Poesía italiana: Matteo Lefèvre

Leemos poesía italiana. Leemos al poeta Matteo Lefèvre (Roma, 1974). Es Profesor titular de Lengua y traducción española en la Universidad de Roma “Tor Vergata”. Crítico, poeta, editor y traductor, colabora con editoriales y revistas italianas y extranjeras. En sus investigaciones, se ha ocupado principalmente de lingüística histórica, de lírica del Renacimiento español, de traducción literaria y especializada y de poesía hispánica del siglo XX y XXI. Ha sido también profesor en el Máster de traducción literaria de la Universidad “Sapienza” de Roma y de la Universidad de Siena. En los últimos años ha dirigido numerosos talleres de traducción español-italiano para varias casas editoriales. Ha traducido narrativa y poesía de importantes autores contemporáneos (Aixa de la Cruz, Erika Martínez, Andrés Neuman, Julieta Valero etc.) y ha cuidado antologías italianas de destacados poetas hispánicos: Antonio Machado (Poesie, Garzanti, 2022), José Agustín Goytisolo (Poesia civile, Giulio Perrone Editore, 2006), Gabriela Mistral (Canto che amavi, Marcos y Marcos, 2010; Sillabe di fuoco, Bompiani, 2020), Olvido García Valdés (Poesie, Raffaelli, 2012), Jacobo Cortines (Passione e paesaggio, Elliot, 2017) y Nicanor Parra (L’ultimo spegne la luce, Bompiani, 2019). Desde 2018 dirige, para la editorial Ensemble de Roma, la colección de poesía iberoamericana ultracontemporánea «Siglo presente» ((https://www.edizioniensemble.it/categoria-prodotto/home/collane/poesia/siglo-presente/), en cuyo marco se publican en italiano a algunos de los poetas hispánicos más interesantes de la actualidad.

En 2021 ha ganado el Premio LILEC para la traducción de poesía, otorgado por la Universidad de Bolonia y por el Centro de Poesía Italiana Contemporánea, por sus versiones italianas de la Premio Nobel Gabriela Mistral. Como poeta, ha dado a luz los libros Salamina e Seattle (2004), con el que ganó el Premio “Alfonso Gatto” – Opera prima y el Premio “Penne” – Opera prima; Ultimo venne il porco (2008), y La vera gloria (2022).

 

 

 

 

 

I.

 
Viento el vero dueño del Imperio,
viento de almas y pólvora en los frascos,
viento que astilla el bronce, excava el mármol.

Hay una llaga antigua que supura
como la grasa
de ballena entre tablas
carcomidas de un buque desgastado.
 
He aquí les invalides,
fuego y espada del vientre de la tropa,
cuya hazaña más nota,
tan solo una manchita sobre el mapa,
queda victoria muda y mutilada.

 

 

 

 

I.

 
Vento il vero padrone dell’Impero,
vento d’anime e polvere da sparo,
vento che scava il marmo, scheggia il bronzo.

C’è una ferita antica che rimargina
a mo’ di grasso
di balena tra assi
tarlate e menomate di ammiraglia.
 
Ecco les invalides,
ferro e fuoco dal ventre dell’armata,
la cui più nota impresa,
appena un punticino sulla carta,
è una vittoria mutilata e muta.

 

 

 

 

II.

 
Tú no recuerdas lo que era el Campo
de Marte, aquel abril,
no puedes recordarlo, sin embargo tu madre
te hablaría del brillo en las espadas,
del deseo encendido,
del corazón donado a los soldados.
 
De allí el origen,
de allí también nosotros,
inciertos pasos como de muleta,
llegamos al destino que no salva
de la gota, de la ansiedad, del láudano.
Por la gracias de dios y la corona.
 
Y tocará olfatear tarde o temprano
el agrio olor de espectro de soldado.

 

 

 

 

II.

 
Tu non ricordi che cos’era il Campo
di Marte quell’aprile,
non lo puoi ricordare, ma tua madre
può dirti della luce sulle spade,
del desiderio vivo,
dei cuori regalati ai veterani.
 
Da lì l’origine,
da lì noi siamo tratti,
incerti come il passo di stampella,
al destino che tanto non ci scampa
dalla gotta, dall’ansia, dal laudano.
Per la grazia di dio e della corona.
 
E presto o tardi tutti sentiremo
l’aspro odore di ombra di soldato.

 

 

 

 

III.

 
¿Quién estuvo esa noche allí en el llano?
¿Quiénes fue el primero que llegó a mirar
las insignias ajenas en el lodo?

La preguntas redoblan
tardes de reumatismos y silencio
laxos en el pasillo,
la tropa olvidadiza
no está más al alcance,
dormita en el zaguán,
exhausta y sin aliento…

 

 

 

 

III.

 
Chi c’era quella sera sulla piana?
Chi fu tra quelli che per primi videro
le insegne altrui nel fango?
 
Le domande rintoccano
pomeriggi di reumi e di silenzio
trascorsi in corridoio,
mentre la truppa immemore
non appare più a tiro,
sonnecchia nell’androne,
orba di tanto spiro…

 

 

 

 

IV.

 
No hay sitio para tímidos o viles,
ningún dencanso en paz
para quien pasó el cáliz. Y tañidos,
pisoteo de sandalias en la pez
anuncian ya la enésima estación
de ungüentos y camillas,
un invierno que es más largo que Rusia,
un general y el ansia
que al despuntar el alba
nos reconduce al sueño y a la derrota.

 

 

 

 

IV.

 
Non c’è posto per timidi o vigliacchi,
nessun riposo in pace
per chi ha passato il calice. Rintocchi,
scalpiccio di calzari nella pece
annunciano l’ennesima stagione
di balsami e lettighe,
un inverno più lungo della Russia,
un generale e un incubo
che sul fare del giorno
ci riconduce al sonno e alla sconfitta.

 

 

 

 

V.

 
En verano soñamos los Campos Eliseos,
las marchas, las muchachas
 
recordamos el lazo de aquellos abrazos
nuevos,
las pólvoras pasadas, el destello
de tanta lumbre
en los ojos brillantes de Delphine,
dieciseis años, sus
labios, calor de sangre en el plumaje
fresco
 
pero luego la llama miserable,
el negro absceso,
y menos mal que sonó la trompeta
y aún hubo sitio en la línea del frente
para probar fortuna,
excavar el pantano con la espada,
olvidar los veranos, las órdenes, los cuerpos
entre golpe y esquivada
sin caer jamás, maldita sea,
sin caer
ignoto en un abismo de fangal
 
y ahora no hay canto y no hay sablazo
que por fin me arrastren
arrasando, a la vez, historia y crónica,
la memoria, Delphine,
pelotones, victorias, traiciones
 
soy yo quien se arrastra en este hueco
de porches e inyecciones,
de miasmas, miembros truncos,
en una frágil, eterna vigilia,
que no conoce luz ni salvación.

 

 

 

 

V.

 
Noi d’estate sognammo i Campi Elisi,
le marce, le ragazze
 
ricordiamo l’intreccio degli abbracci
nuovi,
le polveri passate, la scintilla
di tanto raggio
negli occhi di Delphine,
sedici anni, le labbra
sue, il calore del sangue nel piumaggio
fresco
 
ma poi la vampa infame,
il nero ascesso,
e meno male che suonò la tromba
e ci fu ancora posto in prima linea
a scartare la sorte,
vangare l’acquitrino coi fendenti,
dimenticare estati, ordini, corpi
tra i colpi e le schivate
senza cadere mai, maledizione,
senza cadere
ignoto in un abisso di fanghiglia
 
e adesso non c’è canto o sciabolata
che mi trascini via
travolgendo la storia e anche la cronaca,
la memoria, Delphine,
le armate, le vittorie, i tradimenti
 
sono io che mi trascino in questo vuoto
di gallerie e iniezioni,
di miasmi, arti mozzati,
in una eterna, fragile vigilia
che non conosce alba o salvazione.

 

 

 

 

VI.

 
Herida está la tierra
bajo el peso de carros,
una tierra que ya no espera nada
y se ríe aguardando el batacazo
 
aquí quedarán hombres
que nutrirán flores y primaveras,
tras el relámpago
de la matanza de la temporada

 

 

 

 

VI.

 
Percossa sta la terra
sotto il peso dei carri,
una terra che non aspetta niente
e se la ride mentre aspetta il tonfo
 
qui resteranno gli uomini
che nutriranno fiori e primavere,
dietro al baleno
della carneficina di stagione

 

 

 

 

VII.

 
La pregunta me duele más que el lazo
ceñido cuando es hora de sangría:
¿qué es lo que hemos volcado o derrocado?

 
La huella sempiterna
al día siguiente ya desdibujada.

 

 

 

 

VII.

 
La domanda mi preme più del laccio
stretto alla gamba all’ora del salasso:
che cosa abbiamo vòlto o rovesciato?

 
La traccia imperitura
è calpestata appena il giorno dopo.

 

 

 

 

VIII.

 
Los miembros hartos
los encamina el Cónsul,
los guía entre los vapores de noviembre,
donde descansa el cauce del canal,
silencio y tiniebla,
el rito transitorio de hospital.

 

 

 

 

VIII.

 
Le stanche membra
le indirizza il Console,
le guida tra i vapori di novembre,
dove riposa il letto del canale,
dov’è silenzio e tenebre
il rito transitorio d’ospedale

 

 

 

 

IX.

 
Se enrolla el hilo
como la vela en los hombros del náufrago
 
vuelven y van los vientos tras la costa
el alta insignia
                         descolla entre la chusma
descendida memoria sin rescate
del ultraje
de la supervivencia.

 

 

 

 

IX.

 
S’avvolge il filo
come sul capo al naufrago la vela
 
tornano e vanno i venti oltre la costa
l’alto stendardo
                         svetta sopra chi resta
scesa memoria che non dà riscatto
all’oltraggio
della sopravvivenza

 

 

 

 

X.

 

Je vous salue…

Yo les saludo inválidos y Vírgenes,
parias y renegados les imploro,
tripulación y tropa,
arditi y mercenarios
 
fue vera gloria?
 
Quien sabe, pero aquí dentro hace un frío
que pomada o brasero no reduce,
también chafa el recuerdo que se pierde
entre espasmos espesos más que aquellas gualdrapas
que lomos de caballo revistieron
y de hombres destripados
por pestes, perros o por bayonetas
 
¿se distinguió más el hombre o el equino
en el asalto,
en la carrera
que distanció a las sombras,
y les llevó aquí entre estos mármoles
sin piernas
sin más que esta memoria?
 
Unas cuantas preguntas
y huesos
es lo que queda ahora bajo el pórtico.
Un corredor sin salida, sin viento

 

 

 

 

X.

 

Je vous salue…

Io vi saluto invalidi e madonne,
reietti e rinnegati io vi imploro,
armata e filibusta,
arditi e mercenari
 
fu vera gloria?
 
Chi può dirlo, qui dentro ci fa un freddo
che pomata o braciere non estingue,
raggrinza anche il ricordo che si perde
tra spasmi spessi più delle gualdrappe
che dorsi di cavallo rivestirono
e d’uomini sventrati
da pestilenze, cani o baionette
 
si distinse più l’uomo o più l’equino
nella rincorsa,
nell’allungo
che allontanò le ombre,
che vi ha condotto qui tra questi marmi
senza gambe
senza altro che memoria?
 
Un pugno di domande
e ossa
è quello che rimane sotto i portici.
Un corridoio cieco, senza vento

 

 

 

 

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