Foja de poesía No. 159: María Vázquez Valdés

María Vázquez ValdésPresentamos un acercamiento a la poesía de María Vázquez Valdez. Ha publicado los poemarios Caldero y Estancias. Es autora de Rayuela de Museos, Estaciones del Albatros, y en 2006 apareció su traducción de Dentro de otro tiempo: reflejos del Gran Cañón (Into Another Time: Grand Canyon Reflections) de Margaret Randall.

 

 

La tierra y sus entrañas

 

Bajo la tierra se distienden las raíces

en conciencia solitaria

y se enredan los alientos

 

            no se ve pero ocurre

en movimientos recónditos

            (murciélagos pagando lealtad

                                   a otros murciélagos)

 

En solitario retumba el fuego

            antes de la ceniza

y ante la ceniza

            retumba el fuego

 

Impulso invisible sostenido del aliento

se levanta el fuego

            y se levanta el miedo

como un halo que precede a la caída

al terremoto

y al arreciar del viento

 

Debajo en lo secreto

se mueven las entrañas

por voluntad propia

dedos en la incógnita

 

Así las grietas en el cascarón

así los pliegues del concreto

y la embolia repentina

del planeta y sus neuronas

            así las coronas

de los muertos en cementerios agrietados

                                   por venir

por traer los surcos donde germinarán

los vientos más feroces

los fuegos más violentos

las aguas ominosas

la tierra incomprensible

 

Cuando la tierra se mueve

remueve las entrañas

sacude el núcleo en el vientre

con aliento avinagrado

 

Mi ciudad exhibe su frágil consistencia

se sacude a cualquier hora

como el lomo de un animal herido

en un paraíso desahuciado.

 

 

 

Plástico líquido

 

Los niños de Tanzania tienen hambre

y una desesperanza más profunda

que la oquedad de sus vientres

 

Los niños de Tanzania

prenden fuego con su respiración

en lagos de especies mutantes

 

envían uvas a Europa

en Navidad

cuando reciben de Europa

            armas para matarse entre ellos

 

y para fugarse

derriten plástico

inventan plástico líquido

para abrir puertas luminosas al olvido

para soltarse

en el núcleo misericordioso de la nada

donde sus madres no se prostituyen

y sus padres no tienen sida,

donde los extranjeros no matan a sus hermanas

medio muertas ya

            por los desechos tóxicos

 

Los niños de Tanzania

derriten botellas de plástico

para abandonar

sus cuerpos hambrientos

y violados

 

para atisbar los manjares

que crecen en la otra orilla

 

lejos de un abismo de vacíos.

 

 

 

 

Nueva Jerusalén

 

Jerusalén

es una bomba con clavos

atada al cuerpo de un suicida

un jueves a las 2

 

Estalla sobre la comida de unos niños

entre vidrios rotos

y paredes deshechas

cuerpos ensangrentados

bajo el sol

y lágrimas

carteles en hebreo

                        y gritos

 

La calle Jaffa

se colapsó

 

El odio fermentado

en un cuerpo de 23 años

estalló con la carne

sobre la carne

 

El odio que se ve crecer

como un tumor que tiene prisa

 

El odio que se confunde con el rezo

en el Muro de los Lamentos

en la Mezquita de Al-Aqsa

Shalom                       Salaam

 

(Vías Dolorosas

que explotan con clavos y suicidas)

 

Hay sangre y muerte por las calles

y un olor inevitable a rabia

despeñado sobre niños

y un olor, un dolor inevitable.

 

 

 

 

Juan de Grijalva

 

Una ola de cuarenta metros

                        ola de lodo

sobre un poblado

 

El cielo sobre la tierra

y el Grijalva se enerva

 

Alud ominoso de madrugada

convierte en tumba

            a todo el pueblo

                        a la iglesia

            a la playa

a más de cien casas en pobreza

 

Tsunami de barro

y guillotina a oscuras

para extinguir latidos

en medio del colapso

 

No hay burbujas de aire

tras la esperanza de los buzos

            no hay sobrevivientes

sólo tierra atónita

carreteras destrozadas

y puentes caídos

sobre ríos desbordados

 

Gajos de cerro engullen un pueblo

                                   guillotina a oscuras                 —de madrugada.

 

 

 

 

 

Palestina

 

Ella grita desde el suelo

su vestido largo

la cubre por completo

                        sus alaridos

                        son conjuros

                                               que alcanzarán a muchas vidas

 

Es árabe

            y él judío

 

Ella vende fruta                     desde el suelo                        

vulnerable

            Él es un soldado         blindado entre sus armas

 

Él patea su fruta                     y la insulta

            Ella llora                                 y lo maldice

 

Unas palomas ausentes de El Corán y La Torah

                        se desvanecen

 

Tanta rabia                  entre los rezos

tanto odio                   en torbellino

se aglomera

                        Tantas niñas                flores entre púas

 

¿Será que tanta fe                  convoca muerte?

¿Será que es un pedazo de tierra                   para tantas lenguas?

¿Será que los profetas                        predijeron estas ruinas?

 

Palestina se volteó a sí misma

no es de tierra                         ya es de sangre

 

Sus habitantes caminan en silencio

                        esquivando bombas

            evitando          a la deriva de la fe      sus propias tumbas.

 

 

 

 

Marruecos

 

No lo imaginaba tan grande

e inescrutable

 

            Vasto y complejo cofre

            de perlas que destellan en el desierto

 

Marruecos se me apareció

inesperado

            para insertarse entre mis ojos

 

Tulipán lacustre

            y nueva pieza

de fulgor incomprensible

 

Un país adolorido

pulverizado como su desierto

y espigado en sus mezquitas

 

Un rey y sus palacios opulentos

y tantos, tantos pobres

sin leer

sin comer

sorbiendo droga

                        para olvidar la cárcel

y la herida

el ser niños

en infiernos prematuros

con visiones grotescas

en curtidurías de colores

            y olores tan siniestros

como un infierno de pieles

de animales desollados

 

He enriquecido el corazón

en Marruecos

            me han crecido el alma

y la tristeza

se me han dilatado los ojos

de horizontes

flechados como dunas por el viento

entibiados como sombras

en atardeceres rojos

 

He sentido mis huesos

en Marruecos

            de tanto andar por Marrakech

por la Fez que casi me succiona

 

He sentido las cuestas blancas de Tánger

y el cielo, el cielo

tan bello          tan guadaña

tan sabio el cielo

tan desconocido

sobre el Mediterráneo

            profundo y grácil

como terciopelo

que se quiebra

en mí               y entre tormentas.

 

 

 

Datos vitales

María Vázquez Valdez ha publicado los poemarios Caldero (1999) y Estancias (2004), y el libro bilingüe de entrevistas Voces desdobladas / Unfolded voices (2004). También es autora de Rayuela de Museos (2005), Estaciones del Albatros (2008), y en 2006 apareció su traducción de Dentro de otro tiempo: reflejos del Gran Cañón (Into Another Time: Grand Canyon Reflections) de Margaret Randall, de quien ha publicado traducciones en Estados Unidos, Cuba y Brasil. Estudió periodismo y comunicación en la UNAM y la maestría en edición. Se ha desempeñado en diversos medios como fotógrafa, periodista y editora. Textos, fotografías y poemas suyos se han incluido en varios libros y antologías de México y otros países. Actualmente es editora de Proyectos Especiales en Editorial Santillana, directora editorial de la revista Arcilla Roja y participó en el consejo editorial de alforja REVISTA DE POESÍA desde su fundación. Ha recibido varios apoyos del FONCA así como del Fideicomiso para la Cultura México-Estados Unidos.

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