Juan Afanador en La poesía te quiere vivo

Leemos, en el marco de la serie de nueva poesía colombiana, La poesía te quiere vivo, que prepara Alejo Morales, algunos poemas de Juan Afanador. Su libro más reciente es Algo blando en cada trámite (La Jaula Publicaciones, 2023).

 

 

 

 

 

Juan Afanador es escritor y antropólogo. Participó como compilador en Sobre las macetas. Antología de poetas nacidos después de los ochenta en Colombia (Amargord, 2018) y como coeditor de​​ Emilia Ayarza. Antología​​ (Editorial Magisterio, 2020). Es autor de los libros de poesía​​ bosque​​ (Volcán ediciones, 2022) y​​ Algo blando en cada trámite​​ (La Jaula Publicaciones, 2023) y del ensayo “Poesía y atención” (Revista Liebre Lunar, N° 1, 2024). ​​ Coedita la revista virtual de poesía Otro páramo​​ y realiza el podcast​​ Poesía para la vida​​ desde la Red Distrital de Bibliotecas Públicas de Bogotá. Crea con otres en​​ Contaminación cruzada​​ (IG: @contaminacioncruzada), un libro que se publica en Bogotá por medio de intervenciones artísticas y poéticas en el espacio público.​​ 

 

 

 

 

 

 

 

A medio camino

  

La cuadrilla

del servicio eléctrico  

monta postes

en la carretera municipal.

 

La luz trae promesa

y parece que puede

                                    acabar la noche.

 

Aunque el cable no es solo la luz:

es el cable. 

 

Un soporte

una línea delgada

que forma en el aire un espacio.

 

Es posible dejarse antojar

por el camino

 

no el final

no la ciudad que alumbra

ni el bombillo

sino el rodeo

el preámbulo

el cable.

 

Dicen 

que la poesía es luz

y lleva a lo sagrado

 

pero la idea empieza así

a medio camino

doblada.

 

Como quien va a instalar un cable

—guantes dieléctricos

casco—

y luego tiempla la metáfora

la airea 

entre dos postes sujetados

 

palabra                palabra  

              imagen                    

 

una fiesta empieza

en torno suyo.

 

Basta con un trozo 

de lugar y de materia

para que exista fuerza 

gravedad.

 

Alguien cuelga unos zapatos

los vuelve frontera

 

los pájaros anidan 

otra vez en lo alto

 

las bromelias se agarran al pasar

para encontrar allí

una nueva estatura

 

y el cable se mezcla con otros

la imagen tiene formas 

de enredarse

combinar.

 

Después de una espera

la espesura crea un amasijo

hay algo 

aun si hay cortes de energía

aun si no llega lo sagrado

hay algo

 

este montón

esta abundancia que se agrupa 

un peso

que no rompe el cable

y es una excusa para mirar

 

previa a la luz.

 

 

 

 

 

 

 

 

En el Código Civil hay alimento

 

Hay lenguajes que pretenden

no tener brillo

 

aspiran

con certeza 

a la sequía

 

y muestran su aspecto

de bloque sobre bloque

de referencia fija

y dirección.

 

Es un anhelo.

 

En cualquier crecimiento

está el temblor orgánico

y pueden hacerse 

maduraciones.

 

El ingrediente 

se retira de su origen. 

Hay que limpiar la cubierta

y pelar.

 

Mientras cuaja

al marinarse

aparecen los crujidos 

las delicias.

 

El emplatado 

al final nos revela cada tierna proteína

los jugos 

y los sabores propicios.

 

 

 

 

 

 

 

Entrada

 

Dominio sobre los frutos en terreno ajeno……………..……………….…………….………………. Art. 1000

 

Los frutos 

que dan las ramas tendidas 

sobre terreno ajeno, 

pertenecen al dueño del árbol; 

el cual, sin embargo, no podrá entrar

a cogerlos 

sino con permiso 

del dueño del suelo, 

estando cerrado el terreno. 

 

El dueño del terreno será obligado 

a conceder este permiso; 

pero sólo en días 

y horas 

oportunas.

 

 

 

 

 

 

 

Plato fuerte 

 

Propiedad sobre las palomas ….………………………………………………………..………..… Art. 697

 

Las palomas que abandonan 

un palomar 

y se fijan en otro, 

se entenderán ocupadas legítimamente 

por el dueño del segundo, 

 

siempre que éste no se haya valido 

de alguna industria 

para atraerlas 

y aquerenciarlas.

 

 

 

 

 

 

 

Postre 

 

Propiedad sobre las abejas ……………………………………………………………………… Art. 696

 

Las abejas que huyen de la colmena 

y posan en árbol 

que no sea del dueño de ésta, 

vuelven a su libertad natural, 

 

y cualquiera puede apoderarse de ellas 

y de los panales 

fabricados por ellas, 

 

pero al dueño de la colmena no podrá prohibirse

 

que persiga a las abejas fugitivas 

en tierras que no estén cercadas 

ni cultivadas.

 

 

 

 

 

 

 

Planeador

 

4 a.m. Esta es la hora en que los buses agrietan la

5 a.m. última capa de la noche. Despertarse ya es

6 a.m. quebrar el vidrio con ese ruido y creer que

7 a.m. Dios no tiene la uña más cruel sino la  

8 a.m. textura del agua que ayuda a decir soy 

9 a.m. presentable quepo en la luz y no he 

10 a.m. desayunado para llegar a tiempo

11 a.m. a encorvar la espalda para entrar

12 p.m. en el computador en su ranura

1 p.m. chiquita su tiempo sin hambre 

2 p.m. para almorzar volando porque

3 p.m. el mundo es una llamada que 

4 p.m. nos va entrar y ya pitan pitan  

5 p.m. las alarmas, los mensajes, no

6 p.m. tificaciones incesantes y no  

7 p.m. alcanzas a ver: ya atardeció.

8 p.m.​​ Perdón la hora​​ dos horas  

9 p.m. llegando y ahora a cenar  

10 p.m. ligero y la casa con sus

11 p.m. inundaciones y gritos

12 a.m. y sueño solo un poco. 

1 a.m. Todos aquí madrugan.

 

 

 

 

 

 

 

Liquen

 

Solo puede vivir en lugares vivos, pero está en todos.

Se adapta con su cáscara, con su lenguaje antiguo 

que hace palabra con la corteza de los árboles, 

con las rocas, las paredes, los tejados. Es tres 

veces organismo. El hongo camina y teje un 

volumen. El alga traduce la luz del sol en 

alimento. La levadura protege y da sostén. 

Un conjunto que se esparce y colorea. 

 

Solo puede vivir en lugares vivos. No

tiene raíces y absorbe de la atmósfera

los nutrientes y los males (dióxido 

de azufre, polvo de alcalino, lluvia 

ácida). Su presencia es una señal 

de que aún nos queda tiempo.

 

Por eso se ve poco en la

ciudad. Y el día que no 

esté en ninguna parte, 

ya sabes, (el humo, el 

humo) el día que no 

esté,​​ ya no tendrá 

sentido respirar.

 

 

 

 

 

 

 

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