Poesía argentina: Franco

Fermín Vilela hace una curaduría de poesía argentina contemporánea. Nos acerca a una propuesta muy singular. Se trata de los poemas inéditos de un poeta bonaerense nacido a mediados de los años 90, Franco. Actualmente trabaja en el molinete de la Platea Sur de la cancha de San Lorenzo.

 

 

 

 

 

Franco nació y se crió en el barrio de San Cristóbal, Buenos Aires. Poeta inédito. Hoy día tiene 30 años y vive en el barrio de La Boca con su perro Kentaro, al​​ que​​ nombró así​​ por un manga que admira muchísimo y lo acompañó en momentos de bastante confusión. Escribe, toca la guitarra, canta y practica Judo desde chico.​​ Actualmente tiene la suerte de trabajar en el molinete de la Platea Sur de la cancha de San Lorenzo, club del que lo hizo hincha su abuelo.​​ 

 

 

 

 

 

 

 

***

 

 

 

1

varias veces hice el ejercicio

de subirme al lugar más alto que estuviese a mi alcance​​ 

pararme en la cima y mirarlos desde arriba

o mirarnos si se puede

si me lo permiten

pidiéndole prestados los ojos a Dios o a algún ser celestial

porque Dios no tiene ojos o eso me imagino​​ 

porque si los tiene no me hago sentido de su rostro

no se puede estar viendo todo esto y aguantar el llanto

lo digo por experiencia

porque estuve ahí​​ 

bien alto viendo todo
viéndonos

y solo se puede abrir la boca y dejar escapar el llanto

yo lloro por la boca

el viento se abre paso entre mis labios y me hace sonar y no soy una persona

si cerrasen los ojos me confundirían​​ 

con algún animal pesado y triste partiéndose la garganta para sonar​​ 

haciéndose eco en superficies que no alojan el sonido

pero mi grito, mi llanto​​ 

sabe hacer pie en el aire

no tiene peso​​ 

pero si la densidad del mundo​​ 

porque le pertenece al mundo​​ 

es como si se lo estuviera devolviendo

yo aprieto los dientes y toda la cara​​ 

y la boca se me abre sola​​ 

 

 

 

 

 


los ojos de un perro son siempre ojos de perro

yo pienso en óxido y pienso en el mástil de la escuela

alta en el cielo un águila guerrera

le tiraban con una gomera y la bajaban con la escalera

azul sus alas

una del color del cielo y otra del color del mar

yo no me muero por ninguno de los dos

con eso quiero decir no me gustan mucho

pienso es la falta de límite

límite en sentido de mapa

tus ojos

tampoco terminan nunca por ejemplo

y me pierdo como uno se pierde

en el cielo en el mar o en un fin de semana

 

 

 

 

 


2


preocupate​​ 

cuando me veas con la chomba​​ 

abrochada hasta el último botón

cuando me brillen los colmillos

y el dolor no se me vea

cuando parezca que tengo todo controlado

y mi saliva tenga gusto

a metal

cuando mi sombra tenga alas

preocupate

cuando tenga una sonrisa tatuada

en la cara y no me ponga triste que me claves

una estaca en el medio del pecho

cuando mi voz te suene fresca y brinde

una tranquilidad

que no nos pertenece

cuando me creas que vuelo

y mi manera de andar te haga sentir cualquier lugar​​ 

un lugar seguro

preocupate​​ 
por mi 


 

 

 

 

 

 


3

Cuál es la cruz que cargo, hasta dónde

si con la vida no me alcanza

pero con esto que soy me sobra para hacerla valer.

Hay que tener un espíritu fuerte para saberse muerto: 

soy un anacronismo.

No tengo valores, pero lo tengo todo muy claro,

nada se escapa de su propio ojo, me adapto. 

Puedo hacerme entender por quien sea,

me abalanzo por miedo a cerrarme pero

me cuesta cerrar después para no atropellar.

Nunca encontré lugar en los puntos medios, 

o vivo en la muerte o muero por vivir,

o mastico tristeza o escupo flores. 

No tengo hogar ni tempo

pero hice casa en todos lados, dejé

un pedazo mío en cada lugar que reí.
Me gusta reír, se siente bien, 

es aire fresco. 

Tus ojos siempre negros, los míos

sin color, sin nombre.

Todavía no aprendí a respirar los días,

las cosas pasan.

Trago, mastico y trago al mismo tiempo,

pero nunca me enfermo.

Soy un volcán …

Nunca me pude dormir temprano, la noche

me atrapa. 

Te gustaba mi pecho. 

El alcohol me pone idiota: en algún momento

quise salvar al mundo y también 

quise destrozarlo. 

Ahora lucho porque no me devore.

Siempre estoy un poco triste, 

siempre siento un poco de dolor.

El dolor me hizo querer luchar siempre.

Hubo miradas que me hicieron renacer,

creí salvar al mundo,

pero no pude ni salvarte. 

Jamás mataría insectos, solo parásitos. 



 

 

 

 

 

4


cuál es la cruz que cargo

hasta dónde

si con la vida no me alcanza 

pero con la vida me sobra para hacerla valer 

hay que tener un espíritu fuerte para saberse muerto

soy un anacronismo

no tengo valores pero todo lo tengo muy claro

nada se escapa de su propio ojo

me adapto

puedo hacerme entender por quien sea

me abalanzo por miedo a cerrarme pero

me cuesta cerrar después para no atropellar

nunca encontré lugar en los puntos medios 

o vivo en la muerte o muero por vivir

o mastico tristeza o escupo flores 

no tengo hogar ni templo 

pero hice casa en todos lados

un pedazo mío en cada lugar que reí

me gusta reír

se siente bien 

es aire fresco

tus ojos siempre negros

los míos sin color, sin nombre

todavía no aprendí a respirar los días

las cosas que pasan

trago mastico y trago al mismo tiempo 

pero nunca me enfermo

soy un volcán

nunca me pude dormir temprano

la noche me atrapa 

te gustaba mi pecho

el alcohol me pone idiota 

en algún momento quise salvar al mundo 

también quise destrozarlo

ahora lucho por que no me devore

siempre estoy un poco triste 

siempre siento dolor

el dolor me hizo querer luchar siempre 

hubieron miradas que me hicieron renacer

cómo creí salvar al mundo si no pude ni salvarte

jamás mataría insectos

solo parásitos


 

 

 

 


5

Este infierno tiene sus propias leyes

Uno no puede confiar en lo que irguió 

ni en los símbolos que lo alojaron en su propia orfandad

Hay cosas para las que uno no puede ni debe prepararse

El hombre cruzó alguna vez el mar

Sobre un barco de madera

Estoy lleno de memorias

De lo que no fui

Miro el cielo con indiferencia y no lo pienso mucho​​ 
tropezará en él cómo tropiezo en la tierra 

El Sol nunca me resultó un Dios amable

conozco sus planes y no son dulces

Hay palabras que no se pueden decir más de dos veces ni es justo decirlas

El azar es lo único en contacto con la divinidad y veo en eso fortuna

Dudo de que la realidad exista si no la persigo

 

 

 

 

 

 

 


6


estoy rodeado de gente inmensa con un autoestima muy pobre

de mi opino lo contrario​​ 

soy un pibe bastante mediocre

ni muy lindo ni muy feo

muy bueno en nada pero diestro en todo

siempre me salvó un hambre feroz

si me ponen el mundo en la boca lo mastico


-quizá quiero que mi vieja esté orgullosa de mí

nada más

nunca la pude ayudar​​ 

nunca le di nada a mi familia-


yo soy el diamante

soy el diamante y se lo van a tener que tragar

como yo me tragué la vida​​ 

nací bajo la peor lluvia

sin preguntar con las alas rotas

nunca quise volar tampoco

me gusta mirar para abajo a favor de la gravedad

donde los objetos dejan marca


fui trazando camino denso​​ 

como la sangre del volcán que no tolera estar quieto

llevándose todo por delante​​ 

sin dejar nada atrás

ni huella
ni migas de pan


 

 

 

 

 


7


mi infierno no es circular

es más bien, como mirar un árbol de frente

a cierta altura

o como una ciudad vista desde arriba

no es muy distinto al cielo

no es otra cosa que el cielo


se escuchan tus reflexiones y algunos instrumentos de fondo

no son trompetas​​ 

ni puertas majestuosas e impenetrables

no hay respuesta para las esfinges

porque tampoco preguntan nada​​ 

un silencio pesado como el Sol

me visto con lo que tengo a mano

y salgo a cumplir

conmigo


​​                                                                  ​​ 

 

 

 

 

 

 

 


El apetito y la satisfacción son un círculo dorado
Tal vez sea nuestro hijo, tal vez no lo sea
Lo sentí incrustarse entre mis costillas
En la noche larga y oscura de mis ojos
Yo con mis heridas, vos con las tuyas (los caballos lucharán)
No me importa, si somos felices, que al mundo entero se lo trague el infierno
Dios es un nombre más que define
A un fantasma del yo​​ 
Es la tranquilidad de mirar una taza sin largarme a llorar​​ 

Danzé alrededor de volcanes en plena búsqueda​​ 
Entre enemigos que me aseguré, sean imposibles de derrotar
Nadé, por propia voluntad, en el agua del Aqueronte.

​​                                                                  ​​ 

 

 

 

 

 

 


Dios, nombró a los ángeles pájaros

pero no les regaló alas.

Les dio un corazón

y una corona invisible.
Para que  las aves 

pudieran sentir suya una parte del cielo .


                                                                 ​​ 

 

 

 

 

 


Siempre tuvimos miedo, 

a la tierra, al bosque, al mar.

Nada que no entre en las palmas de las manos​​ 
puede ser seguro.

Yo intenté aferrarme a un rayo

lo hice con el respeto que tiene la lluvia por todo lo que toca,

con los ojos cerrados,​​ 
el gesto herido a puñaladas,

fingiendo valor, 

como siempre.

 

 

 


 

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