Mariana Ossa Zapata (Pereira, 1992) ha participado en ferias del libro y en festivales de poesía en Colombia como el de Medellín en 2018, Luna de locos 2019 y 2021, San Jorge Sucre 2023 y Cereté 2024. Internacionalmente fue invitada al Festival José María Heredia de Toluca, México 2018, al Festival Internacional de poesía de Guayaquil Ileana Espinel Cedeño 2020 y en el 2021 con la presentación de su libro, al Festival Internacional de poesía Perú 2020, al festival internacional de poesía de Costa Rica 2023 y a la semana de la literatura en Hofstra University en Nueva York 2024. Algunos de sus poemas hacen parte de varias antologías, periódicos, revistas y blogs en el país y fuera de él y han sido traducidos al inglés, árabe, vietnamita, búlgaro, portugués, rumano e italiano. Publicó su primer libro de poemas La oscuridad tiene rostro en octubre del 2021, Guayaquil, Ecuador, con El Quirófano Ediciones-Voces del mundo.
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Entre todas las aguas por las que corre el amor
la más fría es la que se adentró en su sangre.
Ningún pez se compadeció, todos huyeron al ver un corazón tan solo.
Quién quiere entrar en una sangre que se pudre
que se asemeja a un sonido de tempestad, llevándose el mundo consigo
Aún se pueden percibir manchas en el agua sin peces.
Quisiera decirles a mis amigos
que todo es una broma, que el mundo es una comedia escrita por un dios que sólo quiso divertirse y no un dolor que no cesa en las madrugadas.
Darles la parte viva de mi alma para que no se marchiten, ni encuentren la oscuridad que crece en las raíces de sus vientres.
mostrarles el milagro de sentir las manos de los ángeles, el silencio de la noche, la luz de las palabras, el fulgor de la mañana, el ímpetu del viento, los sueños que regresan con el mar.
Ahuyentarles el miedo, a esa soledad que también temo, a ese invierno que cae al corazón cuando el amor es ya la parte ausente de la cama y de las ganas de reconocer la voz de la belleza.
Quisiera abrigarles el vacío
Curarles la herida del tiempo
e invitarlos a un lugar lejano
en el que puedan volver a nacer.
Únicamente mi soledad y esto que soy
puedo ofrecerles.
Sola
en la noche
entra en la habitación
y las mariposas caen de la pared
como su corazón
cansado.
Los libros
con sus palabras
vivas
de seres
que también gritaron
con el corazón cansado
le hacen creer
que el mundo es un
cuadro que esconde los sueños
para que se pierda en su búsqueda
y no salga jamás.
Mirar la vida inmóvil como si adentro todo fuera un río que no corre
como si todo fuera a quedarse en su sitio
y no pudiesen los árboles morir.
como si el alma por un instante
alcanzara el silencio del cielo
y la vida no volviera a salir de su profundidad.
El mundo es un lugar hermoso
dice la niña amada
el mundo es un lugar enfermo
dice la niña maltratada
el mundo es un lugar invisible
dice la niña que no ven.
El mundo es un lugar
Profundamente hermoso, enfermo e invisible
para todas las niñas que juegan al amor
y su herida.
En noches clandestinas
contempla un caracol
que arrastra la eternidad
por su cuerpo.
Las alas se pegan a su espiral
y no hay medida
en el tiempo de vuelo
Quién podría imaginar
a un caracol
copulando con una mariposa
y sin embargo hay sitios
que reciben
tierra y aire
para crear
ocultos incendios.
La poesía puede ser el mar con su arrullo de olas y peces
los barcos con su navegar de historias, vista a la nada e ilusión de arribo a otras tierras
o las piedras que reciben tantos cuerpos cansados, con el frío del tiempo o el fuego de un amanecer distinto
pero esto en realidad son hipótesis
la única verdad de la poesía
son dos personas sentadas en las piedras
frente al mar
mirando los barcos que esperan o se van
mientras se aman.
Del libro La oscuridad tiene rostro (El Quirófano Ediciones, 2021)
Todo llegó tarde: el mar, los besos, los amigos, el amor, el amor que me salvaría. Llegó tarde la sed, el castigo, los rostros reales. Sólo una cosa llegó a tiempo para quedarse a vivir conmigo mientras lo demás pasaba: la soledad.
Durante toda mi vida nada de lo que he buscado encontré, siempre me han hallado las nubes cortadas por el viento, los besos furtivos y acelerados que se pasan el semáforo en rojo, las risas que se quedan enredadas en los alambres eléctricos, las palabras que no saben dónde colocarse y se burlan del tiempo. No he encontrado el rostro que deseo mirar en el espejo y me hallo desnuda abriendo ventanas que se quiebran y sangro, sangro, sangro.
Ah, cómo sangro.
Si el pájaro supiese que se encuentra en infinidad de poemas
se borraría de esta tierra, no soportaría sentirse de nuevo encerrado
ya suficiente con las jaulas,
Sólo pide que lo dejen ser con su destino alado y sin rumbo.