Miguel Inzunza: El​​ mar​​ tiene​​ un​​ lunar​​ de​​ luz,​​ La​​ Habana.

En recientes días Miguel Inzunza viajó a La Habana, Cuba para realizar una serie de conciertos y la presentación de su libro de poemas "Palangre" (2023). A propósito de esto, compartimos el texto que leyó en la Librería Tuxpan del Instituto Cubano del Libro.

 

El mar tiene un lunar de luz, La Habana

 

   No tengo ubicación pero recuerdo
   que se llega veleando desde Cádiz, sediento desde Tuxpan.
   Yo fui hace muchos años, no pidas coordenadas.
   El mapa está en el aire,
   colinda por tambores con Nigeria,
   por décimas colinda con España.
   Al Este con el paso de los vientos.
   Al Sur con el Caribe.
   Al noroeste, el golfo del misterio,
   y al norte un precipicio,
   donde naufraga el tiempo en una balsa.

 

Escribí estos versos desde una diletancia en otro suelo, porque tuve el arrojo de asomarme a ese lunar donde la belleza se da sitio y emite como piedra de cristal sus reflejos al mundo. He sido afortunado del deleite de una belleza natural que desde aquí se emana. Hasta México llegan los ecos de Silvio, Pablo, Los Feliu, Frank Delgado, los laberintos armónicos del feeling y el bolero, las voces y el idiolecto de la cuba campesina en las páginas de Guillermo Cabrera, las décimas de mi amigo Alexis Díaz Pimienta, Martí, Guillén, Eliseo Diego, Waldo Leyva, Alejo Carpentier, tantos más.., y el pez suspendido en el aire de Gastón Vaquero, (yo puedo suscribir su testamento) o el eco de los versos de Piñera nombrando la maldita circunstancia del agua por todas partes.

 

      El peso de la isla se sostiene apuntalada por maestros de las artes, la indómita cultura que resiste a la embestida de un mundo desbocado que no hace otra cosa que consumirse velozmente. La cultura cubana ofrece el pecho abierto al mar y empuña la pluma con la valentía y la furia del Caliban que avistó Roberto Fernández Retamar, en su nombre estaba oculto el mensaje, Cuba reta al mar. Demasiada tarea sería arrojarse a enumerar tantos regalos que generosamente aporta esta tierra, no me daría el día entero, no me quiero atragantar.

 

      Yo vengo atento a la epifanía que promete mi visita, porque me trae la nostalgia, a brindar estos poemas, peces Del Mar de Cortés Mexicano, al encuentro con el cardumen inmenso que nada por las calles de La Habana. Vengo a intentar reciprocar la bendita circunstancia de Cuba por todas partes, porque en cada rincón del mundo hay un artista cubano y es de alguna forma una ventana por donde asoma la cultura de esta isla, y el mundo se mira en su reflejo y se hace las preguntas olvidadas.

 

      Sirvan mis palabras respetuosas para solicitar permiso a capitanía de puerto y anclar en sus muros la mirada.

 

 

Miguel Inzunza

 La Habana, Cuba

24 de abril de 2024

 

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