Presentamos un poema de Lilith Sullivan (San Diego, 2000). Criado desde los 5 años en Puerto Vallarta, Jalisco, es un poeta naïve vallartense que lleva escribiendo desde los 14 años. Obtuvo el tercer lugar en el concurso de poesía Letras Saladas de Puerto Vallarta, en el 2017. Creo el Colectivo TresDosDos, espacio de arte de y para jóvenes de la región, incluyendo proyecciones de cine, recitales de poesía, y más. Ha sido invitado a leer su poesía a la librería La Increíble, en Antonia Oficina del Libro, y en el Museo Comunitario Quetzalpapalot, en Teotihuacán.
Ataques de ansiedad
Te maldigo como mujer que odia
y no piensa en otra cosa
Julia Santibáñez
estoy un poco cansada
de sumir la panza
y de pensar en mis brazos
y ver otros brazos
y ver otras panzas
y saberme sumide por la a
y sumirme la a
y no saber qué hacer saber qué hacer
y que existe incertidumbre
me obligo a sentir mucho creo
creo en muchas cosas
y en ese criadero de pensar y pensar
se me olvida sumir la panza de nuevo puta madre
entonces pienso en el laxante
en mi garganta
en cuizas crujidos
cuando vomito salen costras de un llanto empapelado
más una vestigia o dos de tabaco tragado pinches faros
quiero más cosas
una cena
quiero que me inviten a cenar
sin la incertidumbre de quién va a pagar
quiero comerme al mundo
con calzones azul cielo
que no aprieten la lonja
recuerdo mentir
ahora miento
ahora digo que soy mujer con la a
quiero el diario vivir del sapo charco de mentiras
ahora cuando como con las manos
sigo tragando esa mierda que rehúso lavar
(también porque me da hueva y desconozco
mis manos limpias me dan miedo)
nudillos encraterados
no son uñas de bendecide alma del 2016,
sigo sin aprenderme muchos nombres
y creo que ya no sé escribir
pero me gusta pensar que sí salen cosas
Vallarta no es paraíso pero así me gusta pintarlo
cuando estoy lejos de caracola
de ese miadero de turistas rosas
pienso cada seis días en poder tocar la guitarra
y acompañarla y que me acompañe y de que me crean
tengo mucha sed de que me miren
que me miren de lado y piensen versos
que me quieran escribiendo
que me miren recitando
y sus garras saliven por más sudor de gotas que caen de mí
que tejo o que caigo
y quieran olerme la oreja
para saber a qué huele lo que escucho en los vagones
que sepan qué quiero comer
que la sal de mi piel caiga en su lengua
y que ahí esté su hogar único
porque me sale caro pensar que me van a creer
me sale caro pensar que me escucharán
que me creerán que me violaste
porque eres un puto niño blanco de la ibero
y no un asalariado moreno que me raptó en las calles donde vivo
como quisiera que me haya desgarrado el ano
un loquito del centro
para que me crean
y cuando diga que me violaron
me crean
y me crean
y entonces
entonces
entonces
me conformo o digo que me conformo
con querer que me vean mientras camino
y que las nalgas estén paradas
para que me vean
aunque no me crean
porque si no me creen mínimo que me vean
y que quieran venirse en mi cara
y en ese salado momento sea mi piel la piel única y urgente
esa piel que sí está
y no un grito al aire
una espuma que grita
he vuelto a olvidar sumir la panza.