Poesía de Honduras: Yonny Rodríguez

Dentro de la muestra de poesía hondureña que prepara Murvin Andino, leemos al poeta Yonny Rodríguez. Además de poeta, es investigador cultural y periodista. Ha escrito los libros De crisis y catarsis (2016) e Invierno interior (2019). Sus poemas han sido antologados en España, México, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Argentina. Ha realizado estudios de Literatura, Gestión Cultural y Didáctica de las Artes Visuales. Dirige y edita la revista de divulgación cultural e histórica Bucentauro. En 2018, el Estado de Honduras le otorgó el Premio de Periodismo Cultural.

 

 

II

Las hojas de los árboles de las orillas se posan y fluyen en la piel del agua. Tienen gracia para caer:

se desprenden con suavidad y precipitan su cuerpo al río.

Aprende la sabiduría del árbol, que arroja sus hojas para guardar energía y permanece quieto en el invierno.

Así, el agobiado debe trepar al árbol y observar cómo sus pensamientos corren con el río calmo.

 

 

 

 

Es la imposibilidad:

lo del día es un remanso.
Invierno pertinaz
donde se tiene un talismán, un dios
al cual rezar, un panteón
donde acudir.

Cada uno lleva vestido el cuerpo,
descalza el alma,
cada uno está obligado a cruzar tierras donde acecha la orfandad, un sol
que es iris anhelante, sin embargo
todavía refulge la maldad.

 

 

 

 

Nisaba escribe
mientras languidecen en el patio
jacarandas, izotes,
mientras recogemos huesos,
testimonios de lo pretendido, corazones,
sitios de abandono,
resabios de alimañas
y el desdén.

Sensibles al dolor,
todavía vamos tras las hierbas dulces
sin empeño
amontonando cosas.

 

 

 

 

 

Nadie puede afirmar con certeza
que amanece.

Ruido y polvo esparcidos en el lecho
son recuerdos en la médula lunar
de lo soñado.

 

 

Sólo quedan los dioses

¿Alguien recuerda a los humanos?
Eran seres inquietos, obstinados,
en pie nada dejaban.

Creyeron acercarse a algo grande
cuando en realidad
alejaron la vida.

Un día sin saber qué hacían
en aquel lejano mundo
acabaron con todo
consumidos por la ignorancia:

nunca pudieron superarse
a sí mismos.

 

 

Efímera

Pestañeamos
y la vida se nos va
como flujo en
un reloj
de
a
r
e
n
a

 

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