¿A qué poetas hay que leer en México? Raymundo Ramos

Presentamos una serie de epigramas violentos de Raymundo Ramos (1934). En 1980 se publicó en Liberta Sumaria el mejor libro de epigramas en la tradición mexicana: Escorpión en invierno de Raymundo Ramos. El tono del libro destaca por su acritud extrema, por su violencia cínica, por el sarcasmo propio de la ironía maledicente y malintencionada. En Ramos, el empleo de la agudeza en sus múltiples formas es, efectivamente, el soporte de una puntilla final lacerante, típica en el mejor epigrama.

 

 

 

 

 

 

A una alumna,

llamada Alicia,

la llamo yo,

al verla tan hermosa, tan deseable,

Alicia en el país de sus propias maravillas.

 

 

 

 

 

 

Deja que tu amiga, gata furiosa,

Arranque tiras de piel a tu espalda

Y que, mientras la violas, grite: “bruto”, “bestia”.

Ella agradece en su interior

la dulce victoria de ser vencida.

 

 

 

 

 

 

 

“Te amo, te amo”, dices,

pero tu voz suena más falsa

que la de un tribuno

en los escaños del Senado.

 

 

 

 

 

 

Dices, Taurino, amigo,

que tu mujer te engaña algunas veces-

Creo que es tu modestia

la que te hace hablar de esa manera.

 

 

 

 

 

 

En la parada del metro observé largamente

a la Señorita Sonrisa y a la Señora Tentación.

Les hice sendos niños mentales

con el tierno falo de la mirada.

 

 

 

 

 

En vano buscarás tu nombre en este libro,

he limpiado la mierda con piedra pómez.

 

 

 

 

 

 

Deja, oh anticipada,

que me corte el rostro

con la navaja de afeitar:

será la única sangre vertida

en nuestros esponsales.

 

 

 

 

 

No te recuerdan (¡oh malogrado!)

en los discursos oficiales ni en las antologías.

Tú sí descansas en paz.

 

 

 

 

 

Agradezco tu libro, Betulio,

tiene una linda portada

y un apellido famoso.

 

 

 

 

 

Cuando leí tu libro, Favonio amigo,

tuve la misma sensación que cuando

me presentaste a tu mujer,

que ya éramos viejos conocidos.

 

 

 

 

 

 

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