Citatorio No. 025 (bis): De la pena ajena (II)
Señor poeta: haga un poema sobre un triste pendejo… Ricardo Castillo
Señor poeta: haga un poema sobre un triste pendejo… Ricardo Castillo
Como alguien me dijo una vez: valgo madre. Ricardo Castillo
– En el siglo XIX, Los Sopranos tal vez se habría llamado Los misterios del hampa. Carlos Monsiváis
Matar al enemigo ha de tener un límite; se defiende el país desplegando su fuerza; hay que impedir sobre todo la incursión y el ataque; no es la finalidad matar cuanto se pueda. Tu Fu
Cágome en el blasón de los monarcas que se precian, cercados de tudescos, de dar la vida y dispensar las Parcas. Francisco de Quevedo
La esposa debe cual patrimonio legítimo amarse. Ni aun mi patrimonio querría amar por siempre. Petronio.
– Primaverizo yaces, deleital y ternúrico, y nadie es como tú, cervatillo matutinal, silvestrecido y leve. Abigael Bohórquez
– Venimos de la noche y hacia la noche vamos. Atrás queda la tierra envuelta en sus vapores, donde vive el almendro, el niño y el leopardo. Vicente Gerbasi, Mi padre, el inmigrante, 1945
– Cómo se indignó el Senado cuando irrumpió el caballo del César _____y ocupó una curul. Tenían razón: un corcel no cabe en un establo de asnos. Héctor Carreto, Coliseo
– Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Octavio Paz, El laberinto de la soledad