Crónica: 28 aviones sobrevuelan una terraza y sucede “Fueraadentro”

Hoy leemos una crónica de Sandrah Mendoza en torno a la presentación de la obra “Fueraadentro” escrita por Maye Moreno y dirigida por Maye Moreno y Natacha Lopvet, dos mujeres, ahora libres, que pasaron más de una década privadas de la libertad en el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla. La obra se encuentra próxima a ser publicada de manera independiente.  Sandrah Mendoza es psicóloga egresada de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. Es escritora, activista y gestora cultural. Maye Moreno es también autora de la obra “Casa Calabaza”.

 

 

28 aviones sobrevuelan una terraza y sucede “Fueraadentro”

 

Llegar desde el Estado de México a la Ciudad de México es todo un reto: entre el tiempo, el estrés por el tráfico y más aún, saber qué caminos se toman para llegar a ciertos lugares, se vuelve el caos en una oportunidad de conocer la ciudad ‘de a pie’. Envío un mensaje a Natacha, a su celular, “estamos un poco atrasadas, pero ya en 10 minutos llegamos con ustedes”, “Maye está abajo, ¡bienvenidas!”, me escribe. Me siento tranquila de saber que Maye nos recibirá, porque no conozco mucho de la colonia Roma (o en mi memoria no hay tanto recuerdo más que justo los cafés en que las he visto a ambas).

Un edificio alto, entre lo gris de la ciudad, vamos buscando #82, #72, es más adelante, entonces… ¡Llegamos al número indicado en la invitación recibida! Ahí está Maye, le digo ¡hola! Levanta su mano derecha y sonríe, ¡qué gusto verte de nuevo, felicidades por el estreno! Y me dice que gracias entre el abrazo. Gracias a ustedes, le respondo.

Maye nos da la indicación de subir al 6° piso, que veremos una puerta cerrada y será Natasha quien nos abra, así lo hacemos. Subimos, subimos, subimos, entre el agotamiento y la falta de respiración nos encontramos con el rostro de Natasha. ¡Sonreímos! Nos saludamos, nos abrazamos de nuevo, nos da la bienvenida. “¿Agua?” Nos pregunta, ¡sí, por favor! Un vaso de agua de limón con jengibre de sabor intenso nos refresca la garganta y el día que promete llover, pero pedimos sea más tarde para poder disfrutar de “Fueradentro” sin mayor contratiempo.

Buscamos un espacio, “buenas tardes”, grito para todas/os las presentes. Hay unas 14 personas más ya acomodadas en los asientos que hay disponibles en la hermosa terraza habitada por gran variedad de especies florales. Algunos bancos de plástico, bancas de madera, bancos de metal, de todo para sentarnos y disponernos a presenciar una puesta en escena al aire libre que, para muchas/os será un parteaguas en la existencia.

El sol ya arrecia y la carpa deja pasar algunos de sus rayos. No importa, me digo, irradio alegría, rabia, fuego, furia, energía, todo eso que Natasha y Maye me hacen sentir con su presencia porque no hay contención de tanta dinamita provocadora de momentos poéticos, de actos en guion poético como sólo ellas saben hacer. La expectativa es alta y en el fondo sé que voy a presenciar una obra mágica, porque nunca ha sido diferente cuando se trata de ellas. “Primera llamada”, dice Natasha, somos unas/os 17 espectadoras/es.

Maye y Natasha han presentado más de treinta obras de teatro penitenciario en dieciséis años. “Fueradentro” es la primera que realizan juntas en libertad. “Fueradentro” se vive frente a una mesa donde reposa la laptop que contiene los soundtracks y sonidos de fondo que hacen parte de las escenas, una bocina en la esquina y el micrófono desde el que se anuncian las llamadas. Hay otra mesa con un libro florete para ir dejando a las artistas, algunas palabras de lo que provoque/có la obra, igualmente una jarra de agua y otra que tiene el potente sabor del limón ft jengibre. Una sombrilla roja para hacer más sombra en conjunto con la carpa azul que confunde con el cielo abierto.

28 aviones despegaron y 28 aviones sobrevolaron la ciudad mientras transcurrió la obra. Comenzó 4 segundos después de la tercera llamada anunciada en el micrófono por Natasha. Ella pasa a sentarse con su periódico, haciendo de un señor en un parque sinsentido de la vida. De lado derecho aparece Maye, entra a escena… Natasha con una boina, Maye con una gorra…

Así da inicio una obra que narra la historia de amor (no romantizado) de dos mujeres que aprendieron y aprehendieron demasiado en la cárcel donde decidieron casarse: una 10 y la otra 16 años dentro. Una libertad esperada después de meses largos y tormentosos. Una salida que traía un horizonte sabor a libertad, al ‘afuera’, un encierro prolongado, con un caso archivado y una pandemia que endureció todo (más). Una libertad con sabor a triple encierro en migración y el miedo de nunca pisar una calle. Una espera en preocupación. Pero así, se preparó un hogar después, así se habló de un proceso mientras otro se seguía escribiendo dentro de la cárcel. Así, en libertad, están próximas a realizar la publicación independiente de un libro titulado “Cuentos de Caboca”, escrito por Maye Moreno, autora también de la entrañable obra “Casa Calabaza”,

Maye y Natasha conocieron el amor en Santa Martha Acatitla, estando presas, escuchándose, pasando 24/7 en tiempo real más de una década: conocen sus miedos, sus preocupaciones, sus cambios de humor sus sueños, su otro amor que es el arte y es eso que comparten en sostén, en hogar mismo, en utopías, en transformación. Ambas creen en crear, en hacer teatro, el teatro las unió, el teatro las mantiene vivas, provocando en una obra una explosión en el pecho de cada asistente. Mil preguntas, por supuesto, mil respuestas. “Cuando hay tormenta, hay que mirar hacia adentro”, dice Maye.

Responder a cómo es el afuera es algo que causa risas, sorpresas, aún incertidumbre y escepticismo para ambas. Lo han ido viviendo, Natasha sola y Maye ahora acompañada de su compañera de vida. Se abrazan al final en el conversatorio, hablan de ese amor, de resistir con ternura y paciencia, se besan. 28 aviones sobrevolaron un domingo por la tarde mientras “Fueradentro” ocurría en nuestra vida. El acto (h)artístico, con “h” porque ellas estaban cansadas de regalar su tiempo al capital y han decidido vivir de lo que aman hacer: escribiendo, dibujando, actuando, cantando en francés, bailando, celebrando su libertad y volver así a la creación. “Fueradentro” son mil vivencias de esos años en prisión, de aprendizajes que nos comparten, de reflexiones, de invitaciones claras para que rompamos la cotidianidad, dejemos ese disfraz cabizbajo y levantemos la vista hacia las lavandas, las rosas y el cielo que anuncia una lluvia ligera.

Minutos varios de aplausos de pie, más que eso son Maye y Natasha, mujeres que no dejan de escribir, de imaginar, de soñar; mujeres que han sido ovacionadas por sus obras, por sus sentires profundos; dos mujeres que estuvieron presas por más de 10 años que han decidido salir a una terraza a compartir un poco de su historia de vida. Nos dicen que el sueño es irse a una isla, porque esta sociedad no es algo con lo que coincidan, ¿quién no desea irse a la playa, al disfrute solimar? Nos encontramos entre la poesía y en el arte nos abrazamos, hay una charla al finalizar la obra, con jazz de fondo y muchas emociones saltándonos en el cuerpo.

En “Fueradentro” encontramos límites entre el lenguaje pasado, el que se renueva, las rutinas que se desvanecen y las que se van creando, la resignificación del territorio, de las calles que se pueden transitar, el dolor, los nuevos dolores de subir y bajar escaleras, la somatización previa a la libertad, las nuevas enfermedades, de la solidaridad carcelaria, como le llama Maye. De “Fueradentro” también despejamos dudas, pero salimos con un fuerte saber sobre el amor que contestó, y que dio salida a la libertad; el amor que permite sentir la vida, vivir el amor. El teatro posibilita los encuentros.

 

 

Escrita por Maye Moreno

Dirigida por Maye Moreno y Natacha Lopvet

Duración aproximada: 50 minutos

Personajes:

M        –        Maye Moreno

N        –        Natacha Lopvet

Custodia    –    Natacha Lopvet

Anciano     –    Natacha Lopvet

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