Poesía ecuatoriana: Victoria Tobar Fierro

Leemos poesía ecuatoriana. Leemos algunos textos de Victoria Tobar Fierro (Ambato, 1943) incluidos en el volumen Inmensos sentidos (El ángel editor, 2022). Ha publicado los poemarios Y de repente (1983); De victorias y derrotas (1991); Palabra cómplice (1995); La victoria, la rosa y viceversa -Antología- (1997); Desde las referencias (2001); Poesía despeinada (2006). En el 2014 publicó su libro de memorias Latoya. El Municipio de la ciudad le otorga la Condecoración “Juan León Mera” por su primer poemario, en 1983. Ha sido seleccionada en varias antologías de poesía ecuatoriana e hispanoamericana. Activista cultural, editorialista en medios de comunicación y crítica literaria, uno de los más importantes referentes de la poesía femenina contemporánea en Ecuador.

A decir del poeta Santiago Grijalva en el epílogo del libro Inmensos sentidos publicado en la colección Monstruos de la Editorial “El Ángel Editor”:

Victoria Tobar se presenta como una poeta que no necesita modelar versos o caminar con semblante de escritora, ella no incurre en rebuscadas referencias o en innecesarios enredos versales para decir y transmitir su emoción, se siente libre caminando con firmeza en el universo de la palabra.

La poesía de Victoria se convierte en un rechazo a la normalidad, una contraposición discreta a lo establecido, al deber ser, a las estructuras. La poeta se muestra como el eslabón que se fatiga al sostener la cadena. Esto no quiere decir que su obra es impermeable: es la permanencia, el reconocimiento del otro, donde nace la irreverencia de la voz poética. Aquí presentamos una muestra de su obra:

 

 

 

 

 

 

ELLA 7

 

Amó a un hombre hermoso. Alto, moreno, casi mulato, de labios gruesos, donde la belleza se detuvo bordeando lo grotesco para coger más fuerza. Amó a un hombre mientras crecían. Y lo amó y admiró por diferente. Sin embargo, él se fue y ella tuvo que casarse con un vendedor de feria, máster en economía de mercado. Parece que su maternidad era exigente: tuvo seis hijos, libido apaciguado, las mañanas ordena la casa, a las tardes juega té canasta. Lo positivo del asunto es que algunos de los juegos y algunos de los tes son de beneficencia.

 

(De Palabras cómplice, 1995)

 

 

 

Tu pupila

 

Tu pupila abusiva
se acomodó en mi córnea.
Ahora
contempla el mundo
sentada en el alféizar
de mi párpado,
metiendo en mi retina
la lectura que tú quieres
de la vida.

 

(De Palabras cómplice, 1995)

 

 

 

 

Tu medida

 

Te beso de lejos
]de lejísimos
yo sé que mides
cuarenta y ocho
bocas mías

 

(Y de repente, 1983)

 

 

 

 

Definitivamente no

 

Hoy despertaron mis dedos
Con ganas de hablarle al mundo.
Hay un recuerdo tuyo en las falanges,
Un deseo de ser nuevamente
En las pequeñas cosas.
No, definitivamente no.
No voy a suicidarme esta semana.

 

(Y de repente, 1983)

 

 

 

Yo el patito feo

a Samira

 

Nací equivocada
moriré como tal.

Cuello largo, largo
demasiado fino.
Hecho para que lo aprisione
la pinza del pulgar y el índice
de algún gigante bobo y con autoridad.

Moriré por asfixia
Yo soy el patito feo, en un estanque de patos.

 

(Poesía despeinada, 2006)

 

 

 

 

Ojo

 

Todo depende del cristal con que se mira.
La miopía es una gran ventaja,
ves las cosas de distinta manera,
en el quita y pone de las gafas.

 

(De algo más, 2014)

 

 

 

Elogio

 

Así que según tú,
hay pocas personas como yo
buenas, malas, más o menos.

Según esas palabras,
presumo estar colada entre tu sangre,
corriendo por tu cuerpo,
husmeándote en el alma.

 

(De algo más, 2014)

 

 

 

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