenme, pies míos,
porque en las mañanas sean arrestados,
porque estos calcetines sean dos policías custodiando sus
dedos,
porque estos zapatos sean miserables celdas de cuero,
porque estos cordones sean las esposas para sus tobillos,
porque estas calles donde andamos
sean los pasillos de un sistema penitenciario.

Pies míos, perdónenme
por cumplir la sentencia de estas cosas.

 

 

 

 

Nota

Camisa, corbata, pantalón
casi limpios.

Cabeza, manos, pies
casi sombras.

De izquierda a derecha
la tierra en perfecta rotación.
La intensidad de una soga
que se hunde en el cuello

Despacio
el descenso del aire

Las moscas miran hacia el cielo raso

Parece que nunca la música de sus alas
acabará
En plena melodía
colocan sus huevos en los oídos
Mientras la lengua asegura:

 

perdónenme,

los celos me mataron

  

 

 

 

Parque I

 
Los niños me ofrecen un columpio
Yo adquiero la experiencia
y el descuido del aire.

Cruzo las piernas

Deslindo este kiosco apetecible
como una casa después de las seis.

Dos muchachas cuelgan de los barandales
de un carrusel.
Oí girar la tierra justo ahí.

 

 

 

 

Piñata

Sus vísceras,
pequeños caramelos.

Alguien se da con un palo en las costillas
para despertar con un grito
a todos los niños que sueñan
en la fiesta de cumpleaños.

Vengan niños a vendarse los ojos.
No merece darse la paliza de las risas
de globos, dulces, y felicitaciones.
No merece saltar en pedazos de huesos.

Los niños solo buscan caramelos en las vísceras.

 

 

 

 

Sueño de un gato

Sueño que mi gato
decora perezosamente la casa.
Sueño que su bostezo refrigera
el cuarto donde el frío hace hervir los cuerpos.
Sueño que sus colmillos son pálidos cuchillos
sacándole filo al sol.
Sueño que mi gato viste mi pereza
y decoro la casa.

 

 

 

 

Visión

Un perro ve tranquilamente
el hueso de la luz.

Sobre la taza
pretende cenar el cielo irreal de sus ojos,
dominar con semblante de rabia
los cubiertos de mesa que tiemblan
debajo de sus pezuñas.

Desde la oscuridad las cadenas despiertan.
Es posible respirar a través de su cuello,
donde se filtran sus ladridos
mientras con calma un hueso de luz
anuncia su fatal destino.

 

 

 

 

Respiración

Estoy descorchado como una botella que insiste en
respirar
sobre esta mesa que permanece de pie.

Las extremidades de las cosas tocan la luz.
Levanto los brazos
El corazón ha puesto a secar sus latidos
Si respiro
mantengo mi costado izquierdo como ese golpe amargo
que se da en el centro del cuerpo.
Caen los párpados del aire
Uno
Dos
Tres…
Algo conversa en mis labios.

Después del soplo,
la caída.

 

 

 

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