Presentamos un poema de Ihovan Pineda. Poeta, ensayista y profesor. Maestro en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Colima. Autor de los poemarios: Estarnos queriendo y pasado mañana (2008), De cómo las cosas han cambiado (2011), Principios de Incertidumbre (2015) y Bitácora de recuperación (2016). Ha publicado en revistas de México, Colombia, España y Estados Unidos. Su obra ha sido antologada en los libros: En memoria del terremoto (Universidad de Colima), Anuario de Poesía Mexicana 2004 (FCE), Apuntes de literatura colimense (Universidad de Colima), Toda la mar. La presencia del mar en la poesía colimense (Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Colima), Poesía FIP 2017: antología de poesía (Universidad de Colima / Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Colima / Puertabierta Editores) y Locos de los 70: antología poética (Fides Ediciones). Asimismo, está incluido en el blog Poetas del siglo XXI: Antología de poesía + 10.000 poetas de 177 países, del español Fernando Sabido Sánchez, y en la Enciclopedia de la Literatura en México.
Escribir esto con el otro
Y se tuvo que cerrar este ojo
para ver la otra mitad de ti
que siempre estuvo aquí
para entender
que el pasado es un lugar
y que la soledad es como el tiempo:
solo una cuarta dimensión de las cosas
para entender que contigo
otros son los instrumentos
otras las prácticas mortales
otros los temblores en el cielo
se tuvo que cerrar este ojo
para aceptar que el mundo cabe en dos sílabas
y que me he equivocado
al no hacerte caso cuando la razón tienes
para entender que por ellos
te has quitado media vida
y poner entonces aquí tu fotografía:
lugar mágico donde termina nuestra agua
que corre todos los días
para entender con Dirac
que hay vínculos
que por naturaleza no se rompen:
porque la vida se multiplica por dos
y se tuvo que cerrar este ojo
para entender que por estas letras
hay un tigre que se escapa todas las noches
en busca de otras tormentas
de otros relámpagos
para entender con ustedes
que las piedras
son las cuerdas vocales del río
y que los verdaderos tiempos son otros
y se tuvo que cerrar este ojo
para escribir esto con el otro