Julián Axat (Argentina, 1976). Publicó: Peso formidable (2004); Servarios (2005); Medium (2006); ylumynarya (2008); Neo o el equipo forense de sí (2012); Musulmán o Biopoética (2013); Rimbaud en la CGT (2014); Offshore (2017); Cuando las gasolineras sean ruinas románticas (2019); Perros del Cosmos (2020); El amor por los debiles & el instinto de asesinato (2021); Las antologías: Si Hamlet duda, le daremos muerte (2010); La Plata Spoon River (2014); Interestelaria. Poesía, cosmos y ciencia ficción (2020), Toda poesía es hostil al anarcocapitalismo (2024). Hasta el 2015 dirigió la colección de poesía Los Detectives Salvajes, de la editorial libros de la Talita Dorada. Su poesía ha sido traducida al italiano, francés e inglés.
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Algunos mundos tienen dos soles
Otras nostalgias de la luz
Todo comenzó tras el fallecimiento de su padre
fue en ese momento en el que la mexicana Gabriela Reyes Fuchs
pensó en las cenizas que le entregaron
Desde entonces caviló ante los restos
pensó en las imágenes
en los sueños que la llevaron a ser fotógrafa
pero de repente sintió la necesidad observar más de cerca
y hacerlo a través del microscopio
“No vas a ver más que blanco, negro y gris”, le decían los expertos de la UNAM
Pero Reyes descubrió fragmentos
Pequeñas luces brillantes en forma de constelaciones
En las partículas de las cenizas de su padre había una galaxia escondida
Desde entonces nació el proyecto que recibe muestras de todo el mundo
Y que permite a las personas ver estrellas entre las cenizas
«Estamos hechos de estrellas» decía Carl Sagan
y los hijos de desaparecidos de la Argentina
los de Guatemala, Chile y Perú ya se alistan para ir mandando
los restos que los equipos forenses han hallado perdidos en las fosas comunes
y así se esperanzan con ver
a sus ancestros convertidos en soles y cuásares
Algunos mundos tienen dos soles
Todo comenzó
cuando el fotógrafo irlandés Andrew McConnell viajó a Kazajistán
nada lo obsesionaba más que capturar el exacto momento
en que una cápsula Soyuz caía a la tierra
El cosmódromo de Baikonur y alrededores de la estepa
como epicentro asiático que/ día a día/ recibe
los restos espaciales que provienen del cielo
Pero McConnell sabía esperar
podía estar así días y meses
Entre 2015 y 2023
fue y vino/ entre Irlanda y Kazajistán
un total de/ doce veces
en verano dormía en tiendas de campaña
en invierno dentro de gigantescos vehículos de ocho ruedas
por la mañana McConnell aguzaba el oído /y
ya como baqueano intentaba escuchar el enigma en el viento
un lejano sonido
el anuncio
-acaso- la esperanza
ese momento tan deseado
Entonces /el breve milagro
un punto plateado en el cielo
la pequeña cosa con paracaídas /atraída
por la vieja ley de gravedad
más pequeña que el Fiat más pequeño
apoyándose /sobre algún punto de la estepa
En esa serie de fotos que McConnell tomó alucinado
vemos la secuencia completa
a los miembros del equipo abriendo el bólido
a los astronautas boleados
mientras los sacan de brazos y piernas
colocados en sillas /para control de sus signos vitales
para darles un un teléfono y llamar a casa
En cada viaje
McConnell se sintió por demás sorprendido /ante la falta /de otra sorpresa
la de la gente que allí habita
la gente de los alrededores del Cosmódromo
la que ve caer objetos día a día /y desde que nació
se acerca /a comprobar
si lo que cayó/ tiene valor / -acaso- para trueque / -acaso- para fabricar algo
o simplemente para olvido
en el medio de la estepa
En el álbum de McConnell /el tiempo parece diluirse
pueden verse varias secuencias no menos curiosas y distópicas
en una foto vemos a los campesinos que han construido vallas y corrales de cerdos
con partes abandonadas de cohetes
en otra foto vemos a una familia
que usa el cono de la nariz de un cohete
como depósito de carbón
El asma en la revolución
El Che y Hebe tenían asma
En esa coincidencia se hermanaban
Cuando el aire faltaba
Abrían la boca y se comían de un bocado la realidad y seguían…
Cuando el Che se agitaba recitaba a Shakespeare desde arriba de un árbol en la selva boliviana
y seguía
Cuando Hebe perdía el hálito gritaba a los cuatro vientos de la Plaza de Mayo y seguía
No es caer es
su voluntad de acero
superar la falta
ese breve vacío que en el pecho de los revolucionarios
se completa con
la sinergia escondida depositada allí por la divinidad
para cambiarlo todo de una vez
para volver al hueco y seguir