Recomendaciones para un Eterno Descanso (2020, Lago editora) de Fabio Cardarelli.
Recomendaciones para un Eterno Descanso es un libro que presenta un emotivo y profundo viaje poético, en el que se tocan temas tales como la vida, la muerte, el amor y la búsqueda de significados en las cosas más pequeñas. Una particularidad de la obra son los títulos: números en esperanto que representan cada una de las recomendaciones o pequeña moraleja subyacente en cada poema. “Recomendaciones”, entiéndase bien, hábilmente transformadas en un lenguaje poético a través de la rítmica y el sentido, como cuando dice en “Tria”: “…quien no haya olido a un hijo/ saque urgente un boleto/ al campo al mar a la montaña…/ o donde crea que encuentre a la esperanza”; o cuando dice en “Kvara” que soñó haber escrito el poema más hermoso como si de una pesadilla se tratara, porque entonces, para qué seguir esa búsqueda estética: “mejor así, /que el límite de un hombre sea su sueño”. Estas recomendaciones se escuchan con una voz que reflexiona consigo misma, que gira y articula hechos del pasado, remoto o inmediato, para entender las cosas de la vida.
En conjunto, Recomendaciones para un Eterno Descanso es una obra poética que toca los vértices del alma humana, dejando una huella, quizás por una musicalidad constante, en nuestros oídos. Por algo, este texto obtuvo una mención en el Premio Literario Provincia de Córdoba en el 2018.
Sin lugar a dudas, Fabio Cardarelli ha creado una obra conmovedora que resuena con la esencia misma de la vida.
J. P. A.
Unue
Tuve que ir
hasta tus ojos
para recordar
cómo se derrama
el sueño
de un hombre.
Tria
olí a mi hijo cada vez que nació
quien haya olido a un hijo
se hunde en su cuerpo hasta esperarlo
cuatro veces lo vi nacer y yo
que solo había escrito recetas de cocina panfletos horóscopos
me entró como sable de faquir por la nariz
el lento caracol del universo
y tembló
nacía cada vez nacía
en la penumbra de la habitación me acercaba en puntas de pie
y a milímetros de su carita dormida olía su cuerpo
su respiración
quien no haya olido a un hijo
saque urgente un boleto
al campo al mar a la montaña al supermercado casa de cambio templo obrador
o donde crea que encuentre a la esperanza
intimídela
sedúzcala móntela con honestidad sin temor
y al cabo de algún tiempo
huela el fruto concebido en ella
olerá como mi hijo
el timón de la carne
la celebración de un verbo sucedido
el útero tibio y recuperado al fin
el poderoso amor
la sed.
Kvara
apenas sepultada la luna en su desierto desperté de esa pesadilla
en mi cuerpo
pisadas de caballos hierbas carbones
soñé
que escribía el poema más hermoso de mi vida
de repente
desde el núcleo de las tinieblas un relámpago
y su silueta se recortó a contraluz de mi sed como un árbol
estaba ahí
perdurando
aleteando como una mariposa mojada
acaricié su intermitencia y fue
peligrosa
la noche
al verlo
desplegué mi mano
sentí en las yemas su remanso
besé su cicatriz parecía tan pobrecito disciplinado
tan posible tan vehemente pero
en la colmada lucidez de su belleza cambió
su pluma en garra y lo vi bien
lo vi de nuevo
casi escrito pero no
casi último
mortal como huidizo
salvaje y arisco
veloz en la fuga
fue todo lo que quise y sin embargo
la plenitud infaliblemente anticipa la certeza del fin
mejor así,
sobreviví a mis imposibilidades
pero no a los ásperos rugidos de la búsqueda
mejor así,
Que el límite de un hombre sea su sueño.
Sepa
me volví a enamorar,
lo cuento ahora que es temprano
que estoy viejo
que al final del día se agota mi memoria
me doy cuenta porque riego el jardín
es imposible y absurda esa tarea de no estarlo
el deseo irrumpe y conquista mis propios restos
y algo frágil o sutil
me inunda de una antigua belleza
ya sé que es triste la belleza
porque se agota
porque cabe en el vuelo del párpado
pero soy en la unidad tenue y vencido
soy tan fácil
el solcito del patio me dice
que una jornada es el arquetipo de una vida
y un té misterioso me devuelve y desperdiga
en esta mesa con mantel y silencio
no es la primera vez que me sucede
sobreviví al fundamento de sitios poderosos que no alcanzaré
pero ya no me desvelan otros cuerpos otros sitios
ni me pregunto qué otras cosas habrá
más allá de esta mesa con mantel y silencio
aprendí que el amor
es como una nube al que cada uno le encuentra una forma
y en esta ambigüedad y esta distancia
es válido
desplomarme como un dios sin esqueleto
por este corazón
que se apropia de todo
que se despoja todo.
***
Fabio Cardarelli nació el 8 de marzo de 1969. Su infancia transcurrió en un pequeñísimo pueblo del sudeste cordobés (Ana Zumarán) hasta los doce años, cuando su familia se trasladó a Villa María. Actualmente vive en la ciudad de Villa Nueva. Publicó los libros de poesía Donde la piedra es pájaro (1986) y Bis (1990) ambos como ediciones autogestionadas. Sobrevino una larga etapa alejado de la escritura (aproximadamente veinticuatro años), para retomar con La breve recompensa (2016, Dinamo Poético editorial) y Truco de espejos (2017, Lago editora). Recomendaciones para un eterno descanso obtuvo una mención en el Premio Literario Provincia de Córdoba en 2018.