Eugenia Straccali (La Plata, 1970). Poeta, editora, dramaturga y crítica literaria y Magister en curaduría de arte. Docente e investigadora especializada en poesía y teorías líricas. Miembro del Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria de la Fahce, UNLP (Argentina). Coordinadora general de la editorial y plataforma web Vuelo de Quimera, territorio de artistas. Cursa la última etapa del Doctorado en Letras y la Maestría en Curaduría de arte. Ha publicado: Ninfas (no musas) (Buenos Aires Poetry 2017); El alfabeto de los árboles (Ediciones en Danza, 2018); ¿Por qué no hablan las sirenas?, (Prueba de Galera editoras 2019); Para escuchar la música del poema, Buenos Aires Poetry, 2019).Es coordinadora del Atlas de la poesía argentina I (EdULP, 2017) del Atlas de la poesía argentina II (EdULP, 2019) y del libro de ensayos Derivas insulares (Vuelo de Quimera, 2020) Coordinadora de la Antología de la Poesía Federal de la Pcia de Buenos Aires (2019); Soy Bruja (Ediciones en Danza, 2020); Medusa (Vuelo de Quimera, 2021). Compiladora de Iluminado artificio sobre la poesía de Mercedes Roffé. Fanzine La desesperación por las flores Vuelo de Quimera (2022); Ojos fríos (2024) (Edición Vuelo de Quimera); participó en distintas antologías de poesía nacionales e internacionales En este momento está preparando un estudio crítico, en Pretextos, sobre la obra de Chantal Maillard.
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Poemas inéditos del libro Escocia
Extranjería
La copa recorrió todas las manos
llena las manos de licor que alegra
y cantaban los Bardos y las vírgenes arrancaban
dulcísimas y trémulas
notas ardientes de las arpas de oro
y el amor suspiraba entre las cuerdas
Ossian, bardo escocés ciego del siglo III d. C.,
I.
Escocia
mi extranjería
foránea forastera alienígena exótica bárbara extraña intrusa migrante refugiada expatriada desplazada rechazada exiliada viajera nómade deportada desterrada expulsada asilada desamparada asilada paria lumpen desarraigada huérfana bestial
no tengo origen
la vida y la muerte son flores perversas
mi nombre nace de la infinitud del silencio
nacida de los dientes del Dragón
el ojo de Dios
vela por encima de mi cabeza
devenir guerra
estoy aquí al resguardo de los estragos
de mis ancestros
mis llagas son pupilas desesperadamente abiertas
te buscan
en torno a un poema que brilla
cólquide no pertenezco al orden diurno
tampoco a lo visible de la memoria
de mí afuera siempre
el ritmo de las palabras en mi boca
se sustraen a todo develamiento
abertura de una estirpe que me expulsa
viniste hacia mí
la muerte no te había cambiado
heredaste los desiertos
yo te alcanzo un milagro
y un buho blanco
para respirar mi estrella necesita de un nuevo espacio nocturno
Escocia
si una parte de la noche se inscribe en mi lengua
ella es también su momento de borradura
caminamos descalzos a lo largo de las páginas de tu libro, sobre rocas que dominan el mar y el amor retorna en las olas que se estrellan a nuestros pies y no dejan de purificarlos y a veces nos azotan los hombros y no podemos avanzar con el viento
no podemos
una misma historia mi amor
una misma ola somos
unas veces llenas de fuerza
otras tan débil que parece
herida
que nunca sanamos del todo
llevamos grabadas las cicatrices de nuestros nombres en las palmas de las manos
para no olvidarnos de la dolorosa distancia cuando se navega
para sentir el amor cuando cerramos los puños
lastimadura
la contemplamos pasivos
porque no nos pide nada
pero nos arrastra mas allá de los volcanes
donde sale y se pone el sol
como si la sombra no nos alcanzara nunca
y la claridad se uniese para nosotros
la poesía escapa
precaria
de manera ilusoria
como yo
de los infaustos destinos que evoca
Escocia
elegime de nuevo
sabés que esta fisura es la tuya
en las cortezas
mundo que conocemos
cómoda verdad del amor
impaciente
hablamos para unirnos
unánime aceptación de las palabras
hablamos para repoblar el mundo
y encendernos
te espero
En Escocia
desconocen mi hueco
hay un ángel que se esfuerza
para que yo sobreviva
se sabe fantasma mi cuerpo cansado
qué extraña me siento
despues de los golpe
persigo las tormentas-me dijiste
yo soy el huracán
la ola que te estrella abatida contra
siempre contra
se extinguen en las orillas lagartos de jade bañados por la luz
tenemos el amuleto
«hag stone»
piedra agujereada de forma natural por el agua
sílex
pedernal
tu corazón
cuando se golpea produce chispas
cuarzo óxido de silicio el mío
talismán contra el mal de los hombre de bien
piedra perforada por donde espiamos las pléyades
el agujero es el poema en mí
A Dios le gusta hablar a través de bocas desdentadas, es su encanto.
BORROSO
La ventaja de ver borroso
es que solo hay contornos y no nimios detalles.
Todas las pieles son lisas.
Todas las cejas son arqueadas.
Todos los ojos son puntos negros.
Todos los vestidos están limpios.
Los postes del telégrafo parecen álamos
y un cuarto oscuro es lo que se supone que es.
Los cuadros de las paredes del hotel
semejan arte
y yo nunca encuenrto mis gafas.
(Muriel Spark, All the Poems, 2004. Traducción: J. O.).
quiero sacarme a los vivos de encima
a los muertos no
los muertos me llevan en andas
me sobreviven
cuido a mis muertos
no hay eternidad sin clausura
extraigo la palabra de la roca
les escribo el desarraigo
cabos bahías fiordos estuarios
cerca del Mar del Norte
descansan en lagos de agua dulce
mis muertos
pude sacarme de encima
algunos cuerpos de mujeres
babas de caracol
y resguardarme de sus mandíbulas
de sus esqueletos
incesantes
las ratas tienen huesos
madres que no cesan de masticar
a sus hijas a sus hijos
mi patria
con tierras altas
barrancos valles
allí
está la sangre de mis espectros
la vida a cada segundo se aleja de nosotros como la lechuza despliega sus alas nevadas en el instante en que la descubrimos
les tengo miedo a los vivos a las vivas
a mi hijo que me dice que no pidió nacer
y ya es un hombre con sigilo de serpiente
se mueven demasiado veloces
demasiado mar
ya hemos visto bastante mar Atlántico
calor trópico sin nieve
no puedo no puedo
sin libros de invierno
en mi patria hay mesetas hay borrascas
fantasmas y más fantasmas
sobrevivientes
en las partes bajas
cadáveres
caballos de hielo
que duermen parados
estatuas de nieve
los demás animales se funden en la niebla
ciervos alces gamos
águilas de oro
poema
halcones peregrinos
gaviotas que chillan furiosas
crispada orilla del mundo
poesía de azul cobalto
espuma blanco espeso
focas grises colonia
historia oceánica
aquí estoy desde antes
poema
no hay pampa ni vacas ni soja no hay ceibos
patria agreste
no hay carne no hay alambrados ni chicharras
no hay asado achuras no hay fiesta del ternero
no hay primas deformes
no hay tías golpeadas por sus maridos
no hay ensalada de fruta en Año Nuevo
no hay pastura ni yerba mate
verde esmeralda en la pupila
del que se atreve a ver la intemperie
mi patria
abetos robles coníferas
caballos salvajes durmiendo en la nieve
en los pastizales del sur
hay lacónicas ovejas
gatos salvajes
hay memoria de fusiles
mis muertos regresan
no son aparecidos
le tengo terror a los vivos
a los que me dicen la verdad
el olvido siempre es cruel
la infancia es lo insoportable.
Lady Gruoch Ingen Boite
(63 poema para desarmarme)
Una vez sucedido el amor
nada tiene remedio
a A.C
Sopla Boreas en todos mis poema
que es el mismo verso deshilvanado
el suelo que pisamos no es real
el cielo del que bebemos no es puro
pero el amor e el arco que siempre da en el blanco
se inventa durante el exilio de los amantes
en el esqueleto de un bosque en Escocia
creo que se amarte
lo importante es desenterrar la raíz y devorarla
busco un hombre desnudo
libre de vergüenza
las imágenes
reminiscencias no se abandonan
se cristalizan
después palidecen los días
y las noches se lamentan
todos tenemos los ojos fríos en el deshielo
nuestra casa es una divina locura
soy extranjera
una página negra abatida sobre la blancura
como dice Hölderlin
si hablase de este tiempo
debería solo balbucear
tiritar la urgencia
con la lengua congelada
te digo
el verdadero amor da todas las oportunidades a la soledad
con la garganta atravesada por el anzuelo de una estrella antigua
cinco puntas
escribo fuera de los mapas
bruja
whisky destilado en tu boca
para suavizar las noches.
Confesiones de Isobel Growie
Primera
Me encontré con el diablo y concerté un pacto con él
prometimos encontrarme por la noche en la iglesia de Aulderne
entonces negué mi bautismo
y puse una corona de cardos en mi frente
la otra en la planta de mis pies
y luego entregué mis palabras a Satán
él estaba en el escritorio del lector
con un libro negro en su mano
me levantó en el aire
y me marcó en el hombro
clavó un colmillo de marfil
succionó la sangre que brotaba de esa marca
y la esparció en su mano,
y al rociarla sobre mi cabeza dijo:
"Te bautizo en mi propio nombre",
El siguiente día me encontré con él
en las nuevas tierras de Inshoch
tuvo cópula carnal conmigo
era un hombre de gran estatura
muy frío de pelaje suave
y encontré su naturaleza tan helada
como el agua de manantial
a veces llevaba botas y a veces zapatos
pero siempre sus miembros eran bifurcados y hendidos
a veces era como un ciervo o un venado
soy ese animal
entraré en una liebre
con pena y suspiros y mucho cuidado
lo haré en el nombre del Diablo
así me quedaré hasta volver a casa
y escribir.