Poesía ucraniana: Oksana Zabuzhko

Leemos poesía ucraniana. Leemos un poema de Oksana Zabuzhko (Kiev, 1960) en versión de Alí Calderón. Es Profesora Distinguida de escritura creativa en la Universidad Shevchenko de Kiev. Tuvo una beca Fulbright en 1994. La novela Sexo Ucraniano: instrucciones de uso (1996) la convirtió en la escritora más conocida de su país. 

 

 

 

 

Una definición de poesía

 

 

Sé que tendré una muerte turbulenta
como la de cualquiera que ame la música precisa de su propio cuerpo
o  que sepa cómo meterlo por los huecos del miedo
igual que por el ojo de una aguja,
una muerte como la de cualquiera que hubiere bailado toda su vida
con movimientos de espaldas, hombros, muslos
misteriosos y trémulos tal una palabra en sánscrito,
o con músculos que bajo la piel 
fuesen como pececillos ondulando en un estanque.
Gracias, Señor, por darnos estos cuerpos.
Y cuando muera díganle a mis deudos
que echen abajo techos y vigas
(Dicen que mi abuelo, que fue un nigromántico, erró su camino).
Cuando la humedad carcoma mis despojos,
el alma, henchida, oscura y abultada, 
va a filtrarse, vena azul, como en un huevo hervido.
Y va a contraerse el cuerpo
al modo de la manta que se quita un convaleciente
y el alma rasgará
la presión de la carne,

la gravedad,
y el cosmos,
sobre el oscuro pozo del cuarto
aspirará con su galáctico tubo,
el cielo habrá de iluminarse lluvia de estrellas,
y esbozará la ascensión del alma,
alma joven,
mi alma, hierba bajo el rocío,
que finalmente se libera
                        … pero entonces
–¡Un momento!
                        Grita el alma y escapa
de aquella barrera deslumbrante
que divide ambos mundos.
–Detente. Espera. 
Dios mío. Finalmente. 
Mira. Es de allí de donde viene la poesía.
Los dedos se retuercen sobre el bolígrafo,
se enfrían,
adquieren vida propia. 

 

 

 

 

 

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