Poesía ecuatoriana: Alejandro Sánchez Camino

Leemos poesía ecuatoriana. Leemos a Alejandro Sánchez Camino (Ambato, 1997). Actualmente desempeña el oficio de librero. Además de la literatura tiene afición por las artes escénicas, visuales y la oratoria. El beso de Thánatos de Alejandro Sánchez publicado en la Colección Ópera Prima de la editorial El Ángel Editor.

Santiago Grijalva comenta sobre el libro:

Se entreteje, como un manto de fina tela, entre la mitología y la subjetividad. Construye puentes para que el lector pueda atravesarlos con libertad y soltura, creando un camino repleto de signos y símbolos que muestran un poemario luminoso. El beso de Thánatos es el primer libro publicado por este poeta constituido por tres cuadernillos en donde se reconoce lugares del rostro humano (la frente, la boca y la mejilla) en los que un beso puede volverse letal, pero silente. En una combinación cuidada y responsable, Sánchez Camino crea diversas voces poéticas que, entre escaleras literarias y puertas con llaves rebuscadas, llega la luz por sus versos.

 

 

 

MADRE NARCICISTA

Felina arisca;
buscas atención,
ronroneas tus denuncias.

—no son más que tus frustraciones.

Te dejaste domesticar,
olvidaste tu infante orfandad.

Tus lágrimas secarán,
pero el llanto brotará
de las circunvoluciones de la memoria.

 

 

 

LA FLAUTA DE PAN

Vehemente por enjugar la acre melodía
y extraer de la espora inflamada la sabia.
Injurié a la corteza de un árbol.

Brotarán de aquella herida las raíces de la caña
y han de crecer hasta donde llegasen
las últimas gotas de sangre de aquel árbol.

 

 

 

DIANA

Tomadas por el viento,
sin voluntad,
se mueven las ramas
al ritmo de una erección.

La pluma de un ave
acaricia la corriente
sometida a Helios.

El aroma putrefacto,
se eleva con las moscas
desde el estiércol.

Suspiras por cada respiro,
te desinflas por la abertura
de tus muslos asfixiantes.

Buganvilla hermafrodita,
no te hizo falta zángano,
tu gineceo fue infecundo.

Diana novicia,
sigues tejiendo las chambras
de tus hijos destetados.

 

 

 

SINÉCDOQUE

Perfecto
lo incompleto.

Nunca terminé nada,
excepto, mi propio boceto.

La muerte lo sublima todo,
vivir es abrazar,
morir es dejar de hacerlo.

Isadora Duncan,
ahorcada en el panteón,
formando un círculo en el aire
se desprende de la máscara.

El reloj en reversa,
deconstrucción del tic-tac
en dos latidos.

Mis carencias ipso facto,
son tus presunciones.
Tumefacto, ¡soy!,
un onanistus-interruptus.

 

 

 

LA MUERTE DEL POETA

Desparramadas sobre el pavimento
yacen las esquirlas de un cuerpo.

Ha sido aventado un hombre
al igual que el pichón del nido.

—El más inocente fue crucificado—

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