Otra muestra de poesía argentina No. 5: Juan Carlos Moisés

Juan Carlos Mois+®s

En el marco del dossier “Otra muestra de poesía argentina”, preparado por Carlos Aldazábal, presentamos la poesía de Juan Carlos Moisés (Sarmiento, Chubut, 1954). Es poeta director teatral y dramaturgo. Su última colección de poemas es Esta boca es nuestra (2009).

Para leer la introducción que vertebra esta muestra sigue el enlace

LOS RUIDOS EN EL AGUA

Los ruidos en el agua

del ahogado con el cuerpo

atado como con sonajeros.

Podría decirse

que no se quedan en la orilla

que traspasan los árboles.

Entonces

¿hay que espantar esos ruidos

taparse los oídos pensar

en algo agradable?

Ustedes dirán, señores peces.

(de Ese otro buen poema)

ESE OTRO BUEN POEMA

Mi amigo Blaise Cendrars decía

soy un mal poeta

y creo que también yo soy un mal poeta

no puedo escribir un buen poema uno

que valga por todos los que he escrito

por todos los que escribiré

no puedo no puedo

se lo repito a mi mujer a la hora de cenar

cuando estamos juntos

y ella me calma me hace pensar

con su alegría en ese buen poema que aún

hay que escribir

mi amigo Blaise Cendrars no sabía ir

hasta el fondo de las cosas

y decía soy un mal poeta

y yo también creo que hay que escribir aún

ese otro buen poema

( de Ese otro buen poema)

UN MAL NEGOCIO

Señor usted ha hecho muy

mal negocio ha escrito

poemas a cambio de nada

y no creo que haya conseguido

mucho de lo poco que necesitaba

sin embargo escribiendo

sobre los particulares encantos de este siglo

usted se ha reído de buena gana

una risa muy suya muy especial

y eso ni en la mejor película

del cine mudo

por suerte usted no era mudo

habló mucho y habló bien es decir

todavía se lo escucha

(de Querido mundo)

DESPUÉS DE LOS AÑOS PERDIDOS

                                                        a Milton

un viejo amigo golpea a la puerta

irrumpe en la casa

esa cara que reconocemos

es el reencuentro

decimos: la tormenta

no se pone de acuerdo con la primavera

había olvidado ciertos árboles solos

como personas

maltratados por el viento frío

de acuerdo hablemos de nosotros

te afeitaste la barba

ahora parecés Groucho

con el bigote espeso

no no vi una noche en Casablanca

Buenos Aires Casablanca allí eras otro hermano

yo estaba acá en el sur soñando

las innumerables formas del poema

o de la vida

un año y medio con la cara pintada

como un guerrero

la edad de nuestro hijo mayor

fue ayer ayer cuando nació recuerdo

ella sufrió en el desgarramiento

dijiste unos nacen otros mueren

las infinitas formas de la muerte

ahora tocaste el otro extremo

tu pueblo natal

y te estamos viendo

escribir poesía

sí ese viejo truco

sentir con la cabeza

pensar con el corazón

(de Querido mundo)

 LOS HÉROES ANÓNIMOS

A un caballo que entró a comer

el  césped del jardín

lo persuadí con palabras

y con unos terrones de azúcar

que comió de mi mano

al cordero que destrozó

las flores más tiernas del cantero

lo hicimos dormir

en la leñera

y terminó tomando leche de una mamadera

que improvisamos con una botella y un

dedo que cortamos

de un guante viejo de goma

sin embrago

no me atrevo no

nunca me atrevería a disuadir

al gallo bataraz

ni a la gallina de plumas blancas

su enamorada

personajes de difícil carácter

especie de héroes anónimos del vecindario

que luchando no sé si contra el mal

o contra el hambre atacan siempre

desesperadamente

la bolsa de maíz de la vecina

(de Querido mundo)

COMO EL DICTADOR DE UN PAÍS

hijo

hemos tenido un desencuentro

te he castigado

con mis propias terribles manos

de padre

y ambos hemos quedado

visiblemente doloridos

te oí llorar

y vi tus lágrimas abundantes

tus lágrimas que pagan la travesura

desde mi dolor contenido

también lloré

lloré en silencio

me habrás visto seguramente

como yo he visto al oscuro dictador

de un país

y me habrás repudiado en tu desamparo

con esto último no quiero decirte

hijo mío que los dictadores

son como los padres arrepentidos

que utilizan la fuerza para imponer

su autoridad y ciertas

conductas de convivencia familiar

porque en el fondo

hijo querido tu padre es bueno

como la energía

que motiva tus travesuras

y además y sobre todo

tu padre te pide perdón y se arrepiente

los dictadores no

(de Querido mundo)

MUERTOS AMADOS

Testarudos, no por ciegos,

estos muertos amados

siguen buscando aventura;

con la lengua amortajada

y seca parecen decir:

hay que ir y hundirse en la tierra

de cabeza, abrir grietas, no parar

nunca.

(de Animal teórico)

HABLA EL CAPITAN AHAB

Sépanlo: cuando por fin un día

alguien desprevenido encuentre

a la invencible ballena Blanca

varada, seca, muerta de vieja

en una playa perdida

de los mares del sur,

va a ser posible reconocerla

no por su color ya desvanecido,

no por el gran tamaño de su esqueleto,

ni por su ferocidad ahora inexistente,

sino por mi cadáver limpio

de carnes, pura osamenta,

aún aferrado con uñas y dientes

a su gran cuerpo vencido.

(de Animal teórico)

BUSCANDO A LA VIUDA NEGRA

Después de la lluvia de la tarde

caminamos con mi hijo

en los mansos campitos linderos.

El olor a tierra húmeda

que trae el aire nos aviva los sentidos.

Damos vuelta una bosta de vaca

reblandecida por el agua,

débil en su consistencia,

buscando a la viuda negra,

la de la mancha roja en la panza.

Queremos saber de qué se trata

esa cosa insignificante y a veces mortal

de la que mucho se habla.

Se parte la bosta al caer,

y hormigas, ciempiés, bichos bolita,

enemigos sin coraje se asustan

y corren de nosotros.

Tantos han venido y vendrán

con un palo en el hombro

a oficiar de verdugos

sin hacerse anunciar.

Buscamos, revolvemos

sin suerte.

Y lo dice él, el pequeño:

somos más curiosos que la lluvia.

(de Animal teórico)

CARTA PARA CLARA

Te escribo desde la oficina

de la empresa, a donde todos

los días y a cada hora llegan hombres

de rostro curtido buscando trabajo;

dicen sus penas, cuentan sus historias.

Los escucho con atención.

Me distraigo de la tarea

y por momentos vivo sus vidas

como un intruso.

A veces, a mi modo, si puedo,

si soy capaz de hacerlo y me salen

las palabras, les hablo del tema

que me hablan, les sigo la corriente

como lo haría un amigo

o un parroquiano en el bar.

Hoy vino uno que había matado

a otro; me miraba sin sacarme

los ojos de encima cuando lo dijo.

Eso había ocur­rido algunos

años atrás y ahora, a los pocos

días de haber salido en libertad

condicional, estaba empeñado

en ser una per­sona distinta.

Quiero empezar de nuevo, dijo.

Ya no quería saber nada

de su pasado, de la cárcel

donde lo había perdido todo.

A simple vista, su conciencia

todavía lo atormentaba.

Para contarlo, tenía la misma

parsimonia con que pedía trabajo.

Destruyó su vida y su familia,

y no sabe si puede tener una nueva

posibilidad de ser una persona

como las demás.

Me hubiera gustado decirle

¿Qué es ser una persona como las demás?,

pero no me animé.

Amagó una sonrisa tímida, sin embargo,

y me miraba y espe­raba,

cuando me entregó el documento

donde leí su nombre:

Evaristo Cañumil.

En esta carta, mi amor, van esas caras,

esos relatos, y las palabras que no pude

pero que hubiera querido decirle

a ese hombre que buscaba trabajo.

Esta carta y yo vamos a llegar juntos;

la vas a recibir de mis manos.

Era necesario prevenirte.

 

(de Esta boca es nuestra)

Datos vitales

Juan Carlos Moisés  (Sarmiento, Chubut, 1954). Publicó Poemas encontrados en un huevo (1977),  Ese otro buen poema (1983),  Querido mundo (1988), Animal teórico (2004), Palabras en juego (2006), Museo de varias artes (2006) y Esta boca es nuestra (2009). Figura, entre otras, en Una antología de poesía argentina, Lom ediciones, Santiago, Chile, 2008, y 200 años de poesía argentina, Alfaguara, Buenos Aires, 2010. Director teatral y dramaturgo. Publicó las obras El tragaluz (2007) y Desesperando (2008), y el libro de cuentos La velocidad de la infancia (2010). Como dibujante y guionista de historietas ha publicado trabajos en medios gráficos. Vive en su pueblo natal.

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