Ernesto Cardenal: dos poemas guerrilleros

Leemos dos poemas de tema guerrillero de Ernesto Cardenal. Se trata de poemas que hacen la crónica lírica o la historia poética de la Revolución sandinista .

 

 

 

 

 

 

 

 

Meditación en un DC-3

 

No sé por qué recordé la frase de Novalis

“Tocar un cuerpo desnudo es tocar el cielo”.

El piloto militar abría el mapa de la patria

 ​​ ​​ ​​ ​​​​ para la niña morena de nueve años

(abajo la tierra es nuestra)

Su mano rozando su manita.

Abajo Muy-Muy, ríos, Nueva Guinea donde cayó Felipe.

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ “Es tocar el cielo…”

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ ¿Pero si no creen en el cielo?

Es claro que no es la bóveda azul atmosférica

 ​​ ​​ ​​ ​​​​ eso es siempre la tierra

y el ir volando en un DC-3 en el cielo

 ​​ ​​ ​​ ​​​​ de la patria liberada

es la tierra.

Pero la infinita noche negra

de las estrellas, con nuestra Tierra llena de humanos​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ que se aman

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ y todas las demás amorosas Tierras

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ es el cielo

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ es el Reino de los cielos.

¿Y Novalis qué quiso decir?

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ Para mí está diciendo:

besuquear un bebé,

pareja con caricias profundas,

apretón de manos,

palmadita en el hombro,

lo humano tocando lo humano,

la unión de piel humana con piel humana

es como tocar el Comunismo con el dedo compañero.

 

 

 

 

 

 

 

Elvis

 

Elvis Chavarría, soñé que estabas vivo

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ En tu isla Fernando

de Solentiname, la isla de tu mamá,

como si no hubieras caído

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ después de tu asalto al cuartel de San Carlos,

y me ibas a llevar a conocer un nuevo hijo tuyo,

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ como el primero que habías tenido

el chavalito morenito

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ que se te atribuía a vos y era igualito a vos

y yo te envidiaba por este nuevo hijo,

porque podías hacer lo que me está negado,

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ porque me lo he negado yo,

y entonces desperté y recordé que estabas muerto

y que tu isla Fernando ahora se llama isla Elvis Chavarría,

y ya no podías tener ese nuevo hijito que se parecía a vos

como tampoco yo,

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ estabas muerto igual que yo

aunque estamos vivos los dos.

 

 

 

 

 

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