Leemos poesía argentina. Leemos algunos inéditos de Mercedes Roffé (Buenos Aires, 1954). Es poeta y editora argentina. Desde 1995 vive en la ciudad de Nueva York. Originalmente publicados en España y Latinoamérica, libros suyos se publicaron en traducción en Italia, Quebec, Rumania, Francia, Brasil, Inglaterra, Líbano y Estados Unidos. En 2017 se publican las antologías El Michaux (tintas) y otros poemas (Puebla, BUAP), Todo alumbra (Quito, El Ángel), Antología poética (San Juan de Puerto Rico, Trabalis) y El desierto y el oro (Sgo., RIL/Aérea). En 2018, la editorial Monte Ávila publica la antología Mansión nocturna. Ese mismo año, la editorial Excursiones publica en Buenos Aires Glosa continua. Ensayos de poética. En 2019 Palabrava, de Santa Fe, incluye en su colección Anamnesis el libro Otras lenguas, con fotografías de Roffé y poemas de Inés Aráoz. En 2020 aparece en edición digital su libro de fotografías en diálogo con las tintas de Victor Hugo, Homenaje a V. H. (BsAs, Vuelo de Quimera). Desde 1998 dirige el sello Ediciones Pen Press (www.edicionespenpress.com), dedicado a publicar plaquettes y pliegos de poesía contemporánea hispanoamericana y de otras lenguas en traducción al español. En 2020, la III Global Conference of University Researchers on Hispanic Issues dedicó un panel de homenaje a su obra. En 2021 participó como Poeta Homenajeada en el encuentro Poesía en Abril, auspiciado por DePaul University y el Instituto Cervantes de Chicago; la fundación Casa Bukowski Internacional le concedió el Premio de Poesía por su trayectoria. Entre otras distinciones, recibió las becas John Simon Guggenheim (2001) y Civitella Ranieri (2012).
Del candor y las sombras (2022, inédito)
sin título
ya es hora de que se sepa
que esos paneles
no son así porque uno
imponga
su vibración sobre el otro
fosas son
memorias sepultadas
vivas siempre
reclamando:
he de mostrarte el color
de la tierra
donde yacen los huesos
de los que nunca vivieron
de los que alguna vez
una línea infinita
vuelta
sobre sí
horizonte o cordón
umbilical
un nicho sobre otro
un cuerpo
hulla
carbón
o tierra
y aun así podredumbre
un alma
o dos
y aun así el silencio
paisaje, invierno, charcas
el cielo ha de ser tan rotundo
como un retrato
tan adusto o esquivo
igualmente enigmático
o sereno
pero el maestro
—prestidigitador como es,
sombrío,
iluminado—
ha preferido las ramas
erectas como juncos,
la nube transparente,
el lago congelado al pie
de la arboleda espectral
aterradora
la primavera temprana
cristalizará en deshielo
cuanto más profundas las rocas
más doradas
y esa luna que puedes
casi tocar con las manos
blanca y laxa y rosa
doblada en su reflejo
no apunta más que a las charcas
—esporádicas y ausentes,
congeladas— pequeños cielos
enjutos, extendidos
sobre la grama
—el mapa de una vida
o tal vez su memoria.
encuentros, soledades
la ciudad en que vivo
la silla en que me siento
la mesa que comparto
en la que espero
sombras y luces son
los que van llegando
frente a la mesa servida
me siento sola
invito
espero
llueve
en un café nos reunimos
a contraluz hablamos
desnuda voy
pariendo
bajo el agua
un hijo que no es mío
bucólica umbría
un laurel
ceñido
a una cabellera
como un premio
o un narcótico
una corona de espinas
—un blanco amanecido—
en la cabeza del bufo
y un baño de alquitrán
sobre la piel del cordero
blanco o negro son lo mismo y uno
en el designio de un dios
que solo sabe de muerte