Poesía ecuatoriana: Estefany Vaca

Leemos poesía de Ecuador. Leemos a Estefany Vaca (Quito, 1996). Graduada de la carrera de Comunicación y Literatura por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Ha participado en varios festivales poéticos y en diversas revistas digitales. Es autora de Las ventanas del cuerpo (2018). Ganó el premio nacional de poesía “Paralelo Cero” con el libro Una oración es una casa (2022). En la actualidad se dedica a la escritura en diversos aspectos y el collage análogo.

 

 

I

Antes, quiero recordar
este campo vacío,
quiero recordar
la amplitud del silencio.

Quiero verlo,
no quiero olvidarlo,
lleno de nada,
regado de pausa.

Sé que después
del primer ladrillo
todo será distinto.

Tengo un campo vacío
y hoy empiezan
las palabras.

 

 

VI

Algo suena en la casa,
late, late, late.

La casa expulsa
lo que no controlamos.

Algo más que la
palabra
            en la palabra.

Una inmensa
nniiieebbllaa
sintiendo.

La parálisis empieza.

La casa no es nuestra.
Las palabras solo se
pertenecen a ellas.

 

 

IV

A veces, dejamos que alguien más

   nos atraviese.

Es más fácil perder con palabras prestadas.

 

 

II

La escritura se anuncia
en total ausencia.
Se escribe una casa en el    a  i   r  e.

La casa es anterior a su nacimiento,
la he visto sin conocerla,
y solo con los años he podido traducirla.
Hay cosas que esperan mucho tiempo ser nombradas,
para habitar la voz que las pronuncia.

 

 

 

Viento

El pájaro atraviesa
   la poesía.

Se deja desmembrar.

alas,
viento,
canto,
plumas,
vuelo.

 

 

Razones

Dios me hizo mujer,
quiero decir,
me hizo
con un pequeño taller
de muertos dentro.

Soy un conjunto de
células que, con suerte,
recuerdan su significado
y se estremecen.

Me dio un par de senos
pequeños que no
funcionan muy bien
de escudo.

Me hizo larga de piernas
y miedo, porque siempre
quiero topar
el cielo.

Dentro de mí, parece
que, sembró algo
profundo y oscuro
que se esconde.

Pienso:
pequeño sería el mundo
si fuera mi tarea usar ese taller
pero, gracias a dios,
lo mío solo es escribir

 

 

El mundo

La palabra es plagio del mundo,
lo que escribo es plagio de lo que leo,
plagio con mi boca tu beso en otras bocas.

Plagio es cada latido del más antiguo,
los sueños de la noche son plagios del día,
débil plagio soy del niño que llevo profundo.

Los ojos ven siempre plagiando el mundo,
reverdece en plagio, cada tanto, la planta,
el fantasma plagio del vivo.

¿Cuál es el sentido de ser auténtico?

Plagio es este poema seguramente de otro.

 

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