Primavera poética 2024: Dennis Ávila

La Primavera Poética 2024, festival internacional de poesía organizado por Harold Alva y la Municipalidad de Lima, presenta en su programa al poeta hondureño, radicado en Costa Rica, Dennis Ávila (1981). Ediciones La Chifurnia publicó en 2022 una antología de sus poemas, Un sol que prometía amanecer.

 

 

 

 

 

 

 

Dennis Ávila (Honduras, 1981).​​ Una selección de sus primeros libros de poesía se reúne en la antología​​ Geometría elemental​​ (2014). En el año 2016, Ediciones Perro Azul (Costa Rica)​​ publicó La infancia es una película de culto, reeditado en El Salvador, Puerto Rico y España. En el año 2017, Amargord Ediciones publicó​​ Ropa Americana,​​ reeditado en México y Jordania (traducido al árabe por los poetas Fakhry Ratrout y Najwan Darwish). En el año 2019, publicó​​ Historia de la sed​​ (Amargord Ediciones). Obtuvo el Premio Único en el Certamen de Cuento de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (2005. Su libro,​​ Los excesos milenarios, obtuvo el Premio Internacional de Poesía​​ Pilar Fernández Labrador​​ (España, 2020), publicado por las Ediciones de la Diputación de Salamanca y traducido al portugués por el poeta Leonam Cunha para el Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca. La Colección Primavera Poética publicó su antología​​ Escuela de pájaros​​ (Perú, 2020) y Ediciones La Chifurnia su antología​​ Un sol que prometía amanecer​​ (El Salvador, 2022).

 

 

 

 

 

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Resumen ejecutivo del Dark Side

 

Obi-Wan Kenobi desobedece a George Lucas:​​ 

en lugar de cerrar los ojos​​ 

y permitir que Darth Vader​​ 

lo pulverice​​ 

con su sable de luz,​​ 

se defiende.​​ 

 

Luke Skywalker, Chewie

y la Princesa Leia

palpitan ante el duelo.

 

Han Solo levanta las apuestas.

 

Arturito​​ y​​ Citripio​​ se quitan los atuendos​​ 

para ver el combate​​ 

desde una posición​​ 

más humana que un disfraz.​​ 

 

Y cuando Obi-Wan y Darth Vader​​ 

dan la pelea del siglo​​ 

en la que ponen atención​​ 

todas las galaxias,​​ 

mi madre nos llama para ir a cenar.​​ 

 

Devolvemos los palos a sus escobas​​ 

y nos sentamos a la mesa,​​ 

llevando en nuestra respiración​​ 

el lado oscuro de La Fuerza.​​ 

 

 

 

 

 

 

 

Luces indefensas

 

Un niño que podría ser mi hijo​​ 

me habla de dinosaurios,

dice sus nombres, describe los tamaños,

en su relato los veo por aire, tierra y mar.

 

Hace bien: estudia la vida desde el principio,

tiene cuatro años y algo en su mirada​​ 

lamenta su extinción,​​ 

dentro de mí transcurre un largo minuto de silencio.​​ 

 

Quiero hablarle a su generación,

decirle que la vida es una máquina del tiempo,

a su lado habrá pasajeros dispuestos a hacer daño,

humanos poco humanos,​​ 

piezas que se sueltan para ocasionar los accidentes.

 

La vida puede ser una estación​​ 

que trasciende voces o dinosaurios,

y mientras no caiga​​ 

el meteorito sobre nosotros

es posible tomar la justicia en nuestras manos.​​ 

 

Me encantaría llevarlo al mar,

al agua donde mis padres​​ 

me entregaron el sol y la espuma,

olas que rompí sin saber​​ 

que aquel animal grande​​ 

podía ser cálido y juguetón,​​ 

peligroso y traicionero.

 

Sería bonito construir castillos de arena,

no importa que el mar se los lleve.​​ 

 

Junto a la mujer que sueña ser su madre

podríamos pintar un cuarto​​ 

con los colores que dicte su imaginación,

subirlo a un avión y conocer, juntos, la nieve,

abrazar su alegría en un museo

frente a los huesos de un tiranosaurio rex.

 

Hacer lo mismo​​ 

por la niña que escala muebles​​ 

como si fueran edificios,​​ 

por los hermanitos rescatados​​ 

desde el fondo de la basura,

por el bebé de ojos pequeños​​ 

y lágrimas grandes.

 

Veo a estos niños y pienso en el muchacho​​ 

que me extendió su mano en Ciudad Juárez,

en una voz bajo los escombros de Siria,

en un latido que pierde las luces en el Mediterráneo.

 

Un niño abre sus brazos​​ 

y me sopla al oído las alas de un pterodáctilo,​​ 

me gustaría contarle que a su edad​​ 

quise ser un astronauta​​ 

y llegué a la poesía.

 

No estamos lejos,

se dice que venimos de las estrellas​​ 

y volveremos a ellas,

sería hermoso despejar​​ 

el mar, la selva y el aire para sus dinosaurios.​​ 

 

Antes que el tiempo fuera el tiempo

existieron los niños y sus manos en la tierra,

antes que el día llegara a la noche

ya había un sol que prometía amanecer.

 

 

 

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