Poetas de Oceanía: Islas Fiyi

Seguimos leyendo el dossier de poetas de Oceanía preparado por Carmen Ávila. Leemos en esta segunda entrega a cuatro poetas nacidos en los años cincuenta en las Islas Fiyi: Pío Manoa (1940), Nemani Mati (1945), Satendra Nandan (1939) y Sudesh Mishra (1962).

 

 

 

 

 

Cuatro poetas de las Islas Fiyi

 

 

 

Pio Manoa

 

 

 

 

Invitación

 

Algunas veces​​       

igual que la rana siente​​      

la lluvia que viene      

entonces mis torpes dedos     

sienten​​ el final​​       

de la risa.​​ 

Por eso,       ​​ 

amigo        

antes de que el viento sople     

y se encapote el cielo      

vamos a sentarnos un momento    

a la orilla del murmullo     

y al borde de la luz,

bajo las aguas mansas​​      

asciende el sapo      

donde el dedo del agua     

 

Ahí nuestras palabras      

encontrarán los delicados filamentos   

que ancla el cerebro al estómago o al corazón

palabras que fastidian otras palabras    

y palabras       ​​ 

que guardan lo que no se puede ver    

la fuente       ​​ 

de lo que debemos tocar​​      

para ver.

 

 

 

 

 

 

 

Nemani Mati

 

 

Reflejos en una noche a las afueras del pueblo

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

La mañana del sábado pasado​​  ​​ 

en un esfuerzo desesperado​​  ​​ 

por organizar y dirigir​​  ​​ 

mi vida de una manera más ordenada​​ ​​ 

confesé​​ ​​ 

a mi mejor amigo​​  ​​ 

que en lo profundo de mí​​ 

yo era un insensible mentiroso​​ 

la noche anterior​​ 

había visto​​  ​​ 

mis veinticinco años de vida​​ 

flotando en un cartón de cerveza​​ 

pasé la noche afuera​​ 

en el pueblo bailando​​ ​​ 

en la más maravillosa unión​​ 

muerto drogado borracho​​ 

con dos de mis amigos​​ ​​ 

y los rostros fantasmales de la gente​​ 

a quienes nunca le importó​​ 

la noche terminó bien ​​ ​​ 

como todas las noches​​ 

con medias lunas flotando​​ 

y medios planetas orbitando en círculos​​ 

en​​ los​​ profundos círculos concéntricos​​ 

de mi atormentada conciencia​​ 

el cadenero del antro​​ 

me gruñó y​​  ​​ ​​ 

dijo que no debería dormir​​ ​​ 

en lugares públicos entonces​​ 

me echó fuera​​ 

y caí en picada​​ 

águila sin alas​​ 

la escalera era mía​​ 

por un segundo fui​​ 

el rey​​ 

mis lentes se quebraron​​ 

rompí el billete de cinco dólares​​ 

hundido en el desagüe​​ ​​ 

de la crueldad de ese hombre​​ 

y mi pelvis me punzaba​​ 

martillada con dolor​​ 

pedazos de concreto​​ ​​ 

hormiguearon en mis venas  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

peleé​​ 

grité​​ 

maldije

lloré​​ 

y dije soy un ser humano​​ 

usted no me puede hacer esto​​ 

mis derechos están garantizados​​ 

por la Constitución​​ 

(sabrá Dios qué signifique eso)​​ 

enfurecí​​ 

temblando de miedo​​ 

de la desconocida violencia ​​ ​​ 

hacia nuestra gente​​ 

hoy que es sábado por la mañana

mientras ahogo mis penas​​ 

en una taza de chocomilk​​ 

el​​ Fiji Times​​ miente arrugado​​ ​​ 

en el cesto de basura

y hay un inquieto​​ ​​ 

sentimiento de incertidumbre​​ 

depresión y fracasos

de ser rechazado y malentendido ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

como ser descubierto con tus pantalones bajados ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

en algún lugar de la calle​​ 

lamentando la muerte de las tradiciones​​ 

qué pudo haber salido mal​​ pregunto​​ 

¿perseguí a los dioses equivocados?​​ 

Tengo dolor de cabeza​​ 

por demasiada introspección​​ 

y miles de agujas danzan​​ 

ante mis ojos​​ 

explotando en el cielo

recojo las piezas​​ ​​ 

y hay agujeros por doquier​​ 

y los libros están empolvados​​ 

por el desuso​​ 

estoy confundido​​ 

por tantas opciones​​ 

y no puedo encontrar el rumbo​​ 

(en la realidad del día a día)​​ 

lloro y despotrico​​ ​​ 

y maldigo la naturaleza de las cosas​​ 

pero ¿de quién es la culpa?- pregunto​​ 

¿es mía?​​ 

¿es tuya?​​ 

¿o es nuestra?​​ 

Esta noche debería​​ 

arrastrarme una vez más​​ 

hacia la orilla del mar​​ 

donde alguna vez de entre​​ 

los fantasmas conscientes raíces​​ 

de mis antepasados​​ 

me senté y soñé​​ 

en las cosas que a mi​​ 

me gustaría hacer​​ 

mientras las olas se levantaban y caían​​ 

sin inmutarse ante mi presencia​​ 

así de buena es la naturaleza​​ ​​ 

de las cosas que existen por sí mismas

pero todas obedecen​​ 

a un ritmo eterno​​ 

donde la mente habita​​ 

en la infinita desorientación​​ 

del orden de la vida​​ 

un problema

dentro de otro​​ 

mira y observa como​​ 

la grieta se ensancha​​ 

en la cósmica pared​​  ​​ ​​ 

pero ¡oh!​​ No hay luz​​ 

solo oscuridad​​ ​​ 

y desesperanza​​ 

sin embargo sueños de salvación.

 

 

 

 

 

 

 

 

Satendra Nandan

 

Siddartha

¡La muerte traza su camino     

día a día, célula por célula     

en medio de los silencios     

en gotas de sangre!      

Los hibiscos florecen      

más allá del deseo      

¡Vivimos de momento en momento    

teniendo fe en la ilusión! (1)    

Rayos de un sol moribundo     

astillan el océano.     

El crepúsculo alumbra otro cielo.    

Mi padre se está muriendo.     

No, yo no.       

 

Un feto amarrado a cuerdas de lamentos   

¿Qué vientre se atrevería a albergarlo ahora?  

La tierra:       

¡La primera, la última madre!

No hay más dolor que este cuerpo    

ni una ausencia de vida como esta muerte   

la interminable apoteosis de todo ser viviente:  

La visión de Arjuna en Krishna    

La fisión nuclear de un alma (2):    

¿De la oscuridad o la iluminación?

No puedo decir,      

el moribundo no lo revelará.

Corre las cortinas      ​​ 

en un parpadeo:      

“Ábrete sésamo”      

los rostros encienden el paisaje    

a través de las colinas maltrechas, trozados árboles   

hombres, mujeres, detrás de las ruedas del carro (3)  ​​ 

brillando como átomos de memoria    

en los últimos rayos      

de un sol de Kurukshetra.     

Una lágrima ciega el tercer ojo;    

el mar está quebrado por pedazos de lluvia.

¡Ahora todos los lamentos cesan!  

 

 

 

 

 

  

II

 

La lluvia cae en la yerba seca     

el olor de la tierra llena el aire    

las piedras se mezclan con las gotas    

las voces se derraman sobre las aguas oscuras  

¡las olas se convierten en ballenas    

en cráneos de cocos secos!     

El Baitairni se desborda de nuevo.    

Pundit ha enrollado la cola de lali.​​ (4)    

¡y yo todavía no aprendo a nadar!  

Siddharta, mi hijo, mi padre.  

Los ojos se iluminan con otra vida:  

de las cuatro nobles verdades​​ (5)

sólo has mirado dos (6)  

en el padre de tu padre:   

un hombre enfermo, un anciano también.

De la tercera ellos no te dejarán ver.  

Un cadáver limpio como un pescado en sal,  

maquillado, perfumado, teñido  

con caléndulas, pétalos de hibiscos  

quemado en la arena del mar.

Un puñado (7) de cenizas​​   

es​​ suficiente para su pan.  

Las hormigas se arrastran bajo las piedras vivientes.  

Los gusanos viven en la médula de nuestros huesos.  ​​ 

    ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

La​​ cuarta, un monje, en el que te podías convertir​​ (8)

para conocer la impotencia​​   

infinita de nuestro ser.  

Ningún viejo camino lleva al conocimiento  ​​ 

     

ni otras pisadas son oídas  

ni siquiera el sonido de un ave pequeña  

cantando los mantras de los hombres muertos:  ​​ 

      

¡“Omm”, “Amén”, “Ciérrate sésamo”!   ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

Siddharta, una vez más  ​​ 

sigue tus propios pasos ​​ 

sobre las cenizas, filosas de yerba  

¡y enséñanos a vivir  

en vida, desde la Vida!

 

 

 

Notas

1) Maya en la mitología hindú es la diosa madre creadora, también significa “ilusión”. Era la madre de Buda, que murió después de dar a luz a su único hijo.

2) Atman es parecido a Alma en la concepción hinduista. La palabra “alma” en español viene del sánscrito.​​ 

3) La tradición en el budismo y en el hinduismo también representa el dharma (la ley) o la ley de la vida y las constantes reencarnaciones como una rueda de carreta.

4) El verso es ambiguo. En​​ hindi “lali” significa “amado, querido” y se refiere directamente a su padre.

5) ​​ Las cuatro nobles verdades del budismo son: 1) toda existencia es dolorosa, 2) el sufrimiento proviene del deseo, el apego y la ignorancia, 3) lo anterior puede vencerse, 4) a través del óctuple camino.  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

6) Cuando Siddharta (Buda) nació a su padre le dijeron una profecía, que su hijo iba a convertirse o “en el emperador del mundo” o en “un gran líder religioso”. Para evitar lo​​ segundo su padre lo encerró en su palacio con lujos, mujeres y hombres jóvenes y bellos. El príncipe se escapa del palacio y descubre primero un anciano y entonces se da cuenta que existe la vejez, después se encuentra a un enfermo y se da cuenta de la enfermedad y por último se topa un cadáver y se entera de que la muerte existe. En el poema, el autor dice de su abuelo que conoce esas dos etapas de él: la vejez y la enfermedad; pero de su padre, no lo dejarán ver su cadáver porque lo van a cremar conforme la tradición hindú.  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

7) Muthi en hindi es puño.

8) Después de que Siddharta ve los sufrimientos del mundo en el anciano, el enfermo y el muerto,​​ es cuando se dedica a la vida ascética, es decir, de monje, pero no sucede en automático, sino después de probar múltiples formas para la liberación en las que se incluye hasta la auto tortura o el hambre. Al final meditando bajo un árbol alcanza la iluminación.

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sudesh Mishra

 

 

Confesiones de un posible Brahmán

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ Brahmin

¡Oh Shiva!, ¡Oh Parvati!, ¡Oh Durga!   

He pecado.
He usado mi mano derecha para explorar​​ grietas, ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ otras que aquellas de las​​ esculturas.
Me he picado la nariz con comedores de vacas ​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ Rompiendo quién sabe qué ley del Ram Manu (1)  
he fumado mota con ingleses apóstatas  ​​ 
envidiándoles todo el tiempo su color de piel  ​​ 

(Puedes ver que incluso disputo​​ 
y juro ante ti​​ que son albinos).  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 
Por otra parte, me he acostado con una lavandera  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

he​​ meado en el​​ Ganges​​ (2)​​ cuando nadie estaba viendo;  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ Y para la creación de la Sociedad  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

Hindú de Australia  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 
recité el Ramayana (después dijeron)   ​​ 
que con aliento a cerveza      

¡Oh Shiva!, ¡Oh Parvati!, ¡Oh Durga!   
Aunque he cruzado el agua oscura del océano (3)​​   
y perdido mi casta      
perdona mi trasgresión.​​    

¡Oh Shiva!, ¡Oh Parvati!, ¡Oh Durga!
Te gustaría enterarte
de algunas cosas nunca cambian
:
todavía​​ la mano izquierda me limpia el culo​​ (4).​​ 

 

 

 

 

 

 

Notas

1) ​​ “Manava Dharma-sastra”, se refiere a los textos sagrados del hinduismo y su ley religiosa.​​ 

2) ​​ El río más sagrado de la India, donde miles de hindús se bañan ahí con motivos de purificación.

3) ​​ Kalapani significa en el hinduismo cruzar el océano, es decir, viajar al extranjero y por lo tanto quedar descastado.

4)​​ Los hindúes comen con la mano porque consideran a la comida como algo divino. Sin embargo, siempre se debe de comer con la mano derecha porque la izquierda se usa para después de defecar. Si la mano izquierda toca la comida, se considera impuro y sobre todo antihigiénico.  ​​​​ 

 

 

 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

 

 

 

 

***

 

 

 

Pío Manoa (Nasinu, Fiyi, 1940) se ha desempeñado como académico, experto en literatura y tradición oral de Fiyi. Fue funcionario público en su país y en organizaciones internacionales que se encuentran en Fiyi. También fue pastor religioso. Publicó diversos poemas en la revista Mana.

Nemani Mati (Vatukoula, Fiyi, 1945), además de ser poeta es dramaturgo. Estudió estadística en la Universidad del Pacífico Sur y en la Universidad Nacional de Australia.

Satendra Nandan (Votualevu, Nadi, Fiyi) es​​ Doctor en​​ Literatura.​​ Fue académico en la Universidad del Pacífico Sur en Fiyi y la Universidad de Camberra en Australia. Dentro de su carrera política fue congresista, además de ministro de salud, seguridad social y asuntos de mujeres. Publicó​​ Faces in the village​​ (1976) y​​ la​​ novela​​ Wonded sea​​ (1991).

Sudesh Mishra (Suva, Fiyi 1962) es​​ Doctor en​​ Literatura.​​ Poeta y académico,​​ vive entre Fiyi y Australia.​​ Ha publicado otras obras como​​ Rahu (1987),​​ Tandava (1992),​​ Memoirs of a Reluctant Traveller (1993) y​​ Diaspora and the difficult art of dying” (2002).​​ 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dossier Poetas de Oceanía: Islas Salomón

Librería

También puedes leer