Presentamos una muestra del nuevo libro de Jhonattan Arredondo Grisales (Cartago, 1990). Poeta, narrador e investigador literario. Realizó estudios en teatro y dramaturgia en diferentes ciudades del país. Licenciado en Español y Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira, tallerista de la Biblioteca del Banco de la República (Centro Cultural Pereira) y docente del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús Hermanas Bethlemitas de Pereira. Ganador del Concurso Nacional de Cuento “Cuentos cortos para esperas largas” 2017. Publicaciones suyas han aparecido en diferentes antologías y en medios de comunicación como La Cola de Rata, Literariedad, El Diario, El Espectador, entre otros. Su libro Las sombras interiores obtuvo Mención de Honor en el XXIV Premio Latinoamericano de Poesía por concurso Ciro Mendía.
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Jhonattan Arredondo Grisales nos entrega el testimonio de su lucidez en Las sombras interiores, un poemario que indaga por esos instantes de luz en los espacios cerrados y oscuros, no solo de la vida sino del alma misma. Por eso parte del silencio y la brevedad para encontrar la verdadera poesía del mundo, porque sabe bien que desde aquella síntesis se capta el instante y lo sublime a través de la palabra.
Nos recuerda el poeta que “Alguien en silencio nos mira verter el agua que siempre escapa de nuestras manos”, desde la plena conciencia de que no hay un destino más seguro que el de la belleza (así esté llena de laberintos y recovecos) para encontrar el sosiego en una tierra llena de trampas, tedio y bullicio. Este es un libro que festeja el silencio que nos aguarda en la casa, detrás de las puertas y las ventanas, y que está presente en las manos y miradas que inventan la memoria indeleble de las cosas. Allí está también el país y la realidad y los guiños y homenajes a sus maestros y amigos, porque también se trata de un libro de afectos y gratitudes.
Las sombras interiores invita al lector a un viaje por una geografía llena de ausencias y presencias donde el único lugar posible para el asombro será la poesía.
Federico Díaz-Granados
Invocación
Abres las manos en medio de la noche.
Solo la sombra de tu sombra
se vierte indescifrable donde intentas asir la luz.
Invisibles, lejanas,
sus músicas se ocultan en el fulgor de los jardines.
Basta tocar una flor
para sentir su voz murmurando en tus oídos.
Soliloquio del pescador
Sin certeza lanzamos la red.
Bajo el agua,
inmóvil, un hermoso pez ignora su destino.
A veces
ningún lugar en donde guarecerse,
ninguna concavidad
que evite el peligro.
Como esa red estas insólitas palabras.
Palabra
Ni siquiera tú me perteneces.
Huérfano del mundo
uno sombras en el aire.
Agujeros
Como agujeros desvaídos
que el tiempo alisa en las paredes,
alguien, dentro de ti, secretamente
cubre de belleza las grietas de tu alma.
A través de ellas
verás la luz que resplandece en el vacío.
Señales
El vacío que dejan las cosas que amamos
cuando se alejan:
agua que vuelve inconcebible tras los sueños.
Signos que el tiempo conquista a dentelladas,
imposibles de contener
en estas inútiles, míseras palabras.
Transparencia
Antes de ver la luminosa claridad
de su belleza,
el tiempo debía obrar en el vacío.
Reconocer la sombra
entre la sombra.
El tajo que dejaron vibrantes las heridas.
Todo lo demás es incertidumbre.
Trampa que la vida
ofrenda
para habituarnos al dolor.
Lingua somnia
Alguien en silencio nos mira verter el agua que siempre escapa de nuestras manos.