Poesía griega actual: Kostas Vrachnos

Presentamos algunos textos del poeta, ensayista, traductor y filósofo griego Kostas Vrachnos (Kalamata, 1975). Ha publicado los poemarios El hambre del cocinero y Encima del subsuelo así como el volumen de ensayos El misterio como problema. Ha traducido a Carlos Edmundo de Ory, Juan Vicente Piqueras y Miguel Labordeta. Es Doctor en Filosofía por la Universidad de Salamanca.

 

 

 

 

 

CÓMO QUIERO QUE ME LLAMÉIS 

 

 

Quiero que me llaméis limón podrido

o lombriz de tierra y encima impaciente,

en la arena de la Clepsidra interminable.

Quiero que me llaméis marioneta

o espantapájaros o si queréis terracota.

Si queréis, llamadme hedonista, entra en razón.

Quiero que me llaméis Faraón o esclavo de Faraón

o desgraciado.

Quiero que me llaméis volcánico o traslúcido,

quiero que me llaméis cómplice o incoherente,

o si queréis conejillo de Indias,

febrero o, mejor, enero.

Nos une el peor guión.

 

 

 

 

 

LA CASA DE MIS PADRES 

 

 

¡Cómo olvidar la casa de mis padres!

El naranjo -¿o era un limonero?- en la entrada,

la gran puerta de hierro -¿o era de madera?-,

el timbre anónimo que jamás funcionó,

las ventanas blancas -¿o eran tirando a gris?-,

las paredes, el techo, el suelo, ay, el suelo, el balcón,

los arañazos de las palomas en las verjas.

Cómo olvidar las distancias entre las muebles

y los ruidos escondidos,

el altillo -¿teníamos altillo?- con los adornos navideños,

la bodega -pero, ¿teníamos bodega?- con los vinos

que no bebimos y se pusieron amargos,

el jardín -pero, ¿teníamos jardín?- con el papagayo

que enterramos un mediodía.

Cómo, entonces, olvidar el olor a mi madre -¿o a quemado?-

en la cocina, con la nevera que asustaba a la gata negra,

la nevera que como todas las neveras

estaba caliente por detrás.

Y, al fin, cómo olvidar el parvulario de enfrente,

¿o era un cementerio?

 

 

 

 

 

 

MI CORAZÓN   

 

Mi corazón se hincha, duele todo el tiempo, está a punto de estallar, se escabulle.

Mi corazón -repito- olla a presión -sí- olla a presión.

Mi corazón sandía, globo, carroña en la cuneta.

Mi corazón, impresentable, estrecho de miras, sin duda carmesí.

Mi corazón, ahí por el pecho o esternón o tórax o alrededores, llámalo como quieras.

Mi corazón, preñado de otra bilis, purpúreo de oprobio.

Mi corazón, coraza acribillada, mi clepsidra desierta, cuánto duele imaginar.

Mi corazón se parece al de otros, al de todos, pero también al mío.

Mi corazón timbal, tambor, pandereta, batería, tam tam, gong, y nadie baila.

Mi corazón respira, se hace el tonto, no aguanta, habrá que hacer algo.

Mi corazón, mis padres, mis hermanos, mis amigos.

Mi corazón más, más rápido, peor, mucho mejor antes.

Mi corazón, por qué una cosa, por qué otra, cómo fue, ay de nosotros.

Mi corazón, socorro, un médico, un médico -qué digo- un apicultor.

Mi corazón, voz de mi aullido, puente que da vergüenza.

Mi corazón, el sol brilla, los niños ríen, los perritos corren, qué hermoso.

Mi corazón, qué pronto se hizo tarde, qué pronto se hizo invierno.

Mi corazón, me parece que hay problema de verdad.

 

 

 

 

 

 

POR QUÉ GENERALIZO

 

¿Por qué generalizo? Porque sí.

Porque el suicida no paraba de decir tonterías.

Porque estoy embarazado de un amperímetro violeta.

Porque estoy en desacuerdo y casi apenas ni estoy.

Porque Noé sacrificó un gallo a Neptuno.

Porque tuve tortícolis por culpa de la puñetera luna.

Porque el perdedor de juicios se me parece cada vez más.

Porque me ahoga tanto mi derecho.

Porque me aprieta la pajarita mientras duermo.

Porque la noche anochece.

Porque cotilleamos sobre el más allá.

Porque me están enterrando con un claxon en el bolsillo.

 

 

 

 

 

 

CÓMO VEO EL MUNDO  

 

Que se diseñe de nuevo el Universo accesible

o al menos mi visión, que ha dado a luz

a dos ojos gemelos rebosantes de salud.

El terror me duele, pero en el dolor abundan

las posibilidades de terror.

De día uno se esconde detrás del aparecer.

Se camufla como un comando detrás del aparecer,

pero por la noche, la imbécil noche,

no tiene dónde esconderse dentro de sí,

¿qué abismo del alma es éste, qué inmensidad?

Así pues, pobre de mí, fui cayendo poco a poco

en el existencialismo, la pifié,

me convertí en existencialista sin darme cuenta.

Pero no me he acostumbrado:

en el fondo de la costumbre

no consigo acostumbrarme.

 

 

 

 

 

ELENI

 

Nombre y apellido en pie con el pelo entre castaño y rubio

y el pecho no mordido y el saco de dormir dentro

y la ontología que olvidas y que olvidamos,

me recuerdas enormemente

-¿qué digo?- eres clavada a tu objeción,

viene la Bajamar, no tienes de qué asustarte ni qué salvar,

duerme, leopardo, ve gratis tu película y mañana por la mañana cuéntala con todo detalle antes de que la olvides,

sigue mirando desde la torre de control que no controla nada,

pero nada, compartimos justamente el mismo grado

de inexistencia, ¿te das cuenta?

Muero por ti. Muero de todas formas. Pero yo muero por ti. Relincho por ti, ¡hala, súbete a mis lomos! te llevaré

al Ridículo. Te beso todos los labios sin excepción,

sobre todo los de arriba. Muero por ti de todas formas,

ángel mío. Vamos a hacer nuestro nido en un lugar calentito,

vámonos a Reikiavik con los géiseres,

que está helando en el universo,

vámonos a Darwin en Australia,

sintonicemos antes nuestros relojes,

vamos cogidos del brazo

a vivir en el Destino que queda pendiente.

 

 

 

 

 

 

DESAGRADABLES CONSTATACIONES DEL PROBABLEMENTE MEJOR POETA DEL TERCER PISO DE SU PROPIO EDIFICIO

 

 

¿Qué soy? ¿Una ruta? ¿Una rata

que roe la cama del motel de la ruta?

Una nada. Una nada entristecida.

Una rata que se comerán los gusanos

en cuanto se acabe por ahora

el rompecabezas del corazón.

Me reiré, me reiré a carcajadas y sonreiré

hasta el Juicio Final

y entonces tomaré mi aspecto serio:

lo más ridículo que tengo

ante lo más tremendo que se puede concebir.

El mundo, esta escenografía,

es lo inmediatamente anterior

al holocausto de la hecatombe

antes del cataclismo del apocalipsis.

Pero tengo valor

imaginado.

Hay veces que estoy a punto de rugir aun siendo ciervo.

Mientras me voy haciendo mayor, me voy calcinando

por el rayo que me cayó en el sino,

inocente como un burrito atado a un olivo

alcanzado por un rayo.

 

 

 

 

 

LA INDESCRIPTIBLE FELICIDAD DEL NACIMIENTO

 

De hombres que son mujeres salen hombres

morados, asustados, madres rugen

orgullosas de la causalidad, dan luz a fetos

que mañana abrirán funerarias,

abrirán floristerías junto a cementerios

y venderán gladíolos carísimos.

¿Qué es todo esto? Abren dos piernas

y sale un futuro tocólogo diciendo:

Más mortal no puede serSí, sí, sí,

asienten unas gaviotas que van detrás del ferry.

 

 

 

 

 

 

CREDO

 

Creo en la probabilidad de un Dios,

Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra,

de todo lo visible y lo invisible y creo

en la probabilidad, como concepto, como mistral,

soy faluca,

soy fiel a la probabilidad de que exista lo existente,

de que no hayamos de cubrirnos de soledad por la noche,

creo en el pentagrama no escrito de la cebra,

la cebra que relinchaba ayer a toda prisa,

creo profundamente en cada probabilidad,

creo en las bicicletas, creo en los aeróstatos,

a veces lo invisible se siente mucho más,

las eventualidades se enfurecen, no llores, no llores,

no lloremos.

Creo en los fantasmas, creo en las apariencias,

no tengo más remedio,

creo en mi interés, ¿cómo es la apocatástasis?

He perdido mis llaves y el cerrajero murió ayer por la tarde.

Soy fiel a mis reservas, fiel a las ovejas cuando las matan,

soy fiel a mis reservas, fiel al algarrobo cuando lo riegan,

temo toda hipótesis aunque sea sólo hipótesis,

fiel a la posibilidad de que todo sea mentira,

creo que cada sábado pasa cada vez más rápido,

las eventualidades se enfurecen, no llores, no llores,

no lloremos.

 

 

 

 

 

 

SENSACIÓN

 

He sentido de veras una sensación falsa,

el monte Imitós con forma de hipopótamo

durmiendo sin respirar,

ay, estamos surcando el páncreas de un febrero navegable,

quiero hacer uso de mi hambre y no puedo,

me tomarán por loco los imbéciles, los sabios por arrogante,

el perro del patio está ladrándole al perro del sueño,

despertando en teoría a todos los vecinos.

 

 

 

 

 

Datos vitales

Kostas (Konstantinos) Vrachnos,  Kalamata, Grecia, 1975). Licenciado (Universidad de Atenas) en Filosofía (1998) y Teología (2008) y Doctor en Filosofía (tesis: La meditatio mortis en Miguel de Unamuno, Universidad de Salamanca, 2003). Libros: El hambre del cocinero (poemario, Ed. Juan de Mairena, y de libros, Lucena, Festival Internacional de Poesía Cosmopoética, Córdoba, España, 2008). El misterio como problema (ensayo de filosofía, Edit. I Ekdosis ton Filon, Atenas, 2010), Encima del subsuelo (poemario, Edición limitada y especial para el 8º Festival Internacional de Poesía de Granada de Nicaragua, Atenas, 2012). Traducciones: 40 poemas de Carlos Edmundo de Ory (Editorial Iridanós, Atenas, 2008), Fábulas de Esopo (Edit. Kókino, Kalamata, 2011), Qué hago yo aquí de Juan Vicente Piqueras (antología de poemas, Ed. Gavriilidis, Atenas, 2012) y Miguel Labordeta – Antología (en preparación). Colaborador asiduo del Instituto Cervantes de Atenas y columnista de la revista “Nea Efcini” para la cual escribe ensayos y traduce a autores hispanohablantes.

 

 

También puedes leer