Lo poético de las luciérnagas: ensayo sobre Tablada

Presentamos un breve ensayo de Felipe D. Varillas sobre el poema clásico “Luciérnagas” de José Juan Tablada. Felipe es estudiante del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, docente de lectoescritura y corrector de estilo.

 

Lo poético de las luciérnagas

 

Luciérnagas en un árbol… 

¿Navidad en verano? 

Tablada 1919

 

La poesía es, balance y alteridad. Es el uso de la forma apolínea que apela a lo individual y la curvatura dionisiaca que recurre a lo colectivo; pues así como la vida es concebida a través de la dualidad de los sexos, el avance de la estética recae en el diálogo, enfrentamiento y aceptación de la relación entre el ensueño y la embriaguez (Nietzsche 17); entre la forma tradicional y la configuración innovadora; entre lo perfecto plástico y lo natural de imperfecta forma, en un hallazgo único resultado del encuentro de fuerzas opuestas y complementarias. Este equilibrio entre lo clásico y lo innovador resulta un pilar dentro de la obra de José Juan Tablada, quién a través del interés por la pintura y su pasión por la cosmovisión japonesa, fue capaz de crear un estilo único; donde sus obras recurren a elementos tan antiguos como la observación, para entremezclarse con las novedosas formas del extranjero, en una fusión de piezas constituyentes que se apoya en los recursos de la imagen para sobrepasar los límites de la palabra; hablar de su obra hoy en día resulta menester, pues ésta abarca dentro de sí el juego de la creación y la destrucción: la poesía es el Génesis y también es el Apocalipsis; por un lado, el poema crea una nueva visión; una alternativa de lo existente, una copia; concibe a través de un acto pasional y revolucionario. Simultáneamente, el poema rompe, desgarra, desintegra y abandona; deja de lado el uso común de la lengua para desembocar en el éxtasis de la palabra, la superposición de la misma, en el arte de hablar en una forma superior (Paz 13). Este proceso es la concatenación de hechos meticulosamente seleccionados que se contraponen unos a los otros para dar un sentido unificado; es el empleamiento de las palabras específicas para provocar una imagen especial que causa desautomatización: un alejamiento de la indiferencia, un equipamiento contra el desinterés; el juego de la forma y el contenido para concebir un producto único e irrepetible.

      Para el siglo XX, la forma de hacer poesía cambió radicalmente con el avance de la tecnología, el auge de diversos fenómenos políticos, económicos y sociales, que dieron pie a la creación de varias propuestas artísticas, tal es el caso del movimiento modernista. Este se caracterizó por una renovación en el uso del lenguaje y la presencia de cierta rebeldía creativa; dentro de los pioneros de este movimiento en México se encuentra “el ave del paraíso”, José Juan Tablada. El manejo de la imagen dentro la obra de su obra resulta varios elementos representativos de la contemplación; escenas detalladas, descripciones que se apoyan en el detalle para construir profundidad y minimalismo exacto, donde las partes que componen al texto están sujetas de tal manera que importa tanto lo que dejan ver como lo que no, dado que los espacios en blanco también tienen sentido dentro del poema visual; que recuerdan en gran medida la influencia japonesa del escritor y su relación con la pintura, particularmente sobre el manejo y retrato de escenas naturales, que se llenan de detalles y dinamismo. La forma tan particular de sus obras encierra un significado complejo, que en las propias palabras del autor: “mis poemas actuales son un franco lenguaje; algunos no son simplemente gráficos sino arquitectónicos (Tablada)”

      Dentro de los caligramas la constitución gráfica de la obra se concibe a la vez que se complementa el significado total de la misma; jugando con la polisemia, la rítmica, y sobre todo la semántica; pues la concepción gráfica de las frases concatenadas a lo largo del poema añaden nuevas posibilidades de interpretación, en una combinación magistral del significado, como de la imagen que esbozan al ser agrupadas. Esto crea diversas posibilidades de acercamiento, pues cada vez que se observa la obra, es posible dar con un nuevo detalle, como si se leyera por primera vez.

      Para el caso de Las luciérnagas, obra sobre la que se desarrollará el trabajo, se puede especular que la distribución “caótica” de las palabras dentro de la hoja corresponde a lo que el propio título pregona: un conjunto de estos insectos que, como lo harían en la cotidianeidad del cielo, revolotean libremente a lo largo del papel; este recurso no solo busca transmitir un mensaje a través del contenido semántico de las palabras, sino también a través de su forma y disposición gráfica; esta colocación refuerza el contenido del poema al añadir una dimensión visual que evoca directamente la experiencia de ver luciérnagas en la oscuridad, aunque ahora dotada de un sentido atemporal que nos acompaña en cada relectura del poema.

   Sin embargo, independientemente de esta primera impresión, enseguida se pueden distinguir unidades compuestas que enumero a continuación. Simultáneamente, haré un desglose de las mismas:

  1. La luz de las luciérnagas es un blando suspiro,
  2. Alternado con pausas de
  3. Pensamientos sombríos que se disuelven en gotas instantáneas de
  4. El jardín está lleno de suspiros de luz,
  5. Y por sus frondas van escurriendo como lágrimas las últimas gotas
  6. De la lluvia lunar

Dentro de estas seis unidades existe un vaivén rítmico y gráfico, representado por las palabras resaltadas en negrita que contrastan con la tipografía base del poema; que, como menciona la segunda línea, alternan secciones de paz y actividad; esto aparece como mímesis del fenómeno naturalmente ocurrido con la luminosidad de estos insectos; como estas encienden o apagan su abdomen intermitentemente de acuerdo con diferentes circunstancias, -ej. apareamiento o defensa. (Main). Aunque también corresponde al modo de vuelo de estos animales, y como suelen revolotear durante la noche.

      Cabe resaltar que, para fines de este análisis, las unidades numeradas del 1 al 3 constituyen la primer parte del caligrama, y de la frase 5 a la 6 el final, entendiendo que:

  1. “La luz de las luciérnagas es un blando suspiro,”: La luz emitida por las luciérnagas es suave y delicada, esto sugiere una luminosidad tenue, efímera y casi etérea, que apenas rompe la oscuridad de la noche. La sinestesia“blando suspiro” propone un juego en donde la combinación de los términos asigna al suspiro una cualidad tangible, al mismo tiempo que sirve para unir en el plano semántico la forma en que los insectos presentan su luz en la naturaleza: suavemente y brevemente.
  2. “Alternado con pausas de oscuridad.”: La luz de las luciérnagas aparece y desaparece en intervalos, creando un patrón de parpadeo. Este alternar entre luz y oscuridad refleja el ritmo natural e intermitente de su brillo, que coincide con la tipografía del poema, donde las palabras cambian a negrita en algunas unidades y contrastan a su vez con los espacios en blanco dentro de papel.
  3. “Pensamientos sombríos que se disuelven en gotas instantáneas de claridad.”: Los momentos de luz de las luciérnagas son comparados con momentos de lucidez: breves y concisos, que aparecen de manera repentina para aclarar y asentar el panorama.
  4. Aquí vale la pena hace un paréntesis, pues la oración número cuatro “el jardín está lleno de suspiros de luz”, es un elemento indispensable y nuclear en la construcción de toda la obra; pues esta representa una línea divisoria que opera en el plano léxico y gráfico, dado que la frase en conjunto funciona como conector que define al sujeto principal -las luciérnagas- y se sitúa al final de la primer parte y al comienzo del final; mismo lugar que, refiriéndose a la anatomía de estos insectos, corresponde a la ubicación de su abdomen, parte donde reside su luminosidad.
  5. y 6. Otro aspecto a resaltar dentro de esta disposición, es la presente en las dos últimas frases: “Y por sus frondas van escurriendo como lágrimas las últimas gotas”, y “De la lluvia lunar”, donde en la sección “como lá-gri-mas” y “lluvia” aparecen extendidas de manera vertical; nuevamente imitando la acción de lo mencionado en el significante, pero operando de manera extralingüística, y pretende replicar lo ocurrido con los líquidos, que se escurren y fluyen de manera entrecortada como las propias lágrimas -razón por la cual esta palabra aparece dividida en sílabas- o de manera continua, como ocurre con la lluvia.

Además del uso de negritas ya mencionado, Tablada se vale del uso de mayúsculas para resaltar otra idea que enfatiza la atmósfera del poema: “EL JARDÍN ESTA LLENO” correspondiente a la frase número 4, que como se había hecho hincapié, funciona como separador gráfico y semántico dentro de la construcción de la obra- y que nuevamente corresponde a las maniobras ejecutadas dentro de la forma, pues las palabras empleadas a lo largo del poema abarcan toda la página: el espacio en donde son descritas las luciérnagas, corresponde al espacio empleado por la disposición del texto.

      Finalmente cabe destacar que el conjunto de la obra exhibe una bella imagen construida a través de la semántica, pero también de la tipografía, la distribución, selección y acomodo de las palabras, en un uso pragmático del lenguaje que produce en quien lo lee una sensación de asombro, curiosidad y catarsis. Dentro de Las luciérnagas, cada palabra colocada se contrapone a un espacio en blanco, no solo el que existe por norma para separar cada unidad una de la otra para conservar la coherencia, sino con el espacio existente dentro de la página -entendiendo al papel como un todo, imitación del lugar físico donde revolotean los insectos-. El uso de las mayúsculas a mitad del poema señala un asentamiento que corta a la obra por la mitad, justo como el abdomen parte en dos a la anatomía de las luciérnagas y la disposición alternada de las palabras rompe con la linealidad del verso para dar una sensación de libertad, propia del acto de volar. Como se dijo en un inicio, la poesía es alteridad y balance; con esta obra, Tablada nos pone en sus zapatos, nos permite ser otro. Cuando uno lee Las luciérnagas se pone en la mirada del intrépido pintor, conocedor de que “hay poesía sin poemas; paisajes, personas y hechos suelen ser poéticos” (Paz 14); nos da los ojos de aquel que disfrutaba de la simplicidad de la naturaleza y sabía apreciar cada una de sus formas, de aquel que usaba el carácter individual de las palabras para encontrar la pasión colectiva; para hallar el equilibrio entre lo perfecto plástico, el lenguaje artificial de los humanos, y el espíritu imperfecto de las formas de la naturaleza, entre la posición obligada de las frases y la libertad del espacio en blanco; del juego del claro y de lo oscuro, del vaivén de la forma innovadora y el uso de recursos clásicos, como la metáfora, la aliteración o la sinestesia. Tablada crea una copia sublime del comportamiento de un insecto, al mismo tiempo que rompe con el carácter lineal del verso.

      En suma, la forma en la que tradicionalmente concebimos la poesía ha sido un paradigma que ha cambiado a lo largo de los años, viéndose modificada por las normas del canon, la tradición lingüística del país donde surge, los hechos históricos que rodean al momento de escribir y por la propia iniciativa de los escritores, quienes se han apoyado de diversos recursos fuera del lenguaje para agregar valor y sentido a su obra; y aunque Tablada siguió en gran medida la influencia del pensamiento nipón, fue lo suficientemente hábil e ingenioso para traducir formas ya establecidas de una manera práctica para dar un aire fresco a las letras mexicanas; su enfoque vanguardista, aún para los estándares contemporáneos, sigue siendo relevante, en un momento donde la poesía sigue y seguirá buscando nuevas formas de expresión. La presencia de la imagen en el caligrama, lejos de reducir o simplificar el contenido significativo de la obra al presentar un esquema visual que elimina cierta parte de la tarea de la tarea interpretativa – al darnos un formato preestablecido para el acomodo de las imágenes-, explota las posibilidades de significación, y ofrece una nueva visión sobre los resultados de la tarea poética, jugando con los valores de la forma y el contenido en un vaivén que como se mencionó en un inicio, crea un producto único e irrepetible.

 

 

 

Anexos

 

Ilust. 1. “13.Luciérnagas” en Li-Po y otros poemas. Edición facsimilar. Juan José Tablada

 

(2017)

 

 

 

Trabajos citados

 

Main, Douglas. «¿Por qué parpadean al unísono estas luciérnagas?» National Geographic, 22 octubre 2020,

https://www.nationalgeographic.es/animales/2020/10/luciernagas-sincronizadas-emiten-l uz-al-unisono.

Mata Sandoval, Rodolfo, y otros. «Cronología de la vida y obra de José Juan Tablada en el portal Letra e Imagen.”.» 2021. Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de

Investigaciones Filológicas.

 

Mata, Rodolfo. «José Juan Tablada: La escritura iluminada por la imagen.» 2003. Instituto de Investigaciones Filológicas UNAM.

Nietzsche, Friedrich Wilhelm. El origen de la tragedia. México, Porrúa, 2006.

 

Paz, Octavio. El arco y la lira: el poema, la revelación poética, poesía e historia. Tercera edición ed., México, Fondo de Cultura Económica, 1972.

Tablada, José J. «Li-Po y otros poemas. Edición facsimilar». 2017. UNAM. Instituto de investigaciones filológicas. Ciudad de México, México.

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