El poeta y periodista Moisés Ramos Rodríguez entrevistó a Francisco Hernández (1946). Presentamos aquí la conversación que sostuvieron. Francisco Hernández ha merecido distinciones como el Premio de Poesía Aguascalientes y el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
“Esta es una invitación que agradezco, que me sorprende y que trataré de aprovechar para ver qué piensan otros, sobre todos los jóvenes sobre lo que he escrito; cómo se oye lo que he escrito en los labios de los demás. Ahí es donde dejaré de estar sordo para escuchar, para dejarme de oír a mi mismo cuando leo y oír a los otros, cómo interpretan, o el ritmo que le dan a los poemas que he escrito. Para eso me servirá, sin duda estar aquí” expresó en entrevista exclusiva el poeta Francisco Hernández que recibirá un homenaje de tres días a partir de hoy en las Octavas Jornadas Internacionales de Poesía que organizan el Espacio Cultural 1900 y la Universidad de Tennessee.
Antojo de trampa reúne, en una antología, la primera parte de la obra que ha escrito el autor nacido en Veracruz en 1946; hoy trae a Puebla, a la Avenida 2 Oriente número 214, al homenaje que se le rinden jóvenes, estudiosos y académicos su Obra suspendida, el segundo libro que antóloga los volúmenes publicados después de 1999: de Soledad al cubo publicado por Colibrí en el año 2001, a Mal de Graves, recientemente editado por la editorial Almadía y presentado hace unos días en la Feria del Libro Independiente de la ciudad de México.
Obra suspendida ha sido editado por la Universidad Autónoma de Nuevo León y aún no ha sido presentado, así que serán los lectores de Puebla, afirmó el poeta, los primeros que conozcan esta nueva reunión del trabajo poético de Hernández, quien también trae a la Angelópolis dos reediciones: la del volumen Moneda de tres caras y Diario sin fechas de Charles B. Waite, éste también impreso por Almadía y presentado en la misma feria del Distrito Federal donde se dio a conocer Mal de Graves, donde hablan el poeta de ese nombre, el médico por el cual existe una enfermedad llamada así, una mujer que la padece, una voz y un coro.
Respecto a este último y flamante libro, Francisco Hernández reveló: “Esto es algo que vivo muy de cerca porque mi esposa, la mujer que aparece en el libro, es la que tiene el Mal de Graves; al empezar a perder la vista del ojo izquierdo que, por fortuna no ha seguido avanzando debido a la ya cuarta operación que le han hecho, se estaba peinando y me dijo: ‘Ahora ya me peino con mis recuerdos’, con lo cual quería decir que ya no veía, sino que se acordaba dónde tenía que peinarse. Y le dije, creo que me has dado la primera línea para un libro de poemas que debo entregar al FONCA y del que no sabía cuál iba a ser el tema”.
Francisco Hernández, quien vino a Puebla precisamente acompañado por su esposa, precisó: “Ella me dijo sobre el Mal de Graves, sobre el doctor Robert Graves, me acordé del poeta y me dije que debía buscar información sobre ese médico, de dónde era, en qué consiste esta enfermedad y el poeta del mismo nombre, pero hubo otra coincidencia: estaba yo leyendo la poesía de Tomás Segovia y me encontré un poema bellísimo, largo que se llama ‘La cantata a solas’, que tiene una estructura como de pieza teatral, como teatro griego. Así, en mi libro están la voz del médico, la de la mujer, un coro, alguien que sólo piensa, otras voces anónimas y todos van hablando, sin ninguna conexión entre sí, aparentemente y van conformando todo el texto”.
“Sin duda es un enfrentamiento al dolor. De alguna manera todos hablan del dolor, de la ceguera, de la pérdida de la visión. Pero yo no iba a escribir un ensayo, como Saramago (con Ensayo sobre la ceguera), así es que escribí este libro” precisó el poeta.
Ahora, desde que entregó su antología Obra suspendida, reveló el poeta, no ha escrito más que algunos poemas, por lo que habrá que esperar para que comience a trabajar en algún nuevo libro.
Poesía culta y poesía popular
“Desde luego que hay matices, que hay diferencias entre la llamada poesía popular y la llamada culta. Son lenguajes muchas veces distintos, aunque vayan hacia el mismo lugar, hacia provocarnos algo sorprendente o conmovedor o que nos llene de belleza. A fin de cuentas vamos hacia el mismo sitio: el fenómeno estético, eso que te provoca que se te enchine la piel, el fenómeno estético que te puede provocar una copla o un poema de Rubén Bonifaz Nuño” detalló el poeta al preguntarle sobre Francisco Hernández, que es él y Mardonio Sinta, quien firma las décimas, muy populares y veracruzanas, que ha escrito el autor de Mar de fondo.
Respecto a la musicalización de su poesía, lejos de lo que uno podría esperar, no son las décimas lo que se ha grabado como son jarocho, sino en otros estilos y de ello habló el poeta Hernández:
“Yo creo que he oído más las décimas que los poemas míos cantados. Éstos no recuerdo quién y cuándo me los han dicho; en cambio, las décimas, no cantadas como sones jarochos, si no en otras formas, sí las he oído. Tengo un amigo veracruzano, Guillermo Zapata que ha grabado varios discos y dentro de ellos le ha puesto música a poemas de Vicente Quirarte, de Rubén Bonifaz Nuño o de Justo Sierra y le ha puesto músico a algunos textos míos que he firmado como Mardonio Sinta, pero como sones montunos, cubanos, dos danzones, que al tener letra se vuelven danzonetes; un reggae, una rumba… Yo soy el sorprendido: nada de son veracruzano. Y, además, están grabados”.
En estas Octavas Jornadas Internacionales de Poesía, se incluirán las décimas de Mardonio Sinta cantadas por el grupo de son veracruzano Xiectli cuicani, ombligo que canta.